Pintoreak

Arrázola-Oñate Tojal, Txaro

Autora versátil, de ricos registros estilísticos, cada obra tiene unas lecturas muy concretas: poéticas o sublimadoras unas veces, otras son expresión directa de una realidad más o menos comprometida, y otras devienen en reflejo de su propia identidad. Juega ora con el rigor dibujístico, ora con la pincelada suelta e imprecisa. De una etapa fructífera de su carrera son sus recortadas siluetas de mujer en punto de cruz, en realidad son autorretratos de perfil y de frente, cuyos trazos en forma de red, en retícula, a modo de mallas, se proyectan sobre fondos neutros de color.

Rompiendo con los límites tradicionales del bastidor, pero fiel al fundamento temático del mundo femenino, recurre Txaro Arrázola en otras composiciones al uso de objetos reales, como ropas, sábanas y diferentes telas. Una experiencia con la que enriquece las posibilidades lingüísticas-expresivas de su trabajo, renovando y ampliando los contenidos. Conceptos muy diversos con los que aumenta la carga simbólica de la mujer y su significada trascendencia en una íntima y, por ende, cercana existencia cotidiana.

Conservan sus obras, incluso de épocas diferentes, una preocupación constante por el análisis crítico del entorno: una interpretación comprometida de la realidad, que no es algo forzado, sino consustancial e inseparable a su personalidad. Un cuestionamiento, quizás, más evasivo, más formalmente pictórico, en sus paisajes urbanos y rurales elaborados con trazos de color en blanco y negro, con dicción expresionista -"pinturas negras" que califica la creadora-, resultando estos planteamientos, por el contrario, ya más directos e incisivos, más explícitos, cuando incide en imágenes de clara denuncia social. Básicamente con el apoyo de los lenguajes audiovisuales y la fotografía.


Art Aretoa

Puede verse una muestra de su obra en la sección Art Aretoa del número 398 de la revista Euskonews.