Udalak

Basaburua

El valle de Basaburua está formado por pueblos pequeños, situados casi siempre en posición alta, como vemos en Ihaben, Beramendi, Erbiti, Itsaso o Udabe, aunque no faltan los que, como Jauntsarats y Orokieta, se sitúan en zona llana, aprovechando cruces de antiguos caminos, mientras que Beruete se sitúa en una hondonada encajonada entre alturas.

La iglesia ocupa siempre el lugar más alto, y a partir de ella se desarrolla el casco urbano, disperso y a veces dividido en varios barrios, como vemos en Arrarats, Ihaben o Beruete. Las casas se disponen de forma exenta, dejando amplios espacios o plazas abiertas entre ellas, salvo tal vez en el caso de Beruete, que debido seguramente a su tamaño conforma un conjunto más abigarrado.

Las casas, casi siempre de los siglos XVIII y XIX, son grandes, con plantas desarrolladas y tres alturas en la mayoría de los casos, coronándose con tejados generados por grandes caballetes, que se prolongan con aleros airosos. Los muros reciben el tratamiento más habitual en Navarra, una mampostería enlucida con cadenas de sillar en esquinas y enmarques de puertas y ventanas. Los huecos son rectos, predominando en los accesos el arco de medio punto. Es muy frecuente en Basaburua que la fachada vaya presidida, en alto y marcando el inicio del caballete, por una balconada de madera que cruza de lado a lado. Se trata de un modelo de vivienda que enriquece los volúmenes que hemos podido ver en comarcas cercanas como el corredor de Sakana, y se acerca al tipo de arquitectura doméstica de los valles de Ultzama e Imotz. En las restauraciones modernas es frecuente incorporar nuevos volúmenes, con vistosas estructuras de madera y proliferación de galerías cubiertas. En muchas ocasiones, además, las casas de factura moderna han sabido interpretar y asumir las características de esta arquitectura tradicional, como vemos en la nueva urbanización de Aizarotz, enclavada en un moderno barrio que se mencionaba como ferrería para el año 1280.

De los cuatro palacios de cabo de armería con que contó el valle, y que como tales figuraban en el Libro de Armería del Reino de Navarra, el de Beramendi debemos considerarlo desaparecido, mientras que los otros tres son hoy caserones desprovistos de su primitivo carácter medieval. Los de Beruete y Erbiti solo se distinguen por su escudo, mientras que el de Ihaben va en posición destacada, en alto y dominando el entorno.

Tienen lavaderos tradicionales los lugares de Beruete, Gartzaron, Ihaben y Erbiti, este último con fecha de 1900, aunque el monumental lavadero de Beruete, con vistosa cubierta de viguería, y el de Ihaben, con pórtico dotado de un curioso sistema de captación de agua mediante compluvium-impluvium, merecen ser destacados. Para terminar con este capítulo de arquitectura civil debemos mencionar también las imponentes ruinas de la ferrería de Orokieta.

En lo que al capítulo de arquitectura religiosa se refiere, la mayoría de las iglesias son pequeñas, conformadas por una única nave, a la que se adosan sacristía, capillas laterales y un pórtico que protege el acceso. El modelo de iglesia rural navarra de en torno al año 1200 está en este valle menos implantado que en otras comarcas, aunque es posible que existiera en origen, y de hecho algunos elementos sueltos, como la planta, el diseño recto de la cabecera o la pervivencia de algún tramo de nave cubierto con bóveda de cañón, así lo sugieren. Así ocurre en Beruete, Erbiti, Gartzaron, Ihaben o Itsaso. Este tipo protogótico ha sido total o parcialmente desfigurado por la existencia de frecuentes ampliaciones y reedificaciones. Así, la iglesia de Itsaso, protogótica de hacia 1200, sufrió una reconstrucción en el siglo XIV, todavía en lenguaje ojival, la de Orokieta procede de una intervención del XVI, y ya en el barroco se reformaron las de Beruete y Ihaben. La iglesia de Arrarats data del siglo XIX, aunque se construyó siguiendo el modelo barroco, y la de Beramendi es neogótica del año 1903. Con posterioridad, además, alguna ha sufrido enérgicas restauraciones, como la de Ihaben, en 1950, o la de Orokieta en 1961, que incorporó pinturas murales de la mano del pintor navarro Emilio Sánchez Cayuela "Gutxi".

En lo que al arte mueble se refiere, la renovación ha sido también importante. En Erbiti se custodia una talla de la Virgen con el Niño, gótica del siglo XIII, y en Udabe una talla de bulto del siglo XIV, representando a un santo como obispo. Por lo demás, el apartado de la retablística está presente con el retablo renacentista de Itsaso, del XVI, que incorpora un San Pedro sedente del XIV, así como las tablas pintadas por Miguel de Baquedano, de la época de la traza. Son barrocos los retablos de Orokieta, Ihaben, Beruete, Jauntsarats, Erbiti y Arrarats, aunque los dos últimos reaprovechan esculturas del XVI. El retablo de Beramendi es neogótico, y el de Gartzaron igualmente moderno, aunque con esculturas de los siglos XVI y XVIII. En cuanto a las pilas bautismales, son medievales las de Gartzaron, Jauntsarats, Ihaben y Erbiti, y en algunos casos constituyen el único resto y la única prueba de la existencia de una iglesia medieval precedente. Al siglo XVI pertenecen las pilas sacramentales de Beramendi, Itsaso y Orokieta.

El capítulo de las ermitas, por último, es ciertamente escaso, y algunas de las que anotamos, como San Salvador de Olarunbe y San Salvador de Buriza, hoy en día edificios sencillos y no muy antiguos, fueron en su día las iglesias de los despoblados medievales homónimos.

JAS 2011