Udalak

ANOETA

La iglesia parroquial de San Juan Bautista es una construcción relativamente modesta en cuanto a sus proporciones, debiendo datarse su fábrica en el siglo XVI. Es templo de una sóla nave, con dos tramos que anteceden al altar mayor, cuyo ábside es poligonal, utilizándose como cubiertas bóvedas de crucería. Con posterioridad se le añadiría su torre campanario, que se ubica a los pies del edificio, en su lado izquierdo más concretamente, zona ésta en la cual se habilita igualmente un porche de acceso.

En su interior, debemos destacar su retablo mayor, diseñado por Manuel Martín de Carrera, quien en 1792 se trasladó a la localidad para contratarlo, encargándose de su ejecución Juan Martínez. La obra se finalizó dos años más tarde, si bien posteriormente el maestro Larrondoburu reformó el tabernáculo, mesa de altar y tarima, al tiempo que, y según diseño del propio Carrera, realizaba algunas obras de escultura. Este organismo neoclásico de planta curva consta de un basamento, cuerpo único ordenado con dobles columnas gigantes pareadas que escoltan un relieve del titular y finalmente un pequeño ático en el que sendos ángeles se encuentran a los lados de un relieve en el que se representa al Espíritu Santo. Se trata, en definitiva, de un destacado mueble que muestra claramente los ideales propios del periodo.

En cuanto a los retablos colaterales de Nuestra Señora del Rosario y de San Sebastián, aunque posteriormente sufrirían modificaciones, en origen su ejecución se debió a Juan Asensio de Ceberio, quien en 1755 se comprometía a efectuarlos según el diseño de Miguel de Irazusta, difunto ya, por lo cual se tomaban como modelo los colaterales que había ejecutado en Alkiza. Examinados en 1759 por Domingo de Múgica y Francisco de Ibero, no cabe duda de su interés, como las reconocidas cualidades del tracista nos demuestran. Con todo, conviene señalar que actualmente no conservan la labor de talla que en origen poseerían, además de ser sus columnas estriadas, razón por la cual muestran un sentido clasicista un tanto alejado de los ideales originarios.

En el casco urbano de la localidad debemos citar también la casa consistorial. Lo cierto es que se trata de un edificio de reciente construcción, pues, dado el deterioro del anterior -que se conserva igualmente, sin ser realización especialmente reseñable-, fue en 1985 cuando se decidió erigirlo, inaugurándose apenas cuatro años después. En cualquier caso, muestra la habitual disposición en altura, aunque con la lógica actualización de sus elementos.

El otro edificio que debe ser destacado es Erretore Etxea, reedificada en 1913, pero conservando su carácter de construcción tradicional. Además, en la entrada de la localidad, y ubicada en una zona ajardinada, hallamos una escultura de Xabier Laka, en la cual se representan dos figuras unidas por los brazos, con formas esbozadas pero al mismo tiempo grandiosas.

Fuera del ámbito en el cual nos hemos centrado hasta el momento, son algunas construcciones rurales las que debemos subrayar. Así ocurre con el caserío Iturgaitza, que mantiene una puerta en arco rebajado y una ventana conopial, elementos que hablan de su origen bajomedieval.

Por lo que al caserío San Juan se refiere, situado en el lugar que anteriormente ocupaba una ermita, tiene junto a él una cruz de calvario abundantemente decorada, elemento éste que goza de particular interés, y que ciertamente hace lamentar la pérdida del resto de piezas que formarían un conjunto que nos llevaría a la aludida ermita. Además, el caserío Etxeberri presenta restos de arcos cegados en la actualidad, mientras que Ateaga, edificado en 1666, mantiene su escudo de armas.

Bibliografía

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Ignacio CENDOYA ECHANIZ