Politikariak eta Kargu publikoak

Allende-Salazar Urquijo, Castor María

Político. Nacido en Gernika (Bizkaia), el 29 de septiembre de 1793; fallecido en Gernika (Bizkaia), el 28 de julio de 1874.

Nació en Gernika en el seno de la familia formada por Francisco Allende-Salazar y Mezeta y María Francisca de Paula Sierva Urquijo e Ybaizabal. Contrajo matrimonio con María Luisa de Eguía Mezcorta, del que nacieron María de la Cruz, Eulalia, Ventura, Rafael y Josefa. En el juicio que entabló su hijo, en 1844, para reclamar el abono de cantidades "por razón de alimentos", se señala que son "una familia rica y distinguida".

Su hijo Ventura, que estaba en posesión del título de abogado, participó activamente en la política vizcaina tanto en calidad de alcalde de Murueta como de apoderado de dicha anteiglesia durante numerosas Juntas Generales; y. en 1844, le llevó a juicio reclamándole el pago de ciertas cantidades, en compensación de las dotes que había entregado a sus hermanas.

En marzo de 1813, fue nombrado secretario de la Junta de Subsistencias del Distrito de Gernika, una de las once que se había creado en Bizkaia para suministrar provisiones a las tropas que luchaban contra los franceses.

En 1820 accede por primera vez a las Juntas Generales de Gernika al resultar elegido apoderado de Lumo, de cuya anteiglesia era fiel segundo. Tres años más tarde y siendo fiel primero de la misma localidad volvió a participar en las reuniones de Gernika; y durante su desarrollo formó parte de la Comisión encargada del "Servicio militar voluntario y extraordinario"; de la de habilitación de arbitrios para atender a las presentes urgencias extraordinarias; y de la encargada de conferenciar con los apoderados del Consulado de Bilbao.

La primera realizó un informe que trataba de equilibrar las necesidades militares y las de la agricultura, cuyo abandono podría haber provocado serias dificultades a las economías familiares. En dicho texto se fijaban las exenciones que se conservaron a lo largo de los diversos conflictos del siglo XIX. El grupo encargado de estudiar la implantación de arbitrios, teniendo en cuenta el elevado déficit del Señorío, propuso el aumento de cargas sobre productos y una contribución directa sobre la propiedad de hasta un 10%. Las negociaciones con el Consulado dieron lugar a un acuerdo por el que éste prestaba un millón y medio de reales sin interés.

Un año más tarde representó nuevamente a Lumo. Tomó parte en la comisión del donativo pedido por S.M. y en la de remplazo del Ejército. Asimismo en la relativa a la consulta realizada por Zalla sobre el reparto de contribuciones para las urgencias extraordinarias, y de la que estudió las solicitudes de los heridos en la campaña realista.

Sin duda alguna la cuestión de las aportaciones de dinero y hombres para el servicio de S.M. era uno de los puntos de mayor fricción con la Corona que necesitaba mayores recursos y para ello pretendía eliminar las exenciones fiscales. El Señorío se negó a la implantación de las quintas y ofreció pagar un donativo de 7 millones de reales en unión de las provincias de Álava y Gipuzkoa. La mala situación de la tesorería del Señorío incidió en la solución dada a la cuestión de los heridos en la campaña realista y del pago de las urgencias extraordinarias producto de los suministros entregados por las poblaciones a las tropas que luchaban contra los liberales, para cuyo abono se volvió a recurrir al aumento de los impuestos.

En 1822 formaba parte de la Diputación de Bizkaia, a la que se acusaba de connivencia con las guerrillas realistas. Entre sus miembros se encontraban algunos de los prohombres del realismo como Francisco Javier Batiz o Pedro Novia de Salcedo.

En 1825 aunque fue elegido para representar a Lumo, declinó tal responsabilidad siendo sustituido por Nicolás María Allende-Salazar, conde de Montefuerte.

Su siguiente representación, el año 1831, la desempeñó por la anteiglesia de Ibarranguelua. Formó parte de la comisión encargada de dictaminar sobre el Código de Comercio y el nombramiento de prior en la persona de Pedro Pascual de Uhagón. En el informe se objetó que Uhagón no reunía los requisitos exigibles para el desempeño de cargos en el Señorío. Ese mismo año figura como administrador de los bienes del Conde de Montefuerte, cargo en el que se mantuvo hasta 1837.

Participó en las Juntas de 1833 en representación de Arrazua; siendo elegido también por Ibarranguelua, puesto en el que fue sustituido por Juan Bautista de Arancibia. Tomó parte en la comisión permanente encargada de proponer un plan económico para la administración de los fondos del Señorío. Durante las mismas reclamó contra la celebración de ayuntamiento general de la anteiglesia de Kortezubi, ya que no le habían permitido participar en él a pesar de tener propiedades en la misma.

