Konposatzaileak

Bernaola, Carmelo Alonso

Tras finalizar sus estudios en el Conservatorio en 1958, Carmelo Bernaola se presenta a las pruebas del Premio Roma en noviembre de 1959. La consecución de este importante galardón le lleva a establecerse dos años en Italia, becado por la Academia de Bellas Artes de España en Roma. En la capital asiste a los Cursos de Perfeccionamiento en Composición impartidos por Petrassi en la Academia Santa Cecilia. En los veranos de 1960 y 1961 recibe enseñanzas de Bruno Maderna en los Internationalen Ferienkurse für Neue Musik de Darmstadt, coincidiendo con Pedro Espinosa, Luis de Pablo, Juan Hidalgo y Gonzalo de Olavide. Su formación continúa con la asistencia a los Cursos de Dirección de Orquesta de Sergiu Celibidache en la Academia Chigiana de Siena, y a los de Música de Cine impartidos por Francesco Lavagnino en el mismo centro.

Las influencias internacionales y el contacto con algunos de los principales exponentes de la vanguardia musical como Boulez, Stockhausen, Clementi, Nono o Maderna cobrarán una importancia capital en la futura orientación estética de Bernaola. Todas estas experiencias vienen recogidas en la Memoria de actividades que el compositor redactó en 1962 como justificación del Premio Roma. En este documento explica detalles valiosos para el análisis de esta etapa, como el plan de estudios ideado por Petrassi y basado en una "actualización de la tradición italiana" (Moro, 2014). Esta afirmación supone el conocimiento de las técnicas contrapuntísticas de Gabrieli, Palestrina y Monteverdi, pero también de autores como Bartók, Schoenberg, Berg y Webern. De este último heredará el uso de estructuras interválicas cerradas, un recurso que representa su principal adaptación del serialismo y que consiste en la derivación de un número reducido de intervalos a partir de la serie dodecafónica. Los análisis de obras webernianas realizados por Maderna en Darmstadt también contribuirán al dominio de esta técnica compositiva. Por su parte, las enseñanzas de Celibidache se concretarán en una serie de ideas estéticas derivadas de la fenomenología musical: especialmente, la concepción de la música como una "masa sonora" que se desenvuelve en el tiempo, sujeta a cambios de tensión horizontal (melodía) e intensidad vertical (armonía).

En las cuatro obras compuestas en Italia (Piccolo Concerto, 1959-60; Constantes, 1960; Sinfonietta progresiva, 1960-61; Superficie núm. 1, 1961), Bernaola aplica la técnica serial de diversas maneras; desde el mantenimiento de un molde formal tradicional en el Piccolo Concerto hasta la estructuración basada en la exposición y transformaciones de la serie en Sinfonietta progresiva. La adaptación del método culmina con Superficie núm. 1, en la que sustituye la serie dodecafónica por las citadas estructuras interválicas. Esta obra supone además el puente hacia una nueva manera de concebir la composición, basada en el uso de recursos flexibles o parcialmente indeterminados en el tempo, la altura y el parámetro rítmico. A partir de entonces, la música flexible será uno de los sellos de identidad del lenguaje compositivo bernaoliano.