Kolegiatak

COLEGIATA DE SAINT-ESPRIT

Dubarat ha tratado muy bien la historia de esta colegiata y de él tomaremos las líneas siguientes. La antigua iglesia de Saint-Esprit dio su nombre al barrio mismo. Y fue durante la entrevista de 1464, en Hendaya, entre los reyes de Aragón y de Castilla y el conde de Foix, cuando Luis XI concibió la idea de fundar en el barrio de Saint-Esprit o Cap du Pont, el hospital y la colegiata de Saint-Esprit, en el sitio del priorato establecido en 1220 por tres burgueses de Dax. En el priorato de SaintEsprit había un prior con las mismas atribuciones que el del hospital San Nicolás del Arrabal San Léon; se le llamaba «confrére» -hermano- y era asistido de seis capellanes que celebraban los oficios divinos. Había además hermanos, hermanas llamadas «sorores» y pobres que eran acogidos en él. Todo este conjunto componía lo que se llamaba la casa de Dios y el Hospital del Cap del Pont de Bayona cuyo prior era su administrador general. El priorato de Saint-Esprit poseía reservas bastante importantes, pues encontramos en 1275, en los archivos bayoneses, un acta de donación «a la alcaldía y hospital de Saint-Esprit, al final del puente de Bayona», por parte de Agnés de Bédoréde, señora de Guissen -Guiche- y de Arnaudin de Guissen, su hijo, la Sra. de Saubrigues, Ste. Marie-de-Gosse y Orx. En 1461 , Mathieu de Dromet, rector de Saint-Paul-les-Dax y prior de Saint-Esprit, cerca del puente de Bayona, «compró a Bernard de Caunar las dunas de Saint-Paul, Herm y Gourbera». A este Mathieu Dromet sucedió como prior, Pierre Arnaud de Lannefranque, que desempeñaba importantes funciones cuando se produjo la llegada de Luis XI. Espíritu ágil y eminente, obtuvo enseguida del monarca pruebas inequívocas de su benévola generosidad en favor del priorato. Primero una donación de trescientas libras tornesas al hospital, cuyo total ascendió a cuatrocientas, según una carta dirigida de Mont-de-Marsan, por el duque Carlos de Guyena al priorato de Saint-Esprit. Otras sumas son depositadas por el rey en casa de Bonifacio de Laduchs, burgués de Bayona, destinadas a comprar nuevos diezmos que el rey donaba al hospital; pero estas adquisiciones no se hacían lo rápidamente que él deseaba y vemos que, a principios de 1473, nombra a Francisco de Thouars, canónigo de Tours, como su comisario especial para rectificar el empleo dado a las sumas entregadas por el rey a la iglesia del hospital y priorato de Saint-Esprit. François de Thouars, apenas llegó a su destino, encontrando que Bonifacio de Ladouchs no había empleado todavía los fondos entregados por Luis XI, se incauta de los molinos de Bériots y Berindos que pertenecían a este señor «como garantía de los once mil ducados depositados en sus manos por orden del rey». Es digno de señalar que este Bonifacio de Laduchs, que pertenecía a una de las más antiguas familias bayonesas, fue precisamente enviado por la ciudad ante el rey, el 3 de septiembre de 1481. Al mismo tiempo compra a Jean de Bessabat el diezmo de Ordezon, en la parroquia de Tarnos y lo transfiere en una propiedad al priorato de Saint-Esprit. En 1748, encontramos un recibo de 80 escudos entregados por Sancius, obispo de Oloron, por los derechos de venta debidos en el diezmo de SaintDizier comprado por François de Thouars, al señor de Caupène. Al año siguiente, tenemos un recibo de 629 libras, 11 sueldos y 6 dineros entregados por Thomas, señor de Caupéne a François de Thouars, canónigo de Tours. En 1482, Pierre Amaud de Lannefranque, prior de Saint-Esprit, constituye en beneficio de su sucesor, los priores de Saint-Esprit, una renta de 60 blancs sobre las aliagas y tierras de Lacoste, en Saint-Etienne de Arribe-Labourt. Como puede verse, el hospital recibía numerosos favores de Luix XI, y sin embargo los debía recibir aún más importantes. Efectivamente, a raíz de las incesantes solicitaciones de Pierre Armand de Lannefranque, ayudado por la gran influencia que François de Thouars había adquirido sobre el ánimo del rey, vemos como éste por una carta patente del mes de mayo de 1483 erige en cabildo colegial el priorato de Saint-Esprit y le asigna importantes fundaciones. Se conoce igualmente la devoción particular que el rey profesaba a Notre-Dame de Cléry donde había también fundado una iglesia colegiata, y este es probablemente el motivo por el cual estableció el cabildo colegial de Saint-Esprit, exactamente sobre el mismo pie. Se compone de trece canónigos, más seis capellanes para ayudarlos, cuatro monaguillos y un profesor para enseñarles música y un bedel. Tres de estos canónigos son dignatarios del cabildo; es