Enpresariak

OLAGUIBEL ESNAL, Nicolás

Marino, armador y empresario vizcaíno, nacido en Plentzia en 1809. A los doce años embarcó para La Coruña, pasando de ahí a Filipinas, donde obtuvo colocación de marinero en un barco indígena. Tomó contacto con comerciantes vascos y con su ayuda, consiguió comprar un barco, estableciéndose en Zebú. Dueño de una pequeña fortuna que acrecentó en los años siguientes en que ya contaba con casa de comercio y con varios buques que fletaba para Europa, resolvió trasladarse a Bilbao en 1847; y cargando dos de sus mejores buques con artículos de aquellas islas, los vendió muy bien y se estableció en la capital vizcaína (1848), dedicándose con especialidad a la exportación de harina a La Habana y puertos de Cuba, para lo que acaparó todos los productos que elaboraban las fábricas de la localidad y de los pueblos vecinos y los embarcaba en treinta y nueve barcos de diferente porte y aparejo que construyó, desde 1850 a 1855, en las orillas del Nervión. En marzo de 1887, al tratarse de la construcción del ferrocarril que debía ligar a Bilbao con la línea del Norte fue el primer suscriptor que se presentó a inscribirse, suscribiendo títulos por dos millones de reales. Compro además y reconstruyó en Bilbao casas de vecindad, compró el monte de Isuskiza, en Plentzia, que convirtió en terrenos de labranza y pastoreo. Fue uno de los fundadores del Banco de Bilbao en 1857; construyó en Olabeaga varias casas y almacenes donde depositasen sus cargamentos los buques que fondeaban a su frente; empleó durante varios años operarios de todas clases, y finalmente llegó a ser en Bilbao en la década de 1850 a 1860 el más activo y floreciente comerciante. Fue nombrado en suerte segundo diputado general de Vizcaya, por las Juntas Generales de Gernika, desempeñando el cargo de primero por ausencia del propietario, Padre de Provincia del Señorío y desempeñó otros cargos públicos. La Guerra Civil comenzada en 1872 le obligó a ausentarse de Bilbao y a abandonar sus negocios; reclamaciones importantes que a la vez le requirieron la devolución de capitales depositados en su poder, comprometieron su crédito. Se retiró de los negocios, arruinado, muriendo en Bilbao en 1890. Ref. J. E. Delmás: Claros Varones...