Filologoak

Broussain, Piarres

Una vez dejadas atrás las guerras y el desconcierto vividos en el siglo pasado, y después de superar la crisis vivida en el sector del curtido de la piel y en el sector textil, a comienzos del siglo XX Hazparne daba la imagen de una ciudad emprendedora del Norte del País Vasco.

Gracias al auge del sector de la fabricación del calzado, los talleres de los hermanos Amespil, Larre, Landerretche o Hiriart Urruty consiguieron mantener una óptima situación hasta mediados del siglo. Sin embargo, si se observa el mercado del pueblo de aquellos años se puede constatar que realmente eran la agricultura y la ganadería las principales actividades que se desarrollaban en tierras de Hazparne. Si bien los trabajadores y los agricultores de Hazparne tenían fama de ser mediocres y arrogantes, muchos eran fieles admiradores y seguidores de Xemartin Morroxko Harriague, cura, consejero, diputado e inmensamente rico "americano", y, sobre todo, del rector García, enviado desde Baiona por el vicario principal Janpiarre Diharce, nacido en Eztitei.

En los días señalados la gente sencilla solía juntarse en la Iglesia nueva, o en la plaza llamada "Karkana", enfrente de la iglesia, o en el frontón de pelota, y los padres misioneros y los hermanos frailes, como el padre Jarret, el hermano Juvénal Agirre y sus discípulos, trabajaban en favor de su batalla particular, es decir, predicaban allá donde podían contra las traiciones de los enemigos a la iglesia.

Broussain era buen conocedor de todo aquello, y así debía de ser, ya que tenía como maestro a Manex Hiriart Urruty, de la familia Joanesederra y director del Eskualduna.

En lo que respecta al oficio de médico, no había por qué preocuparse ya que existía suficiente trabajo en los alrededores de Hazparne y Labastide (Bastida) para repartir entre los tres médicos de la zona, es decir: el propio Broussain, Albert Detchart y Emile Larraidy. Según consta en los documentos conservados, Broussain era el médico de más de 300 familias.

Sin embargo, el joven médico nunca olvidó a sus amistades ni todo lo vivido y acordado con ellos. Por desgracia, después de las conflictivas reuniones mantenidas entre los vascófilos de las dos regiones, en Hendaia en el año 1901 y en Hondarribia en 1902, Piarres Broussain renunció al cargo de "intermediario" que le ofrecieron figuras comprometidas como Azkue o Hiriart-Urruty o sus propios amigos. Al poco, surgieron nuevas preocupaciones en la vida de Broussain en el mismo Hazparne.

Así, en el año 1902 escribió a su buen amigo Azkue sobre las desgracias vividas en su familia. Y es que hacía unas semanas que había fallecido en Madrid su querida nieta, de 11 años, y después fallecía su suegro Jean Moreau, a los 81 años, tan querido por Piarres. Al año siguiente fue el propio Azkue el que remitió malas noticias a Piarres, ya que había fallecido el joven y ferviente vizcaíno Sabino Arana Goiri. Fue en el año 1903 cuando Piarres Broussain, junto con un grupo de amigos del Norte, participó por primera vez en la batalla contra la III. República francesa y a favor del catecismo vasco.

Por otro lado, y después de todos los años transcurridos en París, parecía que el hijo de Barrandegi se había alejado de los temas religiosos. Eso es lo que pensaban, al menos, la hermana de Piarres, María, y los amigos y sacerdotes Hiriart-Urruty, Mocoçain y otros muchos más. En 1902, y estando los fieles bayoneses sin obispo, el gobernador de Pau prohibió la utilización del idioma gascón o del idioma vasco, con la amenaza de que, en caso de no utilizar el francés como única lengua para transmitir el catecismo, los sacerdotes no percibirían sueldo alguno.

Es entonces cuando la preocupación se va extendiendo entre todos los sacerdotes y curas, y es entonces, también, cuando reaccionan Broussain y Constantin, los médicos de Hazparne y Atharratze, y proponen la recogida de firmas a favor del euskera entre todos los diputados y electos del Norte.

Y cabe destacar "en palabras del propio gobernador", que aún hubo mayores logros gracias a la iniciativa puesta en marcha por estos vascófilos; el número de sacerdotes vascos comenzó a crecer y a reforzarse enseguida y en enero de 1906, el propio gobernador de Pau fue quien comunicó al ministro que desde siempre había encontrado una fuerte oposición entre el clero vasco. Ejemplos no le faltaron: Berterreche en Muskildi, Uharte en Ligi, Patiente en Lakarri, Segalas en Izpura, Dibildox en Aldude, Quéheille en Domintxain, Agorreca en Irisarri, Durruty en Itsasu, Sancinena en Bardoze, Etchart en Lehuntz, Diharce en Ahetze, Elissague en Donibane Lohitzune, y otros muchos.

Ante esta situación, el nuevo obispo Gieure, nada más llegar a Baiona, organizó una reunión de carácter extraordinario de cara a esclarecer, de una vez por todas, el lugar que debía de otorgar la Iglesia a las lenguas autóctonas, es decir el tratamiento que debían de recibir el euskera en el País Vasco y el gascón en Béarn.