Erlijio ordenak

COMPAÑÍA DE JESÚS

Actividades y prosperidad hasta la Segunda República. Ya desde 1880 se había iniciado un período de paz. Tal situación con ligeros sobresaltos se prolongará hasta la 2.ª República en 1931 , bajo la batuta de otros generales, Luis Martín (1892-1906), Javier Wernz (1906-1914) y Wlodomiro Ledochowski (1915-1942).

Así pues la provincia de Castilla, a la que pertenecía como ya sabemos el País Vasco, además de sostener la citada doble Universidad de Deusto, robustecía su presencia en los colegios de Orduña y Tudela (1891), la escuela apostólica de Javier ( 1909) y los externados de Indauchu (1921) y San Sebastián (1929). Pero la actividad escolar y científica de estos centros se sobrepasa con muchos otros ministerios espirituales, que partían de residencias que la Compañía utilizaba para estos fines como las de San Sebastián (1898); Vitoria (1919), Pamplona (1927).

Reconocida fama adquirían sus templos por la participación de sus fieles en los sacramentos. Así, en 1915 su iglesia de San Sebastián sobrepasaba la cifra anual de 200.000 comuniones y la de Bilbao la de 250.000. Operarios relevantes, de sobresaliente santidad, serian Ignacio María Aramburu (+1935), Francisco Gárate (+1930 y canonizado en 1985) y Saturnino Ibarguren que, considerado en todo el País Vasco por santo, pasaba a evangelizar las regiones de Cuba. También cabe recordar a Julián Sautu (+1937) y Víctor Elizondo, primer secretario de la Unión Misional del Clero en España, alma del Congreso misional de Pamplona (1922).

Si desgraciadamente faltan estadísticas de conjunto de las tandas de ejercicios espirituales, por cuanto mira a Loyola abundan los datos. La lista de ejercitantes varones crecía siempre con el discurrir de los años: AñoEjercitantes 1914 715 1915 858 1919 938 19211.051 1926 1.104 Podemos establecer una comparación con los que recibían ejercicios en el siglo anterior: AñoEjercitantes 185786 1859 130 1860 133 1861 148 1862 155 .

Aunque sea de pasada conviene decir algo de las Congregaciones dirigidas por los jesuitas, dado su enorme influjo en la sociedad vasca en otros campos. A la mención más que honorífica para los Luises del P. Fiter en Barcelona, se sumará la de los Estanislaos del P. Basterra en Bilbao, que, adaptadas a caballeros, tendrán su eco en San Sebastián con el P. Nemesio Otaño, a su vez destacado músico, amigo de Falla. Sin olvidar los denominados "Centros del Apostolado de la Oración" con más de 110.000 socios en la diócesis de Vitoria, ni la Congregación de la Buena Muerte con 4.000 afiliados sólo en Bilbao 1.000 en Durango, sobresalen el P. José M. Salaverri, fundador del "Círculo Católico de Burgos", el P. Manuel Obeso, entre los mineros de la región bilbaína, y el manchego P. Angel M. Ayala, fundador de la "Asociación Católica Nacional de Propagandistas" (1909) de notable repercusión en nuestro país. Pasando, en fin, por alto la labor editorial global, nos fijaremos únicamente, por su relación directa con el País Vasco, en "El Mensajero del Corazón de Jesús", dirigido por la Compañía desde 1883 y que tiraba en 1914 unos 14.000 ejemplares, y en su Editorial, hojas de propaganda religiosa que en 1930 sumaban un total de 41 .753.477 ejemplares. En fin, obligado es recordar en este campo al P. Remigio Vilariño, fecundo escritor religioso, así como las obras de dos grandes historiadores: Antonio Astrain, navarro (1857-1928) y el guipuzcoano Pedro Leturia (1891-1955).