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AMILIVIA ASTIAZARÁN, José Policarpo

Sacerdote guipuzcoano, nacido en Zarautz en 1812. Fue ordenado presbítero en España, poco antes de iniciarse la I Guerra Carlista. Durante la contienda, se decantó por el bando del pretendiente Carlos V; su hermano Gerónimo Amilivia, incluso, había alcanzado cierta graduación militar en el Ejército carlista. De este modo, a la finalización de la guerra en 1840, como otros varios sacerdotes y religiosos que se habían mostrado muy vinculados a la causa carlista, optó por marchar exiliado a América.

Siguiendo los pasos de su hermano, el Río de la Plata fue su destino, como el de casi todos los demás sacerdotes diocesanos vascos que se hallaron en similar coyuntura. Desconocemos la fecha exacta de su llegada a esta región americana; en febrero de 1844, sin embargo, tenemos la primera mención de su presencia en Uruguay, ya que es nombrado párroco de la ciudad de Colonia. En febrero de 1847 fue trasladado con similar cargo a Soriano; pocos meses más tarde, en diciembre, por avatares de la guerra civil que vivía Uruguay, hubo de abandonar su parroquia, y será trasladado con similar cargo a la parroquia del Reducto, en las cercanías de Montevideo.

Su carrera en el que sería su definitivo país de adopción, corrió pareja a la de su hermano. Viendo recreada en suelo uruguayo la misma lucha política en la que habían participado en el País Vasco, tanto Gerónimo como José Policarpo tomaron rápidamente partido por la facción "blanca" en pleno desarrollo de la llamada Guerra Grande. El primero llegaría a ser coronel del ejército de Manuel Oribe; el segundo, tras la derrota de las tropas oribistas hubo de renunciar a su cargo en Mercedes, por imposición del nuevo vicario de la Iglesia de Montevideo, Lorenzo Fernández, de tendencia "colorada", que trataba entonces de remover a todos los curas "blancos" de la campaña.

De este modo, se exilió al otro lado del Río de la Plata, actuando como párroco del partido de Barracas al Sud, en las cercanías de Buenos Aires, en diversos momentos entre 1850 y 1857. No obstante, no se había desligado de Uruguay, donde aparece colaborando esporádicamente en las tareas pastorales con el nuevo párroco de la ciudad de Mercedes. Ya en julio de 1854, superadas las anteriores dificultades, volvió a encargarse brevemente y de modo provisorio de esta parroquia, y desde septiembre de 1857, como cura párroco. No obstante, entre enero de 1855 y octubre de 1856 volvió a actuar en territorio argentino, como párroco de Ensenada (Buenos Aires).

Aquejado de una grave enfermedad, fue llevado por esta razón a fines de 1862 por varios amigos sacerdotes vascos, igualmente exiliados carlistas como él, a Buenos Aires, donde falleció el 2 de agosto de 1863.

Óscar ÁLVAREZ GILA
Profesor de Historia de América. U.P.V.-E.H.Unibertsitatea