Banderizo del bando Oñacino, hijo de Gómez González de Butrón y Muxica y de Elvira de Leyva, nieta de los Guebara de Oñate. Ha pasado a la historia como el vencedor de Mungia y el reconciliado de Carrión. La enemistad entre Mújicas y Abendaños dio fin de una forma inesperada con su reconciliación en 1470. El artífice de la reconciliación fue el Conde de Treviño, Pedro Manrique de Lara, que veía con malos ojos las pretensiones del conde de Haro, y necesitaba de una fuerza que oponerle. El de Haro había desterrado a Butrón y Abendaño de las provincias de Bizkaia y Gipuzkoa, hecho considerado ofensivo y arbitrario. La conferencia tripartita que puso fin a las guerras banderizas, tuvo lugaz en Carrión; cuando los dos banderizos vizcainos, se encontraron frente a frente, «mirando el uno al otro estuvieron turbados e ninguna cosa fablaron». El de Treviño tuvo que desplegar toda su diplomacia para persuadirles de que hiciesen las paces y olvidasen de una vez las muertes y tuertos que uno a otro se podían echar en cara. La consecuencia de esta alianza fue la batalla de Mungia, donde fue derrotado el de Haro, 27-4-1471. Esta batalla tuvo la virtud de que por primera vez, las dos irreconciliables facciones se unieran para derrotar al enemigo, representante éste de la tendencia intervencionista de la corona de Castilla. Ref. José de Aralar: La Victoria de Munguía y la reconciliación de Oñazinos y Gamboinos, «Ekin», n.° 35; Arocena, I.: Oñacinos y gamboinos, Colección «Ipar», n.° 19.