el deán el chantre y el sacristán. El primero tiene poder y preponderancia sobre los otros y derecho a una prebenda doble. Naturalmente el rey nombró titular al antiguo prior Pierre Bernard de Lannefranque y confirmó a los seis capellanes en las mismas funciones. Nombró también al chantre, al sacristán y a los otros diez canónigos que no podían ser elegidos más que entre los del reino o los bearneses. Para poder atender los gastos de esta nueva organización, Luis XI añadió a la colegiata de Saint-Esprit, por las mismas cartas patentes del mes de mayo de 1483, jugosas rentas. En efecto, eran nada menos que los prebostazgos de Saint-Esprit, Dax y Bayona con la mitad del impuesto de la gran Coutume de esta última ciudad; la pesca de Dax, el diezmo real de Saint-Macaire, las rentas de las ferias y mercados de Saint-Esprit, y finalmente la jurisidicción y justicia alta, media y baja de dicho burgo. Sin embargo, Luis XI no tardó en percatarse que se había precipitado en sus liberalidades y que no podía disponer de los prebostazgos de las ciudades de Saint-Esprit, Dax y Bayona, ni de la mitad del impuesto de la Coutume de esta última ciudad, puesto que estaban comprometidas desde hacía tiempo; y en el mes de enero de 1482, nuevas cartas patentes revocaban las donaciones del mes precedente, excepto: l.° el producto de las ferias y mercados de Saint-Esprit; 2.° el diezmo real de Saint Macaire; 3.° el derecho de justicia, alta, media y baja sobre dicho burgo. Además, queriendo indemnizar al cabildo de Saint-Esprit por lo que se le quitaba, el rey le aseguró una renta anual de 3.300 libras tornesas sobre la recaudación de Burdeos. Desgraciadamente, a la muerte de Luis XI, su sucesor Carlos VIII, encontrando, sin duda, que su padre había sido liberal en exceso, confirmó en 1484, al cabildo de la colegiata de Saint-Esprit el diezmo de Saint-Macaire, pero reducía a 80 libras por año la parte que se le había asignado sobre la recaudación de Burdeos. No es posible casi encontrar un cabildo más indisciplinado y unos canónigos más litigantes que los de la colegiata. Los archivos de Bayona rebosan de piezas interesantes que hacen relación a sus procesos con todo el mundo. Los registros bayoneses de deliberaciones señalan un proceso verbal de rebelión contra cuatro canónigos de la iglesia colegiata de Saint-Esprit, a propósito de una incautación de vinos realizada por orden de la Corporación municipal de Bayona. En 1679, el cabildo emite una sentencia contra el prebendado Jean de la Graste, condenándole a 18 días a pan y agua, por haber ido a la guerra sin su autorización. El ejemplo de este marino produjo otras vacantes en el clero de Saint-Esprit, pues encontramos con fecha del 14 de octubre de 1704, una deliberación del cabildo por la que se dice que M. Martín de Berrocat, prebendado de esta iglesia, no sintiendo apenas la vocación por el estado eclesiástico, declara abandonar la prebenda que se le había entregado. En 1685, un reglamento de disciplina del cabildo había sido impreso y expuesto de manera que el público se enterase. Pero, al parecer, este reglamento resultó insuficiente, pues muy pocos años después, encontramos quejas de Réal, Procurador, contra los eclesiásticos que frecuentan los cabarets de Saint-Esprit y, lo que es peor, una queja llevada ante el funcionario contra Pierre Destandeau, prebendado, acusado de haber favorecido la evasión de una monja del convento de Santa Ursula y haberla guardado en su domicilio. Además de todas estas dificultades para mantener a los eclesiásticos en orden, al parecer las relaciones entre ellos no habían sido nunca las mejores, lo cual es testimoniado por un asunto que escandalizó a toda la población de Saint-Esprit, que asistió a una escena de pugilato en el coro de la iglesia, entre dos prebendados. Un proceso en regla fue incoado por el oficial y el cabildo contra los dos eclesiásticos. M. P. Raymond señala un sello de Guillaume de Saint-Martin, prior de Saint-Esprit de Bayona, con fecha de 1317. Es ojival, de 40 milímetros por 26, de cera verde, colgado de un cordoncillo de seda roja, en una carta relativa a las disposiciones del cabildo de Bayona y de los Hermanos Predicadores, con motivo de la capilla San Andrés de Bayona el 13 de noviembre de 1313: s. w. de sco martio por. sci sps. d. capite pont. baion. -Sigilum Wihelmi de Sanct Martino, prioris Sancti Spiritus de Capite Pontis Baione-. El Espíritu desciende sobre los apóstoles aureolados, y más abajo, bajo una arcada ojival, un monje reza a la derecha. Ref. Edouard Duceré: Dictionnaire historique de Bayonne, 2 vols, Bayonne, 1911-1915.