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Universidad de Oñati. Historia

Esta fue una etapa de altibajos. A la progresiva disminución del valor de las rentas asignadas por el fundador hay que añadir la mayor complejidad de los planes académicos y la incorporación de la enseñanza técnico-científica que caracterizan a los siglos XVIII-XIX. La Universidad se vio abocada a solicitar la ayuda económica del ayuntamiento de Oñati -que construyó el edificio y pagó 500 ducados iniciales- y de los poderes forales. Oñati señaló un tanto anual merced al cual la Universidad pudo añadir hasta 1767, a dos profesores de Filosofía y dos de Teología. Un alumno distinguido de este período fue el historiador Camino, luego catedrático y rector de la misma.

En la segunda mitad del siglo XVIII, en plena Ilustración, la Universidad económicamente exangüe, no podía sostenerse y mucho menos expandirse. En 1767 sólo impartía cuatro cátedras: dos de Leyes, una de Cánones y una de Teología Moral. Alumnado y profesores la desertaban prefiriendo las grandes Universidades, privilegiadas por el poder central, especialmente en la R.O. de 1770 que eximía de quintas a los graduados y matriculados de Valladolid, Salamanca, Alcalá, Santiago, Oviedo, Sevilla, Granada, Cervera, Huesca, Zaragoza y Valencia, condenando a la desaparición a las restantes. Por otra parte, tampoco fueron pródigos los mecenas vascos ya que, como comenta Lizarralde:

"las familias acaudaladas de Oñati lo mismo que las del país en general, fueron muy inclinadas a dejar parte de sus bienes para dotación de memorias pías; de los ss. XVI y XVII son las grandes instituciones de caridad cristiana en nuestra patria. Mas la caridad anduvo bastante mezquina con la que es una de las instituciones mayormente beneficiosas de aquella época".

La falta de medios y una visión tradicionalista de la enseñanza universitaria, refractaria a las innovaciones ilustradas, fueron la causa de su decadencia. La reforma universitaria de 1771 -que supuso el eclipse de la Universidad benedictina de Irache (Artes, Teología y Medicina) y el cierre de la de Santiago de Pamplona -de los dominicos- puso a Oñati en un brete. Un informe de 1771 relativo a las rentas y cátedras de la Universidad arroja luz sobre su situación:

"Los fondos, Señor, que gozan la Universidad y Colegio son unos mismos sin separación, ni distinción alguna, y por el plan que han formado de sus rentas para la mayor instrucción de V. A. resulta, que inclusos los seis mil trece reales con que en virtud de Real facultad contribuye la villa para la manutención de tres cathedras, dos de Instituta y una de Theologia moral la que se creó el año de 1761 con motibo de haverlos separado a los Regulares expulsos de las quatro de Theologia Scholastica, y Philosophia por la omision, y descuido con que miraron a la enseñanza publica, todas sus rentas ascienden a 22.949 reales, y treinta y dos mrs., de los que 8.125 estan destinados a la paga del salario de los siete cathedraticos que en el dia subsisten: a saber dos de Instituta civil: dos de Derecho canónico: uno de Theologia moral, y dos de Philosophia: Los 2.125 a las del Mayordomo, familiar secretario, Alguacil, Medico, Zirujano y cocinero. Los 850 a la paga del subsidio y 4.000 a la de los gastos de la Capilla, extraordinarios reparos de las haciendas; la vitualla de azeite, luz, leña y demas conveniencias con que contribuye por la cortedad de su salario a los colegiales cathedraticos la universidad colegio, y quedan sobrantes en su beneficio 7.894 reales y 32 mrs con los que se deberan abonar las diligencias judiciales que huviese de haver para la cobranza de sus rentas. Los fondos de que probienen los ultimos a excepcion de los 6.013 reales que produce el arbitrio con que contribuye la villa, consisten en censos, hacienda raíz, y acciones contra la Real Compañia de Caracas".

Coincidiendo con un período de especial malentente entre el poder central y el Reino y provincias vascas hay dos hechos de gran interés en el último tercio del siglo XVIII: la incorporación de los poderes forales a la financiación de la Universidad y la ocupación francesa.

  • Reformas de 1772-1777

En estos años interviene por primera vez el poder foral en la financiación de la Universidad de Oñati. Merced a esta ayuda -1.500 reales cada provincia vascongada- se instituyeron las cátedras de Derecho Real, Leyes del Reino, Concilios Generales y Nacionales y Derecho público natural y de gentes. Una RO del 15 de febrero de 1777 volvió a autorizar la concesión de grados superiores. La autorización se consiguió merced a las continuas gestiones de las tres Diputaciones, el Ayuntamiento de Oñati y la misma Universidad, y, además, como señala Zumalde (1968), gracias a la intervención en Corte de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País y del Conde de Peñaflorida que, como se sabe, se hallaban empeñados en una labor -el Seminario de Bergara- también universitaria aunque mucho más actual y moderna. Este primer claustro estuvo compuesto por los licenciados D. Domingo de Ibarrola, rector, Juan Francisco de Inurrigarro, Mateo José de Areizaga, José Antonio de Aguirre, Francisco Antonio de Lizarra, Tomás de Saráchaga, Tomás de Zaballa y Francisco Javier de Urtaza. De esta forma, durante 17 años, nuestra Institución fue una de las Universidades más importantes de la Península.

  • División con la ocupación francesa

La ocupación del País y la división de su clase rectora repercutieron en la vida de la Universidad; el 23 de noviembre de 1794 parte del claustro se trasladó con autorización real a Vitoria junto con algunos estudiantes. De esta forma hubo clases en Vitoria y en Oñati durante los meses que duró la guerra, acabada la cual se reiniciaron los cursos -facultades de Leyes, Cánones y Filosofía- en la sede habitual. La cátedra de Derecho público, natural y de gentes fue suprimida en virtud de la R. O. del 31 de julio de 1794 por medida general. Por consiguiente, las cátedras de este Colegio-Universidad quedaron reducidas a las otras restantes citadas.