Biografiak

PORRALIS, Tomás y Pedro

Impresores originarios de Saboya. Romás Porralis se halla establecido en Pamplona (Navarra) en 1569, donde morirá hacia 1591. Sucesor de Adrián de Amberes, inicia sus actividades con la impresión en 1569 de la obra de Nebrija De Institutione Gramaticae. En 1570 publica la Oratoria y Dialéctica de J. Costa, el Quaderno de las Leyes y las Leyes y Ordenanzas de P. Gasco. Estando a su cargo la impresión de los Quadernos de Leyes desde 1570, los publicó cada vez que hubo Cortes de Navarra (1573, 1576, 1580, 1586 y 1590). Entre 1572 y 1573 se establece en Tudela. El motivo de su traslado fue el de imprimir algunas obras del humanista Pedro Simón Abril, que impartía sus enseñanzas en el Estudio de Gramática de dicha ciudad. Durante los tres años que regentó el Estudio de Gramática de Tudela se imprimieron en la imprenta que Tomás Porralis tenía establecida en dicha ciudad tres de sus obras. A partir de 1577 imprime obras como el Ceremonial y Rúbricas Generales del Missal Romano de J. de Oscáriz (1577), Contemptus mundi de Kempis-Granada (1587), Tractatus de parrochorum obligatione tempore pestis (1588), tratados de gramática, redacción y oratoria, en especial de jesuitas, como los de Miguel de Saura: Grammaticae Institutiones Latinae (1577) y Sintaxis (1579), o P. de Perpiñán, Orationes duodeviginti, y otros. De las biografías destacan la de Fray Luis Beltrán (1582), la del Duque Carlos de Borgoña (1586), la del Rey Juan II, escrita por Pérez de Guzmán (1590) y otras obras como El ciudadano de J. Costa (1575), el Arte Militar de J. de Funes (1582) o las Constituciones Sinodales de B. de Rojas y Saldoval (1591). En 1580 marcha a Epila (Zaragoza) para publicar la Primera Parte de Clara Diana, de B. Ponce. Continuó trabajando en Pamplona, como único impresor hasta 1591, año en que le sucede su hijo Pedro, que inicia su labor con la impresión de la Crónica del Serenísimo Rey don Pedro, hijo del Rey don Alonso de Castilla, escrita por el canciller del Castilla Pedro López de Ayala. Este continuó trabajando en Pamplona hasta 1596, año en que encontramos un nuevo impresor, Matías de Mares. El municipio pamplonés le asignó un salario de 50 ducados anuales para que en un período de diez años "mantuviese imprenta de libros con todo el aparato necesario", residiendo en la capital, a cambio de la exclusiva de imprimir, aunque este contrato vulnere las pragmáticas que restringían y aun prohibían la creación y mantenimiento de estancos para el monopolio y ejercicio de las artes.

Xabier LASALLE