Al producirse la sublevación carlista salió (7.10.1833) con el Batallón de Paisanos Armados y no regresó a Guernika hasta el 13 de noviembre de 1835. Con dichas tropas participó en la victoria sobre los liberales en Azpeitia. Tras la entrada de Sarsfield en Bilbao, que supuso el final de sublevación carlista en dicha provincia se refugió en Bayona, de donde fue expulsado hacia la región de la Gironde. Tras burlar la vigilancia de la policía francesa regresó a su casa.

En 1841 fue miembro de la Comisión de poderes y del informe sobre negociaciones de los Fueros; y de la revisión de cuentas. En octubre de 1841 fue nombrado miembro de la comisión auxiliar creada para ayudar a la Diputación en las tareas de organización de la lucha en defensa de los fueros.

Fue elegido suplente de la villa de Gernika para las Juntas de 1844. En 1846 fue confirmado para continuar en la Comisión económica que había sido creada en 1833, pero teniendo que ausentarse del Señorío por algún tiempo, solicitó ser remplazado en dicho encargo.

En 1850 fue nombrado apoderado suplente por Kortezubi, y habiéndole correspondido a la anteiglesia de Lumo la responsabilidad de elector, le propuso para diputado general oñacino, resultando elegido. Fue nombrado, en representación de la merindad de Busturia, para formar parte de la comisión encargada de elegir sustitutos para los comisionados en corte, en el caso de que les fuese imposible continuar en el desempeño de su misión. Acudió a las Juntas de 1852 en calidad de diputado general.

En las Juntas de 1850 resultó elegido diputado general oñacino, cargo que ejerció en unión de Rafael de Guardamino. A la vista de la situación de la negociación foral, la Diputación nombró comisionados extraordinarios en Madrid a los diputados segundos en ejercicio (Piñera y Víctor Munibe), a los que habían sido designados primeros para el bienio siguiente (Allende Salazar y Guardamino) y a Juan José Aréchaga que residía en Madrid. Durante el desempeño de su cargo, en marzo de 1851, la Diputación reiteró la autorización para que a los representantes en Madrid (Rafael de Guardamino, diputado general, y Juan José Aréchaga) "el crédito que les tiene ya abierto para sus gastos personales, sea extensivo a cuantos bajo cualquier concepto pudiera ocasionarles el desempeño fiel de su ardua y espinosa misión". Quedaba por lo tanto abierta la posibilidad de realizar todo tipo de sobornos con tal de conseguir la aprobación de los Fueros.

Ante la gravedad de la situación se le encargó desplazarse a Madrid (12.06.1852) al objeto de ultimar la negociación de la cuestión foral. Asistió a diversas reuniones de los comisionados vascos con una delegación del Gobierno presidida por el marqués de Miraflores. La rápida caída del Ministerio de Bravo Murillo impidió llegar a ningún acuerdo ni a que se aprobase el texto que se pensaba proponer a las Cortes.

Fue nombrado apoderado por Guernica y suplente por Lumo, para las Asamblea que se celebraron en julio de 1854, en la que participó en calidad de padre de provincia en la comisión de revisión de poderes. Participó asimismo en la de octubre del mismo año, en las que formó parte de la Comisión que dictaminó sobre el comportamiento de José Ramón de Rotaeche en 1833; de la de fueros que solicitó que el general José Allende Salazar fuese declarado padre de provincia. Firmó la petición de que se gestionase el mantenimiento de los misioneros de Loyola.

En 1856 participó en la Comisión de Caminos y Ferrocarriles que propuso los medios para atender el compromiso de subvención extraordinaria contraída para su realización, firmando el informe de la mayoría.

En el siguiente bienio fue nombrado apoderado suplente por Guernica, pero como padre de provincia participó en la Comisión de Caminos y Ferrocarriles en la que sólo firmó un informe. En las extraordinarias de octubre de 1859, fue uno de los que apoyaron el informe sobre la guerra de Marruecos, por el que se proponía la entrega de un donativo, el alistamiento general con arreglo a fuero y la creación de cuatro tercios.

No volvió a desempeñar una representación popular hasta 1862 en que fue elegido apoderado por Murueta. Participó en la Comisión encargada de dictaminar sobre el segundo consultor; en algunos informes de la comisión de caminos, que propuso la clasificación de los caminos y la realización de cuantos hubiesen sido aprobados por las Juntas. Firmó la solicitud de traslado de las cenizas de Francisco de Hormaeche, y la proclamación de Antonio Trueba como archivero y cronista del Señorío.

Dos años más tarde acudió nuevamente a Gernika, en su calidad de padre de provincia, en un momento de graves tensiones sobre la cuestión foral. Firmó la petición de proclamar padres de provincia a varios senadores que habían defendido los fueros en la Cámara, y de agradecimiento a Pío IX por las gracias que ha dispensado a la iglesia foral. Participó en la Comisión de Fueros.

En 1866 y 1868 representó a la Anteiglesia de Murueta, participando en esta última ocasión en la reforma del reglamento de elecciones realizada por la Comisión de fueros.