Monarkia eta noblezia

Ramiro Garcés

Rey de Viguera. Hijo de García II Sánchez (931-970) y hermano de Sancho II Garcés "Abarca" (970-995), ambos reyes de Pamplona.

Figura en un documento del año 935 como hijo de don García. Residió en la corte de León con otros navarros pero ya para el año 966 estaba en Pamplona. En dos documentos del año 972 se le cita por vez primera como rey de Viguera: Sanctione rex in Nagela et in Pampilona, et sub eius imperio parendo rex Ranimirus in Vekaria. En 973 y 974 se le cita:

Regnante principe Sanciones in Pampilona et Ranimiro in Vekaria y Sancioni Ranimirique clarisimis regibus.

En 975 era ya Ramiro Garcés experto capitán del ejército vascón. Después de la derrota de Gormaz, vencidos los cristianos, el caid de Zaragoza seguía las huellas de Ramiro apareciendo sus jinetes por el lado de Estercuel, hoy despoblado de Tudela, apoderándose de ganados y haciendo algunos prisioneros. Pronto se encontraron ambas fuerzas entablándose feroz combate. En esta ocasión Ramiro Garcés había salido de Sos al frente de quinientos jinetes enviando por delante a unos doscientos para patrullar la zona de Tudela. Estos fueron los sorprendidos y derrotados. Cañada Juste, que ha hecho una investigación sobre Ramiro Garcés, dice de él que:

"por aquellas fechas (976) se hallaba en el apogeo de su fama. Titulado rey de Viguera, era señor de Sos y tenía diversos dominios patrimoniales, en Navardun, Apardués y tal vez otros lugares. Dirigía los asuntos de la monarquía juntamente con su hermano Sancho, aunque bajo el imperio de éste. Suscribía los documentos en algunos casos incluso colocándose por delante de la reina Urraca".

El año 981 fue la llamada "Campaña de la Victoria". Para esa fecha Almanzor se hallaba en la cumbre del poder. Como suele ocurrir en estas ocasiones, la mano fuerte reprime el desorden y todo asomo de oposición; de sus consecuencias, pero, sobre todo, de la singular coincidencia de una rigurosa administración, el país surge y nada en riqueza y prosperidad. Nadie, bajo ningún pretexto, podía visitar el palacio, vigilado por selecta policía, con instrucciones terminantes. Solamente el viejo general Galib, suegro de Almanzor, desaprobaba la afrenta inflingida a la dinastía y se disponía a rebelarse. Para entonces el dictador había tomado todas las precauciones necesarias: policía, reclutamiento de fuerzas militares, desplazamientos de tropas, etc. Después de algunos incidentes Galib se puso en relación con el conde castellano y el rey de Pamplona.

El 8 de julio de 981 ambos ejércitos, musulmanes y cristianos, se enfrentaban en las cercanías de Atienza, ante los muros del castillo de San Vicente. El ejército musulmán estaba compuesto así: A la derecha: soldados bereberes al mando de Cha'far Ibn al-Andalusi; centro: algunas milicias cristianas y las mejores tropas de la guarnición de Córdoba; y el ala izquierda formada por las tropas de las Marcas. El ejército cristiano se componía de dos cuerpos: el castellano a las órdenes del conde Garci Fernández, y el de los vascones (como los llama el cronista Ibn al-Jatib) a las de Ramiro Garcés, hermano del rey. Con ellos iba Galib, envuelto en su larga cota de mallas, cubierto por resplandeciente casco dorado y banda roja. Frente a ellos, el prestigio invencible de Almanzor. El encuentro no pudo ser más desafortunado y desastroso. Galib, muerto de un accidente, dejó sin dirección la lucha. Garci Fernández logró escapar con vida, huyendo al interior de su condado. Ramiro Garcés "caudillo de los vascones" murió en la refriega.