Monastegiak

CILLAS, Monasterio de

(Huesca). Según un documento apócrifo del siglo XIII, que forma parte del Cartulario de San Juan de la Peña, García Ximénez, rey de Pamplona, y el conde aragonés Galindo habrían otorgado el 5 de agosto del año 828 al monasterio pinatense el monasterio y la villa de San Martín de Cillas. El referido apócrifo fija los términos de la citada donación, que coinciden en lo general con los que trae el documento de fijación de términos del monasterio altoaragonés del mismo año. El apócrifo obra en el A. H. N. (San Juan de la Peña, carp. 695, n.° 2, con letra pseudo-visigótica, posiblemente del siglo XIII). En el original Ciella. Según un documento datado en el año 828, el monasterio altoaragonés de Cillas fue edificado por los monjes bajo el gobierno del rey García Ximénez de Pamplona y siendo Galindo conde de Aragón. En el mismo documento se fijan sus términos: "El monte que se llama Bubalo hasta el arroyo de Torrente; y el otro monte que se llama Securee de Castilgon, conforme corren las aguas hasta la cumbre Forcala, y Sardaso y Fontelata y la pardina Laqunala, y desciende de aquel término a aquella "fasca" (descendit illa termino ad illa fasca), y por medio de Opakello hasta Berali; y aquella pardina que se llama Sarrensa, y la otra que se llama Buscitee. Y está el otro término desde aquella parte del agua que se llama Forkos, y desde Rivo sicco hasta la cumbre de Spinula, y desde aquella Oska hasta la casa de Corben, y desde la casa de Corben hacia abajo hasta Berali; y le dieron la estiva que se llama Tortella". Puede verse el texto, que en copia de los siglo XI-XII, obra en la Facultad de Derecho de Zaragoza (Libro gótico, fol. 80), en el Cartulario de San Juan de la Peña, edic. de A. Ubieto Arteta, vol. I, Valencia, 1962, pp. 19-21. En el original, Zella. Un documento que se debe datar entre 905 y 925 nos refiere que en la villa de Beral había una pardina que era propiedad del monasterio de San Martín de Cillas, en la que se levantó una iglesia en honor de San Juan Evangelista. Viniendo luego el conde Galindo Aznar vio la pardina y le gustó, y se la pidió al abad y monjes de San Martín, con intención de poblarla. Pero, no estando de acuerdo con ello los monjes, empezaron a pleitear, hasta que se fueron a donde el rey Sancho Garcés y la reina D.ª Toda, que en juicio dispusieron que el conde la poblase, según quería, pero que fuesen del monasterio las décimas y oblaciones a perpetuidad. No es fácil saber cuál es el sentido exacto del texto, que el lector puede hallar en el Cartulario de San Juan de la Peña (edic. de A. Ubieto Arteta, vol. I, Valencia, 1962, pp. 45-47). Lo que queda bien claro es la función de árbitro supremo que desempeña por estos pagos el rey navarro quien, en una de las copias que se conservan del documento (A. H. N, Sare Juan de la Peña, carp. 701, n.° 16), se proclama rey en "Aragón y en Nájera y en Castella uelga y en Ribagorza". Según un apócrifo datado el 5 de agosto de 964, el rey García Jiménez de Pamplona y el conde Galindo de Aragón habrían donado en la referida fecha San Martín de Cillas al monasterio de San Juan de la Peña, además de otras posesiones. En el texto se reproducen las demarcaciones de límites de Cillas que conocemos por documentos anteriores (A. H. N, San Juan de la Peña, carp. 695, n.º 7, pseudo original visigótico, posiblemente del siglo XIII). Ciella, en el original.

Luis F. LARRAÑAGA