Literatos

Zunzunegui Loredo, Juan Antonio de

Ignacio Elizalde, gran conocedor de su obra, la define de esta forma:

"De sus contemporáneos es el que más se emparenta con los novelistas de la posguerra y cuyo éxito puede compararse al éxito de la promoción siguiente. Escritor totalmente entregado a su vocación, nos ha dejado una extensa obra. Más que un creador de mundos de ficción o de tipos humanos representativos, es un novelista que sobresale por su sinceridad y autenticidad. Posee una concepción de la novela muy próxima al naturalismo, siendo principalmente observador de la realidad externa. Por su fragmentarismo podemos decir que es continuador de Baroja. La insolidaridad y el distanciamiento con sus personajes le lleva a la deformación humanística y a representar la vida con una crudeza y verismo duros más de moralizador que de literato. El tema de su externa obra está localizado en Bilbao y Madrid, principalmente. Ha dedicado parte de su obra a darnos una visión exacta de la vida bilbaína de comienzos de siglo, mediante un inventario minucioso y descripcionista de la vida y costumbres de la ciudad y sus alrededores. Tal vez, ha sido una visión dura. Le faltó ternura para ver las cosas con más benevolencia, ya que Zunzunegui es un escritor escéptico y pesimista con un humorismo sarcástico. Por eso el sentido de sus novelas suele ser radicalmente negativo y su tono desencantado y amargo. Pero la verdad es que ha logrado lo que sólo consiguen los grandes novelistas: poner en pie a hombres y mujeres de carne y hueso, con sus virtudes y sus vicios. No cabe duda que en su obra encontramos un censo de personajes vascos de Bilbao, Portugalete y el País Vasco. Aparece como un verdadero "testigo de cargo" de la sociedad bilbaína y vasca de épocas pretéritas. En Zunzunegui encontramos un extraordinario valor testimonial".

Ref. Elizalde, I.: Juan Antonio de Zunzunegui "Colección Temas Vizcaínos" nº 179, 1989.