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Casa Cuna de Fraisoro

La Casa cuna de Fraisoro fue una institución benéfica de acogida a niños abandonados y sus madres, tuteladas por la Diputación Foral de Gipuzkoa.  

Inició su actividad en 1903 en el municipio guipuzcoano de Zizurkil y cesó su ejercicio como tal en 1994. En su historia pasaron 12.000 niños por el centro y dieron a luz 3500 mujeres mayoritariamente solteras y primíparas.  

Las causas que empujaban a las madres a abandonar el hijo eran:  la ilegitimidad de la criatura, la miseria, enfermedades o discapacidades del niño o también distocias sociales como violaciones o malos tratos. (1)   

Un hecho que favoreció la avalancha de abandonos entre el siglo XIX y el siglo XX fue la ilegalización del aborto en 1822 y que perduró hasta 1985.    

Historia  

En el siglo XIX unos 14.000 niños fueron abandonados en Gipuzkoa (3) con un índice de mortalidad superior al cincuenta por cien.  

Ante esta grave situación, la Diputación Foral de Gipuzkoa junto con La Caja de Ahorros Provincial fundaron en 1903 la Casa Cuna de Fraisoro en el municipio de Zizurkil, siguiendo los parámetros de estos centros en Europa. (2)  

Se comenzó acogiendo a los niños abandonados y a partir de 1913 se creó la maternidad acogiendo a mujeres en el séptimo mes de embarazo. Estas debían cumplir unas condiciones como ser solteras y primíparas con intención de abandonar el hijo.  

Con la creación de la maternidad se clausuró el torno de Fraisoro en 1913.  

Ramón Cortázar fue el arquitecto que dirigió la construcción del edificio, y para su mantenimiento contaron con la labor de Las Hijas de la Caridad (3) en una comunidad de 11 religiosas junto con 25 o 30 nodrizas internas, un médico director, dos lavanderas, dos criadas, una cocinera, una costurera, un sereno y un demandadero. Cuando empezó su actividad la maternidad se contrataron varias comadronas. (2)  

En el cementerio de Amasa existe un panteón de las religiosas de la Casa Cuna sufragado por la Diputación Provincial.  

Desde 1804 existían en la provincia cuatro casas torno dirigidas por "torneras" en Donostia, Tolosa, Azpeitia, y Bergara que se clausuraron en 1910 centralizando la actividad de la provincia en Fraisoro donde permanecían los niños hasta los 5 años.  

Se implantó un sistema alimenticio priorizando la lactancia materna propia o mediante nodrizas que sumado a los cuidados médico-higiénicos aplicados conllevó a un índice de mortalidad muy por debajo de otras casas cuna en el estado español. El desarrollo de fórmulas más completas para la leche en polvo a partir de los años cuarenta llevó paulatinamente a la desaparición de la figura de la nodriza. (4)  

Un hecho destacable fue el descubrimiento de la prueba de Wassermann en 1906 para la detección de la sífilis con lo que se prevenía el contagio desde un recién nacido enfermo asintomático a las nodrizas en el momento de lactar.  Según indica el historiador Serapio Múgica, Fraisoro fue la primera institución en España que la utilizó. (2)  

En los primeros años del siglo XX se abandonaban oficialmente al año 150 niños en Gipuzkoa.  

Es tristemente reseñable que los niños con discapacidades intelectuales como por ejemplo síndrome de Down o físicas como poliomielitis, tuberculosis o ceguera por lúes congénita no eran acogidos por ninguna familia y eran derivados a la Misericordia de Tolosa al cumplir los cinco años. El número de estos niños errantes (unos cinco al año) disminuyó a mediados del siglo XX con la aparición de fármacos antiinfecciosos eficaces y vacunas que erradicaron las enfermedades infecciosas antes citadas. Hasta 1930 en que se comenzó a utilizar en Gipuzkoa la vacuna contra la tuberculosis (BCG) solo existía la vacuna contra la viruela y la fiebre tifoidea.   

Las enfermedades que producían el mayor número de fallecimientos en los niños hasta 1950 eran por este orden: infecciones e intolerancias gastrointestinales; infecciones respiratorias; meningitis; tuberculosis y tos ferina.  

Respecto a la procedencia de las madres, el 64% eran de origen guipuzcoano, el 13% navarras y con más frecuencia jóvenes de entre 15 y 25 años. Tras su paso por Fraisoro un 50% volvían a sus hogares y las demás se colocaban como nodrizas o en el servicio doméstico. Una minoría ingresaba en alguna orden religiosa especialmente las oblatas del santísimo corazón. (5)   

A partir de 1921 se añadieron diez habitaciones individuales de pago para madres gestantes que preservaban el anonimato. (6)  

En 1916 se promulgó una ley estatal por la que las madres que daban a luz en el centro debían permanecer en el mismo como nodrizas durante dos meses con lo que la supervivencia del niño mejoraba y algunas madres reconsideraban el abandono. (5)  

Con la Casa Cuna de Fraisoro a principios del siglo XX la provincia de Gipuzkoa pasó de un atraso ancestral a ser un territorio puntero en el cuidado de la madre y del niño abandonado con un adecuado sistema administrativo para su época.  

