Pintor vitoriano nacido en 1948.
A los veintitrés años obtiene el título de arquitecto en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid. Con estudio propio en la capital alavesa desde 1971 hasta 1978, en esta fecha ingresa como arquitecto en la Diputación Foral de Álava. Desempeña en la actualidad la Jefatura del Servicio. Ha participado en el diseño del edificio de la Hacienda foral, el Conservatorio de Música Jesús Guridi, el Parque de Bomberos, el Archivo del Territorio Histórico y el Museo Artium, entre otros numerosos proyectos arquitectónicos y de rehabilitación de inmuebles históricos.
Durante su etapa como estudiante de arquitectura sintió vivo interés por la pintura. De hecho celebró la primera muestra individual en la Casa del Cordón de Vitoria en septiembre de 1969. Adscrito entonces a un arte figurativo, sobresalía, al decir del crítico José Ignacio Vegas Arámburu, por "el cuidado y la perfección con que trata los materiales de todo tipo, que emplea para hacerlos expresar en el cuadro, lo que él ha decidido que expresen". Tres meses después de su bautismo público como pintor, remitirá el paisaje titulado Peñacerrada al I Salón Navideño de Pintura de la Caja Provincial de Álava. Obtuvo el tercer premio.
Absorbido ya por su trabajo de arquitecto no volverá a exponer más cuadros hasta transcurridos casi tres décadas. Realmente, a nivel particular, nunca había dejado de pintar. Irrumpe de nuevo en el panorama local durante la primera quincena de julio de 1998 con la que es, cronológicamente, su segunda muestra individual. Con el título Volver a empezar expone en la Sala Luis de Ajuria veinticuatro óleos. Ofrece un programa pictórico ecléctico, de estilo casi abstracto, donde se entremezclan diferentes tendencias gestuales, informalistas y geométricas.
En mayo de 2001, y en el mismo recinto que la vez anterior, cuelga veinticinco lienzos que agrupa bajo el genérico discurso de Paisajes imaginarios. A partir de vivencias, experiencias y recuerdos, transforma sus visiones inspiradas en la naturaleza de las cosas en estructuras de formas y colores. Pintura limpia en su realización, racional y azarosa simultáneamente, de trazo ora preciso, ora impreciso, gusta Catón de modular toda la superficie del lienzo ocupando zonas y espacios cromáticos con tonos y efectos muy estudiados.