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AIZAROTZ

Pequeño lugar agregado al municipio de Basaburua, partido judicial de Pamplona (Navarra). Está situado en la ladera oriental de la Sierra de Seambe entre alturas superiores a los 700 m.
1960: 40 h.; 1800: 27 h. En 1704 constaba como despoblado. En 1800 consistía toda su población en una ferrería y dos caseríos antiguos, que con el término de Ekuzaburua pertenecían a un caballero particular. Dependía eclesiásticamente del cura de Arrarai.
Lugar, cuarta parte de la merindad de Pamplona (Navarra).

Idoia ESTORNÉS ZUBIZARRETA

Urbanismo y construcciones civiles

Tradicionalmente Aizarotz no fue sino el enclave de una antigua ferrería, citada ya en 1280 y 1366 como "Aiçaraz" y "Aiçaroz" respectivamente. Como tantas otras veces, en torno a esta ferrería se erigieron unas pocas casas dispersas, de las cuales una llegó a contar con capilla, para facilitar las funciones religiosas a los vecinos. Recientemente, no obstante, esta finca perteneciente al patrimonio forestal de Navarra ha sido objeto de la construcción de una pequeña pero innovadora urbanización.

El nuevo casco urbano forma un eje longitudinal en torno a la carretera que conduce a Arrarats e Igoa, con dos calles que transcurren paralelas al río Artius. Tanto el entorno de las edificaciones como las propias orillas del río han sido habilitadas con abundantes zonas verdes, rematando con un lago artificial en la zona septentrional de la urbanización. El antiguo canal que desviaba el agua del río también se ha rehabilitado y constituye hoy un aliciente más, al que se ha añadido un estanque junto al frontón.

En cuanto a las construcciones propiamente dichas, se observan tipologías muy diversas, para adaptarse a las diferentes necesidades y posibilidades económicas. Así, pueden observarse chalets y unifamiliares exentos y rodeados de zonas ajardinadas privadas, grupos de viviendas adosadas con huerta y/o jardín, y hasta algunos embrionarios bloques de pisos, que en ningún caso superan las tres alturas. Tal vez el mayor acierto haya sido el mantener, para todas las edificaciones, un único patrón constructivo, que quiere inspirarse en la arquitectura popular de la zona. Los muros son enlucidos, blancos y sin cadenas de sillar salvo excepciones, aunque a veces se disponen zócalos de losa de piedra. Los vanos, rectangulares, abundantes y de buen tamaño, van con carpintería de madera y con contraventanas del mismo material. No faltan los miradores ni algunas largas balconadas. Los edificios rematan con tejados a doble vertiente, cubiertos con la típica teja árabe. Por último, hay que destacar el vistoso frontón, verdadero centro de la vida social del lugar, que se edificó con estructura de madera, que afecta también a la cubierta, y cierres exteriores de hormigón.

Ermitas

Aunque hoy en día no se registran ermitas en este término, Pérez Ollo cita el testimonio de un vecino que al parecer afirmó que había llevado las imágenes a la parroquia de Jaunsarats. Según algún autor pudo tratarse de la ermita de San Salvador de Olarunbe, lugar que se había citado ya para el siglo XI y que figuró luego como despoblado.

Joseba ASIRON SAEZ (2007)

  • CARO BAROJA, J. La casa en Navarra, Pamplona, C.A.N. 1982, pp. 534.
  • GARCÍA GAÍNZA, M.C. (et. alt.): Catálogo Monumental de Navarra, vol. V*, Merindad de Pamplona, Adiós-Huarte Araquil, Pamplona, Gobierno de Navarra, Arzobispado de Pamplona, Universidad de Navarra, 1994, pp. 243.
  • PÉREZ OLLO, Fernando: Ermitas de Navarra, Pamplona, C.A.N., 1983, pp. 20.

Joseba ASIRON SAEZ (2007)