Datos de actividad  

En 1890 la mortalidad infantil de los niños abandonados en la casa-torno de Donostia era del 52%, en Fraisoro en 1910 era del 25%, en 1926 se redujo al 12% y a partir de 1953 fue del 1%.  

En 1923 hubo 333 niños en el Centro, que fue el máximo de su historia. Repartidos por la provincia con nodrizas externas había un número similar de niños. En Fraisoro se quedaban los más débiles.  

En las últimas décadas fue disminuyendo y a partir de 1976 no superaba los 100 niños. El mayor número de nacimientos fue en 1948, año en el que nacieron 76 niños. (7)  

En 1931 el médico Jesús Alustiza impulsó una pauta progresista para la época que perduró varias décadas por la que la Diputación remuneraba económicamente durante dos años a las madres que optaban por quedarse a su hijo, lo que disminuyó el número de niños abandonados.  

A partir de 1960 se derivaron los partos al recién creado Hospital Provincial de Guipúzcoa con lo que los nacimientos disminuyeron casi totalmente hasta 1968 en que nació el último niño en el centro.  

Esto último, unido al avance en las medidas anticonceptivas, hizo que descendiera paulatinamente el número de niños en la institución hasta su cierre en 1994 en que se convirtió en un centro gerontológico.  

En cuanto a los abandonos de niños nacidos en otros lugares, la edad más frecuente del niño era el primer mes de vida siendo este el periodo más crítico ya que algunos llegaban a la Casa Cuna con problemas neonatológicos como niños de bajo peso por falta de lactancia materna, enfermedades congénitas, sufrimiento fetal en partos traumáticos o sencillamente una demora en su traslado. Este grupo de niños eran generalmente recuperados por sus familias biológicas tras superar los problemas de miseria o de salud que empujaron al abandono.  

En un estudio realizado por la Sociedad Científica Aranzadi entre 1940 y 1990 se concluyó que en total un 51% de los niños eran devueltos a sus familias biológicas, un 32% eran adoptados, un 5% eran prohijados y un 4% se derivaban a la Misericordia de Tolosa al cumplir los cinco años sin ser acogidos. Estos datos refuerzan la importancia que tenía el abandono temporal frente al abandono definitivo en Fraisoro.(8)  

Los últimos niños que fallecieron en Fraisoro, según el médico Víctor Ormaetxea, fueron un niño con síndrome de Down y un niño afectado de VIH/sida.  

En el marco del II Congreso Nacional de Pediatría desarrollado en San Sebastián en septiembre de 1923, el presidente de la Asociación Española de Pediatría junto con otros directores de inclusas estatales visitó la Casa Cuna de Fraisoro como ejemplo de aprendizaje. (9)  

En 1941 a instancias del médico Jesús Alustiza, la Diputación Provincial otorgó a la superiora sor Pilar Pano Castarlenas el distintivo blanco de primera clase por su labor en la Casa Cuna desde 1909. En este sentido, en 1986 el que fuera presidente de la Diputación Xabier Aizarna hizo entrega en la Casa Cuna de la placa de plata de la Diputación a José Antonio Alustiza en reconocimiento a su trabajo en Fraisoro.  

La escritora Eva García Magriñá publicó dos libros sobre la historia de la Casa Cuna de Fraisoro: "Fraisoroko amak, Fraisoroko aurrak”  y "Mujeres de barro, infancias de cristal".  Ambos editados por la asociación cultural Manuel Larramendi de Andoáin en 2010 y 2021 respectivamente. En estos libros se describen las dos situaciones sanitarias más críticas que vivió la casa cuna como fueron la epidemia de gripe de 1918, que perduró varios años, y una toxicosis generalizada que ocurrió en 1947 y es descrita por el médico Jesús Alustiza de la siguiente manera:  

"En agosto, con unos días bochornosos continuados, empezaron las afecciones gastrointestinales tomando un carácter epidémico propio de centros con muchos niños. Llegó un día que casi todos estaban afectados. Fueron diagnosticados 48 dispepsias agudas más o menos graves y 23 toxicosis. Se hizo tratamiento intenso, aislamiento, hidratación, transfusión de plasma, etc. Todo el personal trabajó lo indecible, pero a pesar de todo sufrimos 11 bajas y pudimos salvar de este estado gravísimo a 12 niños" (10)  

Muchos datos y testimonios citados en los libros se obtuvieron del legado documental del médico Jesús Alustiza y del agente visitador de la Diputación Andrés Izaskun.    

