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CONDADO DE TREVIÑO

Firmas para la reincorporación a Álava. Una amplia recogida de firmas a favor del sí apoyó el acuerdo de los ediles. La Diputación de Alava abundó en los argumentos obvios de siempre: «Lógica consecuencia de lo expuesto es que la vida de los habitantes de Treviño en cuanto se refiere a sus necesidades comerciales, económicas de toda índole, bancarias, notariales, compra de elementos indispensables, venta en el mercado de sus artículos, se realiza en todo y por todo en Vitoria. Prácticamente, pues, Treviño hace su vida en relación con Vitoria y, sin embargo. en cuanto surge cualquier asunto oficial, tienen que atravesar una distancia cinco veces mayor para llegar a Burgos; supone todo ello peores comunicaciones, pérdida de tiempo, mayores gastos, y una serie interminable de dificultades que con sólo pensar en su situación aparecen suficientemente claras y precisas. La reconocida penuria de sus habitantes se acrecienta con todo ello». «Enclavados como están los de Treviño en una verdadera isla, rodeados de tierra alavesa absolutamente por todas partes, en cuanto salen los treviñeses de su reducido territorio se ven obligados a pasar por carreteras de Alava y tienen por necesidad que convivir con una duplicidad, legislativa que lejos de proporcionarles mayor facilidad para sus relaciones y comercio les ocasiona innegables complicaciones». «Es tan claro, Excmo. Sr., tan claro la justicia, la necesidad y la razón de la petición de los ayuntamientos del Condado de Treviño en representación de todo el vecindario, de ser incorporados a Alava. que el informe de esta Corporación ante las razones históricas, geográficas, económicas, sociales, etcétera, no puede ni debe ser otro que corroborar y rubricar la súplica que los citados Ayuntamientos hicieran y en sus consecuencias, solicitar de V. E. se digne tomar en consideración este informe y sea promulgada una Ley reincorporando el Condado de Treviño a la Provincia de Alava para todos los efectos administrativos, gubernativos, culturales, judiciales, económicos y militares». El dictamen contrario de la Academia de la Historia (Gaibrois) basado en la continuidad histórica del dominio de Castilla sobre el condado, deja en vía muerta el proceso de reincorporación. La prensa burgalesa calificó a los treviñeses promotores del expediente de agregación de «rojos». Quinto intento: 1958. Se produce como consecuencia del Concordato de ese año al tratar la Iglesia de hacer coincidir las administraciones civil y religiosa (diócesis de Vitoria creada en 1949 sólo para Alava). Se efectúa el 3 de agosto de 1958 público concejo en cada localidad del condado cosechando la consulta (mal llamada referéndum) un abrumador sí a la propuesta de agregación a Alava. (Pastor, 1984: 116-120, relación pueblo por pueblo). El informe desfavorable de la Diputación de Burgos paralizó el proceso. Sexto intento. Una vez restablecida la democracia representativa, los treviñeses hacen un nuevo esfuerzo amparándose, esta vez, en el Estatuto Vasco de Autonomía. En éste consta, entre otros requisitos, el que los ayuntamientos pertenecientes al enclave son los que deben de efectuar la solicitud. El 26 de enero de 1980 el ayuntamiento de Treviño aprobó por unanimidad una moción en la que se solicitaba la reincorporación del ex condado al territorio de Alava y a la Comunidad Autónoma del País Vasco. Componían el ayuntamiento que aprobó la moción, 7 concejales presentados por la UCD y 2 independientes. El alcalde, Alfredo González Ochoa, presentado por UCD, era también partidario del sí. El 31 del mismo mes, UCD de Burgos cesa en sus cargos al alcalde y seis concejales del condado lo que provoca las protestas de UCD de Alava y su acusación a la filial burgalesa de haber «caído en la trampa del PNV». Los concejales de Lapuebla, también de UCD, fueron asimismo cesados, y su reunión impedida por la Guardia Civil el 30 de enero. El Gobierno Civil anuló, por defectos de forma, el acuerdo del ayuntamiento de C. de Treviño y la junta electoral de Burgos desestimó el recurso presentado por los concejales cesados. En mayo de ese mismo año la sala de lo contencioso-administrativo de la Audiencia Territorial de Burgos desestimó asimismo el recurso presentado contra los concejales de Lapuebla declarando no haber lugar a que los demandantes no pudieran seguir ejerciendo su cargo en calidad de independientes. El descontento en Treviño alcanzó niveles inauditos con visitas intimidatorias del Gobernador Civil y de un diputado de Burgos rechazadas por la población y los ediles cesados, tanto en Treviño como en Lapuebla, pero el Ayuntamiento de Lapuebla celebró el 16 de octubre el pleno en el que, por fin, se adoptó el acuerdo de reincorporación. Tanto éste como el de Treviño fueron entregados al Lehendakari vasco pocos días después. El siguiente paso estatutario era oir a la Diputación de Burgos, que respondió que no existía «normativa específica sobre el plazo, firma y efectos de tal evacuación». A continuación el expediente fue enviado al Gobierno central para que autorizase el referéndum establecido en el Estatuto de Autonomía (10 de febrero de 1981). Los acontecimientos que suceden a nivel de Estado (23 F y sus consecuencias) relegaron la prosecución de la reivindicación nuevamente.