Compositor, crítico y docente nacido en Errenteria el 9 de abril de 1963.
Licenciado en Arquitectura en 1992, estudió Composición con Tomás Aragüés en el Conservatorio Superior de Música de San Sebastián y con Agustín González Acilu en el de Pamplona. Completó su formación con Pascual Aldave, R. Barce, Carmelo Bernaola, G. Brncic, F. Donatoni, Francisco Escudero, A. Gentilucci, C. Halffter, A. Lewin-Richter, G. Manzoni, L. Nono, J. Soler y J. Villa-Rojo.
Pensionado de música de la Academia de España en Roma (1990-91), fue profesor de Historia de la Música en los conservatorios de Tarazona (Zaragoza) y Cáceres. Ha sido, además, Asesor Docente del Área de Música en la Consejería de Educación del Gobierno de Navarra y editor de los Cuadernos de Veruela. Ejerce la crítica musical en prensa y televisión, habiendo obtenido el Premio "Ritmo" de periodismo musical (Madrid, 1988) por su trabajo La vanguardia en la música contemporánea, y el Premio "Manuel Valls i Gorina" de ensayismo musical (Barcelona, 1990) por su escrito Orfeo en los infiernos. Dirigió, además, las Jornadas de Nueva Música Vasca de Donostia-San Sebastián (1987-91).
Desde 1995 ha sido Gestor Cultural del Instituto Cervantes de Roma. Teórico y miembro fundador del "Iruñeako Taldea" -junto a Teresa Catalán, Josep Vicent Egea, Koldo Pastor y Jaime Berrade- aplicó los principios de la postmodernidad a la composición musical a finales de los años 80, siendo la descontextualización de los materiales sonoros uno de los ejes centrales de su poética. "Iruñeako Taldea" se mostraba muy crítico con las vanguardias de los años sesenta y setenta. Sus presupuestos estéticos y estilísticos se centraban en la tendencia a retomar los valores esenciales del pasado, aunque no literalmente -al modo de los neorrománticos- sino manipulándolos: tomando prestadas determinadas técnicas, pero procurando incorporar la experiencia acumulada por las vanguardias, si bien reelaborándola y modificándola. Se trataba de releer y reinterpretar toda nuestra tradición musical, tanto la tradición "culta" occidental, como el folklore y la música popular. Si bien el lenguaje de los cinco compositores del grupo compartían muchas similitudes, en opinión de Larrañaga él era el más formalista de ellos, siendo Catalán la más abstracta, Egea el que mayor énfasis ponía en el oficio, y Berrade el de tendencia más minimalista.
- CARREIRA, X. M.: Larrañaga Domínguez, Patxi Joseba. En Casares E. (dir.), Diccionario de la música española e hispanoamericana (vol. 6, pp. 758-759). Madrid: SGAE, 2000.
- IRUÑEAKO TALDEA: La nueva música. Scherzo, 21, ene-feb, pp. 88-90 1988.
- LARRAÑAGA P.: Oficio. Melómano, 48, nov, pp. 53-54, 2000.
- LARRAÑAGA, P. y POLO, M. (trad.): Orfeu als inferns. Catalunya Música, 80, jun, pp. 26-33, 1991.
- ONEGAN, I.: Primeras jornadas de nueva música vasca. Euskor, 16, abr, pp. 30-31, 1987.
- ERESBIL: Sección documental, D1/LAR-09. Fax enviado por Patxi Larrañaga a Jon Bagüés (1997/05/21).
- ERESBIL: Sección documental, D1/LAR-09. Olkotz, A. (12 de mayo de 1989). Patxi Larrañaga: "Badakigu gure musika hasiera batetan zail xamarra izan arren, beste musika bezalakoxea dela".