Conclusión  

A lo largo de la historia, las mujeres embarazadas fuera del matrimonio, y más aún las que abandonaban a su hijo, fueron objeto de un gran rechazo social. Esto se tradujo en la soledad con que afrontaban el abandono. (11)  

La Casa Cuna de Fraisoro fue un refugio para estas mujeres infelizmente embarazadas y sus hijos ofreciéndoles asistencia sanitaria en el parto y el cuidado de la criatura con unos índices de supervivencia modélicos en el estado español. (12)  

Directores de la Casa Cuna  

Hasta el año 1951 los directores de la Casa Cuna eran los médicos titulares de Billabona y pasaban consulta diaria en Fraisoro   A partir de entonces los directores fueron médicos especialistas.  

José Joaquín Albea Larzabal  

Médico titular de Billabona y primer director entre 1903 y 1909.  

Toribio Albea Arregui  

Nació en Billabona-Amasa en 1879 y falleció prematuramente en 1923. Médico titular de Billabona y director de la Casa Cuna entre 1909 y 1923.   

Puso en marcha la maternidad en 1913 e introdujo el test de Wassermann para detectar la sífilis congénita.  

Jesús Alustiza Urteaga  

Nació en Zegama en 1881 y falleció en Billabona en 1951. Médico titular de Billabona y director de la Casa Cuna entre 1923 y 1951. Introdujo la vacunación antituberculosa y las transfusiones brazo a brazo.  

Con la utilización de la penicilina erradicó la sífilis y mejoró el pronóstico de muchas enfermedades como la meningitis.  

En 1931 promovió una medida por la que se remuneraba económicamente durante dos años a las madres que no abandonaban a su hijo, con lo que se redujo el número de abandonos.   

Julio Albea Urrutia  

Nació en Billabona-Amasa en 1906 y falleció en Donostia-San Sebastián en 1984. Médico ginecólogo que codirigió la institución desde 1951 a 1960, año en el que se derivaron los partos al nuevo Hospital Provincial de la Diputación de Gipuzkoa donde fue el primer jefe del servicio de ginecología.  

Junto con José Antonio Alustiza fueron los primeros médicos que eran especialistas y no eran los médicos titulares de Billabona.   

José Antonio Alustiza Iriarte (13)  

Nació en Ataun en 1916 y falleció en Donostia-San Sebastián en 1992. Médico pediatra. Dirigió la institución entre 1951 y 1986 con unos índices de mortalidad infantil muy reducidos.   

Desplegó el desarrollo vacunal con lo que erradicó enfermedades con gran contagiosidad y mortalidad como tosferina, sarampión, polio etc.  

Con la mejora de la leche artificial eliminó la actividad de las nodrizas en los años cincuenta.  

Víctor Ormaetxea Goiri  

Médico pediatra del centro de salud de Billabona. Atendió a los niños asilados desde 1986 hasta 1993.  

Por diferentes motivos, geográficos, familiares etc. estos médicos realizaron su labor de una manera desinteresada en diferentes épocas de la Institución.    

Vídeo: Casa Cuna de Fraisoro por Eva García Magriñá. Youtube.  

Referencias:  

(1) Alustiza Martínez, Carlos. Acogida infantil en la Casa Cuna de Fraisoro. Colegio de Médicos de Gipuzkoa.  

(2) Mugica Zufiria, Serapio. Expósitos. Geografía de Gipuzkoa  

(3) Hermanas de la Caridad. Enciclopedia Auñamendi.  

(4) Alustiza Martínez, Carlos.Nodrizas en Gipuzkoa. Enciclopedia Auñamendi.  

(5) Uribe-Etxebarria Flores, Aranzazu. Hechos históricos. La Casa Cuna de Fraisoro.    

(6) Fraisoro desde su nacimiento. Hernandorena Kultur Elkartea.  

(7) Irazustabarrena Uranga, Nagore. Un hogar para madres y niños. Argia  

(8) García Magriñá, Eva. Fraisoroko amak, fraisoroko haurrak.Manuel Larramendi Kultur Bazkuna.  

(9)  Alaba Trueba, Javier .La noticia médica en la prensa guipuzcoana.Pg79  

(10) García Magriñá, Eva. Mujeres de barro, infancias de cristal. Manuel Larramendi Kultur Bazkuna.  

(11) Valverde Lamfus, Lola. El niño abandonado. Enciclopedia Auñamendi  

(12) Salaberria, José María. Los niños de la inclusa. ABC, 1927.  

(13) Maria Teresa Gastelurrutia. Alustiza Iriarte, José Antonio. Enciclopedia Auñamendi