Pintoreak

Sagastizabal Errazu, Juan

Pintor contemporáneo, nacido en la villa armera de Eibar en 1952.

Vive y trabaja en Vitoria. Cursó estudios de arquitectura durante un año en Valladolid para matricularse posteriormente en la Escuela de Aparejadores de Burgos. Trabajó como profesor en el Centro de Diseño del Ayuntamiento vitoriano. Como pintor es netamente autodidacta, participando ya en los primeros años ochenta en la Asociación de Artistas Alaveses, cuyos integrantes tenían por costumbre exponer en el Café Morgan. Precisamente en este espacio efectúa en 1984 su primera aparición individual. Con otro miembro del colectivo, Daniel Castillejo, expondrá en el mismo año en la galería Sicomoro de Miranda de Ebro.

Repetirá experiencia en diversas colectivas de artistas alaveses: en Vitoria, Miranda de Ebro, Baracaldo, Bilbao y Zaragoza. Con "Coordenada", en febrero de 1985, exhibirá su obra en la sala San Prudencio con otras quince firmas artísticas más, estando incluido igualmente en la muestra "La generación de los 80. Pintura del Museo de Bellas Artes de Álava" que pudo verse en el Museo San Telmo de San Sebastián entre el 17 de julio y el 7 de agosto de 1987. Unos meses antes celebra su segunda comparecencia individual en la sala Independencia de la Caja Provincial de Álava con "Sujeto-Objeto", figurando en la colectiva de Gernika con motivo de la conmemoración del 50 aniversario del bombardeo de la villa.

Asimismo con el tríptico Sourirecounaire recibirá un accésit en el Gure Artea de 1986, sección de pintura. También es uno de los artistas seleccionados en "Orman", colectiva que inaugura la programación de la sala Amárica en mayo de 1989. Dos años después, en la misma sala vitoriana se incluye su trabajo dentro de la "Colección Pública", hallándose representado, pues, en los fondos del Museo de Bellas Artes de Álava. Esta colectiva será itinerada al año siguiente, en 1992, al Palacio de Armas de la Ciudadela, de Pamplona, y a la Casa del Cordón de Burgos.

Del 30 de septiembre al 30 de octubre de 1993 la sala Amárica acoge la que será su tercera exposición individual con "Bebé pirata", muestra que marca un verdadero punto de inflexión en su trayectoria, hasta la actualidad. Si hasta entonces es Juan Sagastizabal un pintor que milita en la problemática del arte abstracto, desde ahora se adscribe a la corriente figurativa. En esta muestra, a partir de sesenta obras más o menos desenfadadas, reflexionará sobre su propio arte, sobre su posicionamiento en el mundo actual de la pintura. Una reciente paternidad, el nacimiento del tercero de sus hijos, alumbrará la serie de "bebés". Tal como declaraba por aquellos días: "los bebés son portadores de una actitud positiva, porque ellos viven el presente eternamente, no se plantean ni el pasado ni un futuro".

Así pues, esta exposición le permitirá reflexionar sobre el tipo de pintura que quiere y desea acometer, saliendo al encuentro de los eternos problemas formales ya tradicionales en la práctica pictórica. Despreocupándose del pasado -lo hecho, hecho está- y de lo que pueda deparar los tiempos venideros. Cabezas enormes de bebés, retratos y autorretratos, y algunos bodegones, así como diversos juegos con manos, dedos y pies, enriquecen una temática que enlaza la figuración expresionista con un aire de surrealismo poblado a su vez por detalles metafísicos, como escribirá Juan Manuel Bonet. Ternura, ironía y un, a veces, humor perverso, habitan en estas composiciones de grandes trazos pictóricos; trazos esquemáticos sobre fondos o escenarios impregnados de un cierto hálito romántico. O metafísico.

Abierta esta vía figurativa en sus quehaceres pictóricos, persistirá más adelante en la temática infantil. Ofrecerá ya en la sala Luis de Ajuria (28 febrero-13 marzo, 1998) una nueva exposición individual que será, de algún modo, la continuación renovada de la serie "Bebé pirata". Los bebés de hace cinco años han crecido ya; ahora son niños que individualmente o en grupo se enfrentan a un rosario de actividades en muchos de los casos de enigmática traducción. O con un significado soterrado, más profundo y subversivo de lo que delatan las escenas propiamente infantiles. No hay lecturas concretas. Persiste en la pintura de Sagastizabal la ambigüedad interpretativa de antaño, como si cada cuadro remitiera al espectador a una suerte de contenidos literarios, a un poema acaso, a la expresión plástica de un texto.

Procedimientos técnicos tradicionales y estética expresionista aparecen de nuevo en la muestra que lleva por título "Historia Natural" en la Galería Itinerante de la calle Zapatería de Vitoria: en abril-mayo de 2005. Saltamontes, moscas, polillas y otros insectos dan nuevo contenido a la obra de este pintor que insiste ahora con una serie de cuadros muy ilustrativos, temática ya presente, aunque quizá no tan desarrollada como ahora, a principios de la década de los noventa. Amplía así Juan Sagastizabal la visión de su campo artístico -como hiciera de hecho con el tema infantil- impregnando de contenido estético, y simbólico, a determinadas referencias figurativas, en este caso insectos.