Historialariak

Coscojales, Martín de

Historiógrafo vizcaíno, nacido hacia 1542. Según se ha venido afirmando desde antaño, nació en Irauregi, barrio extremo de Barakaldo, Bizkaia. Cree sin embargo D. Andrés de Mañaricúa que no puede negarse toda probabilidad a la tesis de quienes, como Ciriquiáin Gaiztarro, sostienen que nació en Portugalete, Bizkaia. Hijo de noble y destacada familia, pasó Martín a estudiar a la Universidad de Salamanca, donde siendo colegial del colegio de San Pedro y San Pablo y cuando apenas contaba unos veinte años, ingresó en la Orden de los Ermitaños de San Agustín. Desempeñó cargos de mucha responsabilidad dentro de la Orden, lo que es índice de la valía que se le reconocía.

Residiendo en 1565 en el convento de Salamanca, formaba parte de la consulta. En 1571 aparece como prior del convento de Talavera, en 1582 como diputado del de Salamanca y en 1592 como vicario prior del convento de Valladolid. En las postrimerías del siglo XVI figura como residente en Bilbao, en el convento de San Agustín, donde aún vivía en el año 1603 y con fama de hombre letrado, pues fue uno de los comisionados por el Regimiento General del Señorío en dicho año como informante sobre los escritos del doctor Puerto, con vistas a su posible publicación. Su muerte debió de tener lugar en el convento de Bilbao, siendo así que quedaron en él sus manuscritos. Martín de Coscojales ha pasado justamente a los anales de la historiografía vizcaína por su obra sobre las Antigüedades de Vizcaya. Empezó a escribirla a partir de 1590, completando siete volúmenes manuscritos, de los que, tras varias peripecias, han llegado cinco a nuestros días, si bien no completos.

No es de nuestra incumbencia el detenernos aquí a reseñar el contenido de cada uno de los volúmenes salvados, lo que puede procurarse el estudioso mediante el recurso a los instrumentos bibliográficos que citaremos luego. Nos limitaremos aquí a poner de relieve la importancia de la aportación de Coscojales a la Historiografía de Bizkaia y su robusto sentido histórico, pues "si -como escribe Mañaricúa- careció del suficiente sentido crítico que le hiciera cernir las fábulas que le llegaban apadrinadas, quizá, por nombres famosos, acudió incansable a los archivos en busca del dato histórico. Y no sólo a los archivos, sino también a la arqueología", rebasando, por lo demás, el nivel de mero compilador, al que le ha reducido Elías de Tejada (cfr. "El S. de V.", p. 80).

Ref. Andrés E. de Mañaricúa y Nuere: Historiografía de Vizcaya (desde Lope García de Salazar a Labayru), 1971, páginas 92-102; Labayru: Historia General del Señorío de Vizcaya, IV, páginas 599-606; Ángel Rodríguez Herrero: "Coscojales y Poza", en el Boletín de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País, 16 (1960), páginas 135-163.