Boda de Alfonso VIII con Leonor de Inglaterra (1170). Transcendencia para Navarra. Como ha podido observarse, las bodas constituyen en estos siglos el instrumento clave de las alianzas y relaciones entre los pueblos ístmicopeninsulares. Con referencia a los vascos, la boda contraída en septiembre de 1170 entre Alfonso VIII de Castilla y la princesa Leonor, hija de Enrique II Plantagenet, de Inglaterra, va a servir para los propósitos ambiciosos del castellano como pieza maestra. Retengamos que Leonor, reina, madre de Leonor infanta, es duquesa de Gascuña y condesa de Poitiers, de una parte, y que ambos reyes ingleses se constituyen en suegros poderosos del joven Alfonso. El viejo reino de Pamplona va a encontrarse de nuevo entre los poderosos enemigos tradicionales Aragón y Castilla, pero con la complicidad de Inglaterra. La transcendencia que para la historia vasca representa esta boda es tal que sus consecuencias llegan a influir en el estado político de los vascos del s. XX.