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Biurrun-Olcoz

El municipio de Biurrun-Olcoz surgió en la década de 1920 por la unión de los dos núcleos precedentes que lo conforman. Biurrun era un antiguo señorío eclesiástico, mientras que Olcoz había sido solar de un poderoso linaje, el de los Ozta, de origen bajonavarro y con fuerte presencia en la política del reino en los siglos XIV y XV, y que había asentado una de sus ramificaciones familiares en esta localidad de Olcoz, para controlar el importante y estratégico paso de El Carrascal.

Se trata de dos pueblos de reducido tamaño, estando Biurrun asentado en una ladera, con la iglesia en el punto más alto, mientras que Olcoz se encuentra en una zona amesetada y llana, con un caserío escaso y disperso, y con amplios espacios abiertos a modo de plazas.

De entre ambos cascos urbanos, en los que predominan las casas levantadas en los siglos XVIII, XIX y XX, merece la pena señalar de manera individualizada la llamada "Casa de La Orden" de Biurrun, que es un edificio palaciano propio de fines de la Edad Media, con una planta horizontal de desarrollo longitudinal y articulado en dos alturas. Los muros son de buena sillería, y se perforan en planta baja por un recio portalón apuntado, con larguísimas dovelas y escudo en la clave. Por encima hay tres ventanas geminadas, con diseños variados e imaginativos. Todo ello nos remite al siglo XV. Cerca hay otro edificio reseñable, una torre de mampostería muy desmochada, que mantiene su puerta alta defensiva. En cuanto a Olcoz, entre su caserío destaca la magnífica torre de los Ozta, de planta cuadrada y con cinco alturas, la última de las cuales es un adarve almenado y amatacanado que remite igualmente a fines del siglo XV. El edificio, restaurado en el año 2011, cuenta con una serie de ventanas magníficamente labradas, con diseños variados y muy cuidados. Cuenta con puerta apuntada en la planta baja y con otra puerta situada en la primera planta, a la que solo podía accederse por una escala de madera y que demuestra su clara voluntad defensiva.

En cuanto a la arquitectura religiosa, las dos iglesias pertenecen al tipo de templo rural medieval navarro. La de Olcoz tiene mayor antigüedad, a juzgar por la portada y algún otro elemento que nos remite al románico. En cuanto a la de Biurrun, parece obedecer al impulso constructivo situado en torno al año 1200, en el que se levantaron numerosas iglesias en Navarra, en un lenguaje protogótico. Su planta y parte de su cubierta, que se trasluce en una bóveda de cañón apuntada, así parecen confirmarlo. A partir de ahí, ambas iglesias han sufrido notables ampliaciones y reformas. La de Biurrun se reedificó en el siglo XVI, en lenguaje aún gótico, como comprobamos al ver sus bóvedas de crucería y su cabecera poligonal, mientras que la de Olcoz se rehizo en el siglo XVIII y en lenguaje barroco, de lo que es buena prueba la bóveda de lunetos que hoy luce.

En el capítulo del arte mueble, señalaremos en primer lugar la talla de la Virgen con el Niño de Biurrun, románica del siglo XIII y procedente de la ermita de San Cristóbal, así como la escultura de San Babil de Olcoz, que es gótica del siglo XV y que procede a su vez de la ermita de San Babil, de la que era imagen titular. En lo que a la retablística se refiere, el retablo mayor de Biurrun es romanista, de principios del siglo XVII, y al igual que los retablos colaterales se debe al trabajo coordinado de dos autores, Domingo Bidarte y su yerno Domingo de Lusa. En cuanto al retablo mayor de Olcoz, es moderno y data del siglo XIX, aunque uno de los colaterales es obra del escultor romanista Martín de Echeverría, del círculo de Juan de Anchieta. Para terminar, diremos que tanto en Biurrun como en Olcoz se conservan las antiguas pilas bautismales medievales, que confirman de forma rotunda la existencia de fábricas medievales anteriores a las actuales iglesias.

JAS 2011