Pintoreak

Castillejo Mejías, Daniel

Pintor y escultor autodidacta, es natural de la localidad cordobesa de Peñarroya, donde nace el 6 de diciembre de 1931.

Reside desde mediados de la década de los sesenta en la ciudad de Vitoria. Por estos años se integra en el colectivo de pintores de la empresa Imosa, actual Mercedes Benz. En 1967 obtiene el primer premio del concurso que organiza anualmente la firma automovilística, desde 1957, coincidiendo con la festividad de San Cristóbal. Había comenzado a interesarse tímidamente por el mundo del arte unos años antes, en Burgos.

Sus preocupaciones pictóricas se recogen en la II Anual Plástica del Ayuntamiento vitoriano, en 1965; unos meses después remite también su obra por vez primera al Certamen de Arte Alavés de la Caja Municipal. No faltará a la cita de estos concursos en fechas posteriores. En la edición de 1968, en el certamen de la entidad de ahorros, recibe el Premio de Honor por la escultura Cristo, y el 2º Premio en la convocatoria de 1973. Compagina durante años la práctica pictórica con la escultórica, inclinándose progresivamente por esta segunda modalidad. Asimismo será asiduo a los Salones Navideños de Pintura de la Caja Provincial de Álava a finales de la década de los sesenta y principios de los setenta.

En febrero de 1969 forma parte del grupo Iris con sus compañeros Ramón Campo Cortázar, José Antonio Fiestras, José María Maestu y Miguel Perrino Silva. El bautismo del colectivo se produjo en la Sala Independencia de la Caja Provincial. Al año siguiente, este quinteto de pintores realizará su segunda y última muestra comunal: en Burgos. El grupo se caracterizó, frente a las corrientes vanguardistas de la época, por exhibir una pintura de corte figurativo y estilo impresionista.

Su primera muestra individual de pintura acontece en 1966. Fue en los Salones de Cultura de la calle de Olaguíbel. Expondrá de manera regular cada dos años: en la misma sala de Olaguíbel en 1968 y 1970, y en la Sala Luis de Ajuria, en noviembre de 1972. En esta ocasión exhibirá conjuntamente pinturas y esculturas; por un lado, cuadros con paisajes de pueblos alaveses, así como algunos motivos florales y un bodegón, y, por otro, un lote con media docena de esculturas: Don Quijote, Fuerza, La Hora 24, Homenaje a los mayores, Pelea de gallos y Un Cristo.

A partir de ahora, el interés por la escultura se acrecienta de manera fehaciente, aunque no por ello abandonará la pintura. Eso sí: sus inquietudes tridimensionales están ya plenamente definidas. Concurre a las Bienales de Pintura y Escultura del Ayuntamiento de Vitoria en sus primeras convocatorias: 1974, 1976, 1978 y 1980. En 1983 colabora en la exposición de escultura que se celebra en el aeropuerto de Vitoria-Foronda. En la década de los noventa retoma la senda de las participaciones individuales. Expone en la Sala Luis de Ajuria, de Vitoria, en 1992, y en la Sala Arlanzón, de Burgos, en 1996.

En 2001, 2002 y 2003 remite diferentes proyectos tridimensionales al Certamen Itinerario escultórico por Álava, que organiza la Caja Vital. En esta última convocatoria se premia la maqueta que presenta, erigiéndose a finales de ese mismo año la pieza original en Armentia (Vitoria-Gasteiz): una escultura en chapa laminada de más de cuatro metros de altura bautizada con el nombre de Impulsión.