Chino.
Artista vizcaíno nacido en Etxebarri (Bizkaia) el 17 de junio de 1960.
Se licencia en Bellas Artes en 1986 por la Universidad del País Vasco. Desde 1981 participa en varias muestras colectivas como Alumnos de BBAA en los bajos del Museo de Bellas Artes de Bilbao, en la Plaza Nueva de Bilbao y en Barakaldo. En 1984 su obra está presente en 7 pintores 7 en la CAM de Bilbao, en la Casa del Cordón de Vitoria y en la Casa de Cultura de Mungia. Colabora además en Una corbata para el domingo (1985), Arthlétic y Nervión (1986), todas ellas en el Aula de Cultura de la Caja de Ahorros Municipal de Bilbao, así como en Baraja de artistas vascos en la bilbaína Galería Vanguardia (1987), Arte en la calle en el Teatro Arriaga de Bilbao (1988) o en el Certamen Bizkaiko Artea (1989).
En 1982 realiza sus dos primeras exposiciones individuales en el Café La Unión y en el espacio Kaixo de Bilbao. En 1983 muestra Exposición Gratis en la Casa de Cultura de Basauri y en 1987 Sobras de arte en la C.A.M. de Bilbao, Prohibido entrar sin camisa en la galería Arte Nativa de Deusto, Chino-Ruso en la Casa de Cultura de Basauri y S/T en la Galería Andreu de Bilbao. Un año después realiza un happening en la Galería Safi de Bilbao y es premiado en la convocatoria del Ayuntamiento de Bilbao: "Arte en la calle". En 1989 presenta obra individualmente en el Club Social de Basauri y un año más tarde realiza su última muestra Educados en Viso del Marqués.
Muere en 1991. Sus amigos editan un catálogo y organizan una exposición que reúne las obras de Chino en la Casa Municipal de Cultura de Basauri durante el mes de febrero de 1992. El proyecto puede llevarse a cabo gracias al resultado de una subasta realizada con obras de Alvarez Plágaro, Miren Arenzana, Malús Arbide, Luis Badosa, Ramón Carrera, Ricardo Catania, "Mintxo" Fermín Cemillán, María Jesús Cueto, Iñaki de la Fuente, Andoni Euba, Itziar Elejalde, Ana Maria Enrich, María Luisa Fernandez, "Sander" Alejandro Garmendia, Félix García, Asun Goikoetxea, Marcos Hernando, Julia Irazustabarrena, Xabier Idoate, Marta Larrañaga, José Ángel Lasa, José Ramón Liceranzu, "Ruso" Alejandro Loche, Eduardo López, Fernando Mardones, Pablo Milicua, Fernando Mirantes, Juan Luis Moraza, José Ramón S. Morquillas, Imanol Marrodán, Manuela Marcos, Carmen Olabarri, Olga Ordóñez, Josué Pena Moledo, Merche Périz, Fernando Roscubas, Vicente Roscubas, Juan Carlos Román, Javier Riaño, Ana Isabel Román, Dicky Rekalde, "Fito" Rodriguez Bornaetxea, Hermi Ruiz, "Txupi" Fernando Sanz, Dora Salazar, Beatriz Silva, Begoña Usaola, Nuria Uruzurrunzaga, Iñaki Zaldunbide y Ramón Zumalabe. Otros artistas, galerías, gestores de casas de cultura, coordinadores y críticos de arte de Bilbao colaboran en el proyecto.
En el catálogo citado aparecen, entre otros, los textos del propio artista y de Javier San Martín, para quien:
"Su obra se basa, por el contrario, en una expresiva falta de identidad, no tanto gusto por el anonimato, sino horror a la repetición, a los gemelos, los trillizos, a la familia numerosa que, en definitiva, no te deja trabajar en paz.
Esa falta de identidad le diluía como artista y, consiguientemente, le permitía trabajar con mayor comodidad en los terrenos obscuros, en la parte peligrosa, en una metafórica clandestinidad que le posibilita frecuentar los espacios donde se hacen las verdaderas preguntas y donde, alguna vez, se encuentran respuestas.
La fidelidad de un artista a la propia imagen de su obra, la afanosa creación de un "sello" personal dentro del sistema del arte, era algo que el Chino denominó "robarse el bolígrafo" en un breve texto, publicado en junio de 1987 en el catálogo de su exposición en la C.A.M. de Bilbao, que no me resisto a reproducir entero: De bolígrafo: "Sabemos de antemano que, traducido literalmente del francés, estilo significa bolígrafo. Así, un estilo propio (stylo propre), viene a ser el que no se presta ni para que le firmen a uno un cheque al portador. Por lo demás, ya estaba dicho por las lumbreras de nuestra generación (?), sin ánimo de lucro: "Tomar prestados bolígrafos de los demás no es un mal en sí, lo pernicioso es andar uno robándoselo a sí mismo".