Gerrillariak

Gambra, Pedro Francisco

Capitán del Valle de Roncal (Navarra), guerrillero antifrancés, nacido en la villa de Roncal.

Tomó parte en el segundo sitio de Zaragoza cayendo prisionero tras la capitulación del 21 de febrero de 1809. Es llevado prisionero rumbo a Francia junto con su hermano Sebastián y Mariano Renovales. A su paso por Caparroso, aprovechando una emboscada de una partida de roncaleses, escapan y disfrazados se dirigen al valle de Roncal donde promueven la insurrección.

Un destacamento francés a las órdenes del comandante Puizalís sale de Pamplona el 15 de mayo y tras varios enfrentamientos es aniquilado en Santa Bárbara. Los supervivientes, primero prisioneros, fueron exterminados quedando con vida únicamente Puizalís alojado en casa de Pedro Vicente Gambra.

El 21 de agosto de 1809 sale de Zaragoza la columna de Plique, y el 23 tiene su primer encuentro en San Juan de la Peña, inmediato a Jaca, donde Renovales dispone de un fuerte destacamento de ansotanos y roncaleses que, después de resistir un día abandona la posición replegándose a los Valles.

Los días 25 y 26 la columna francesa se aproxima dirigiéndose una de sus alas hacia Ansó, y el grueso al Valle de Roncal. Los destacamentos de Renovales defienden las alturas de esas foces, dando tiempo para que se organice la resistencia en las foces de Burgui.

Apurada la resistencia previa en Salvatierra, se inicia el 28 la defensa a vida o muerte en las alturas de la Virgen de la Peña y de Sasi, que dominan el desfiladero entre Burgui y Salvatierra. Los roncaleses se pegan a cada mata y disparan sólo a tiro seguro hasta mantenerse en estos puntos durante veinticuatro horas frente a oleadas de fuerzas bien municionadas y tácticamente adiestradas. Al fin, obligados a replegarse, dejan descubierto Burgui en el que entra a sangre y fuego el enemigo saqueándolo e incendiándolo.

Organiza Renovales la resistencia en la foz de Labochuela, entre Burgui y Roncal, estrecho paso dominado por dos mesetas: Odieta y Mendibelza. Las caídas hacia el río son abruptos precipicios, pero su cima ofrece campos relativamente amplios y bosques donde maniobrar en operaciones envolventes y de sorpresa.

La resistencia llena la sangrienta y desesperada jornada del 29 de agosto, en cuya temeraria obstinación se mezcla la fe religiosa con el furor de quienes prefieren morir a ver la suerte que va a caber a su propia familia y a sus haciendas. La lucha se prolonga hasta convertirse en combate de arma blanca cuando las municiones faltan. El ala derecha de la defensa (monte de Odieta) lo tiene el capitán Pedro Francisco Gambra con 200 roncaleses y 40 rusos desertores del enemigo. La defensa del desfiladero, Pedro Esteban Villoch, y el ala izquierda (Mendibelza), el capitán Diego Calcerrada. Según el parte de Renovales, la defensa del monte Odieta "llegó a encarnizarse en término que a muchos servían sus armas de garrote, y es inexplicable la fidelidad y el valor con que los rusos se batieron".

Por la foz de Labochuela se aventuraron a pasar varias unidades del cuerpo de ejército creyendo ya dominadas las alturas, pero ven caer sobre sí aluviones de piedras allí apiladas como último recurso.

Existen unos grabados de la época, cuyo autor es el general francés Bacler D'Albe, sobre estos culminantes y dramáticos momentos del lanzamiento de piedras, y la conquista, cuerpo a cuerpo, de las alturas referidas.

Fue aquella una noche de tristes presagios para unos defensores que hubieran merecido mejor suerte. Todos los vigías que Renovales había apostado en los puertos y valles colindantes coincidieron en parecidas noticias: La columna de Plique que había logrado entrar en Ansó, llegaba ahora al puerto de Garde amenazando por la espalda la línea defensiva roncalesa; al Valle de Salazar había llegado una columna de 800 hombres procedente de la fábrica de Orbaiceta, y se dirigían hacia los puertos de Uztárroz; en fin, de los altos puertos de Isaba se comunicaba que una importante fuerza reunida en Olorón (Francia) venía en auxilio de los atacantes.

Renovales comisionó al vecino de Roncal, Melchor Ornat, para estipular una capitulación, siempre que ésta salvase vidas y haciendas de los naturales y permitiese escapar al personal combatiente. Las condiciones fueron aceptadas por Plique.

Según un parte de los propios jefes franceses, la operación les costó 520 muertos y unos 800 heridos, todo ello en la conquista de no más de tres leguas de terreno defendido por unos paisanos. En cumplimiento del pacto los alcaldes y regidores ordinarios de los pueblos se hicieron cargo de la pacificación y gobierno del Valle, y los militares salieron del mismo, con sus armas, antes de que entrara el enemigo. Muchos de estos oficiales formarían el germen de la División de Mina; Cruchaga entre ellos, que habría de ser lugarteniente del gran guerrillero.

Renovales se dirigió a Vizcaya, su patria natal, donde fue encargado de organizar los batallones del Señorío; su hogar quedaba en la casa de los Gambra, con una de cuyas hijas -doña Josefa- había contraído matrimonio durante los meses de su estancia entre ellos.

Ref. Rafael Gambra: Príncipe de Viana, 1959, p. 187.