Politikariak eta Kargu publikoak

Berastegui, Prudencio María de

Alcalde y regidor primero, maestre de campo, comisario y diputado general, alavés, nacido en Manurga (Zigoitia, Álava) el 7 de mayo de 1747. Muere el 20 de octubre de 1823, a los 76 años de edad.

Estudia ciencias exactas y naturales en Zaragoza. Una vez terminada la carrera regresa a Manurga. A los 29 años, marcha a Vitoria donde se instala. A los treinta años es elegido alcalde primero y juez ejecutor de la ciudad. Pero Berastegui, viendo el peso de la labor que se le quiere encomendar interpone un recurso de alzada y pide el castigo de los que le nombraron aludiendo la ley de exención para los recién casados. El fallo da la razón a ambas partes y Berastegui queda en libertad para obrar como crea conveniente. No toma posesión del cargo. Pero en las elecciones de 1778 es elegido regidor primero.

Como ya no se encuentra incluido en la ley de exención, acepta el cargo al día siguiente de salir elegido. La primera decisión que toma en este cargo, es la de cerrar todos los mesones y posadas situadas extramuros ya que fomentan la inmoralidad; mejora la higiene pública y establece la nueva traída de aguas. Se preocupa también del embellecimiento de la ciudad, como lo demuestra el haber promovido la plantación de arbolado en el hoy paseo de la Florida; funda una casa de misericordia para auxilio de los mendigos, reuniendo donativos de comunidades, corporaciones, particulares, etc. De esta manera puede prohibir la mendicidad en Vitoria. Otro acto sobresaliente durante la regencia de Berastegui es el que se refiere a la solicitud hecha por don Isidro Lafuente en 1778 para levantar una plaza de toros donde se celebrarían tres corridas con los mejores matadores de la plaza de Madrid. Mas el Ayuntamiento niega el permiso, fundándose en que

"siendo los vecinos de Vitoria pobres en su mayoría, no convenía perdiesen el jornal en toros y otros gastos que esta diversión trae consigo. Alegó además que con esas fiestas se aficionan a la vagancia y después les cuesta volver al trabajo; que pierden sus buenas costumbres por ponerse en contacto con mujeres libres y hombres viciosos, que son los que acuden a esas fiestas, y que aparte de todo eso, la carne del ganado que se mata en la corrida, se vende mucho más barata que la ordinaria y eso ocasiona grandes perjuicios al rematante, por lo cual el Ayuntamiento se ve obligado a indemnizarle de los perjuicios que se les ocasionaba".

A los 31 años cesa en su cargo del Ayuntamiento, mas reunidos los electores de Álava nombran por unanimidad a Berastegui maestre de campo, comisario y diputado general. Como diputado organiza un plan de carreteras y caminos, y la clasificación de los puentes; Berastegui es comisionado para realizar las oportunas gestiones con el fin de restablecer la sede episcopal en Vitoria. Los documentos pertinentes al caso se entregan al obispado de Calahorra, donde permanecen abandonados por mucho tiempo. Otra acción de Berastegui en defensa del pueblo que representa es la protesta enérgica que lanza contra el dictado de contrabandista que daba a los alaveses una Real Cédula, por causa de la disminución que del consumo de tabaco se venía observando en las proximidades del Ebro. A los 33 años deja Berastegui su puesto y le sustituye José María de Salazar (25 de noviembre de 1780).

El ilustre alavés vuelve a tomar el mando en un tiempo movido y turbulento; la Revolución Francesa ya se ha dado en el país vecino, y ante el temor que las nuevas ideas penetren en nuestra tierra, Carlos IV extrema las medidas preventivas, para lo cual pide el concurso del País Vasco. El alcalde alavés en este período da muestras de sus profundas dotes de organizador y de inteligencia intentando salvar al País Vasco de las complicaciones que sobrevinieron de la revolución francesa. Cuando la república se establece en Francia y ante el temor de una posible invasión, Berástegui ordena el 2 de julio de 1792, la formación de un detallado padrón, con la expresión del estado civil de cada vecino y la aptitud de tomar las armas (que comprendía de los 18 años a los 40), y establece además la Junta de Defensa.

El 25 de marzo de 1793 recibe la Diputación de Álava una Real Cédula por la que se notifica que la guerra entre Francia y España se ha declarado, y pide voluntarios para incorporarse a los batallones que se dirigen a la frontera. Berastegui se ocupa de todo lo necesario para la defensa del territorio y nombra maestros de armas. También se distingue por su ardiente defensa de los fueros, como se verá. El 30 de marzo de 1793 recibe la Diputación otro Real decreto en el que se dice que al hacer el reparto de los 40.000 hombres que España pone en armas, corresponden a Álava 251 hombres. Berastegui pone el veto foral a tal disposición y reúne a la Junta general, la cual contestó que siendo la demanda en un todo "contraria a sus Fueros, exenciones y libertades, siempre exenta a la corona de España" se niega a enviar la gente pedida. A pesar de esto se forma una compañía de 251 hombres de entre aquellos armados cuya presencia no fuera indispensable, y se ponen a las órdenes del diputado general, quien los envía a la frontera.

Aunque en un principio la victoria estaba del lado de las fuerzas españolas, posteriormente los franceses se reponen, comienzan la ofensiva e invaden varias partes de la península. Berástegui es reelegido de nuevo en su mandato; su principal misión consiste en impedir que el ejército francés entre en sus dominios. Como el enemigo ha llegado ya hasta Deba, el primer dignatario de Álava se reúne en Mutriku con los representantes de Bizkaia y la Junta de Gipuzkoa, para organizar un plan de defensa. Una vez invadidas Bizkaia y Gipuzkoa, las tropas francesas se dirigen a Álava. Berastegui junto con la Diputación, se refugian en Castilla, y una vez que ésta es tomada, pasan a Burgos. Desde allí organiza la lucha contra el enemigo. Cuando cuenta 49 años y una vez vuelta la paz, se reúnen juntas generales en Vitoria en donde Berastegui da cuenta de su gestión en los días de lucha (14 de mayo de 1796). La Junta quiere premiar su labor e indemnizarle de las pérdidas habidas durante el último período. Pero él se opone y responde "que él y su familia se debían a Álava y que por lo tanto a él nada se le debía". Gesto que fue muy alabado por los Alaveses.

A los 51 años se retira a descansar a un pueblo, dejando todos los cargos públicos. A los 55 años pierde a su esposa, y al año siguiente se retira de las sociedades literarias a las que pertenece. Sin embargo vuelve a salir de la obscuridad, para defender los fueros, ante el ataque que hace a los mismos el gobierno de Carlos IV. El mismo Godoy puso gran interés en el establecimiento de aduanas, competencia únicamente de las Juntas del País. A los 57 años se traslada, con toda la familia, a Zaragoza, ya que un hijo estudia allí. Sufre los dos sitios que la ciudad sostiene contra las tropas de Napoleón. Una vez que se firma la paz, pasa a Valencia y de allí a Cádiz. Es nombrado diputado a Cortes, mas no accede. Reelegido de nuevo y a los 66 años se traslada a Madrid por imperativo del nuevo cargo (Septiembre 1813). Después de nueve años, vuelve a Vitoria, retirándose definitivamente de la vida pública.

Ref. E. de Urrutia. Euskalerriaren Alde, t. 1915, p. 306.