Literatos

Sarrionandia Uribelarrea, Joseba (versión de 2003)

Escritor vizcaíno en lengua vasca, nacido en Durango el 13 de abril de 1958. Estudió filología vasca en la Universidad de Deusto. Ejerció la docencia en la UNED de Bergara y en la UEU. En 1977 inicia su colaboración en "Zeruko Argia" y en "Anaitasuna" de cuyo consejo de redacción formó parte. Colabora también en "Jakin" y pertenece al grupo literario Pott. Como miembro de ETA fue condenado a 27 años de cárcel. Se hallaba en el penal de Puerto de Santa María cuando se le concedió en 1980 el Premio Azkue por su producción. Huyó, junto con Picavea, de la cárcel de Martutene el día de San Fermín de 1985.



Obras

  1. Narrazioak (1979)
  2. Xagusarra (1980)
  3. Izuen gordelekuetan barrena (poemas, 1980, publ. 1981)
  4. Maggie, indazu kamamila (Premio "Ignacio Aldecoa", 1980)
  5. Emperadore eroa (Primer Premio del concurso de cuentos de Bilbao, 1981)
  6. Hamitu ate (1985)
  7. Izeba Mariasunen ipuinak (189).

Han recibido sucesivas ediciones: Marinel zaharrak, Atabala eta euria y Marginalia. Traductor del gallego de los poetas Manuel Antonio, Luis Amado Carballo, Alberto Cunqueiro, Aquilino Iglesias Alvariño, Luis Pimentel, Luis Seoane, Celso Emilio Ferreino y Manuel María. También de O marinheiro de Fernando Pessoa, de Gau Batetarako aterpea de Robert Louis Stevenson y Haurren gurutzada de Marcel Schwob.

AAA

Estuvo preso entre 1980 y 1985, año en que logró fugarse de la cárcel de Martutene (Donostia-San Sebastián), escondido en un altavoz del músico Imanol Larzabal, que había acudido al centro penitenciario a dar un recital. Pese a su juventud, Sarrionandia se convirtió enseguida en un escritor conocido y reconocido.

Ha trabajado casi todos los géneros literarios. Autor de los libros de ensayos y reflexiones breves Ni ez naiz hemengoa (Edit. Pamiela, 1985) y Marginalia (Edit. Elkar, 1988); los cuentos para niños Izeba Mariasunen ipuinak (Edit. Elkar, 1989) y Ainhoari gutunak (Edit. Elkar, 1990); los libros de narrativa para adultos Narrazioak (Edit. Elkar, 1983), Atabala eta euria (Edit. Pamiela, 1986) e Ifar aldeko orduak (Edit. Elkar, 1990); y los libros de relatos muy breves Ez gara geure baitakoak (Edit. Pamiela, 1989), Han izanik hona naiz (Edit. Elkar, 1992) y Miopea, bizikletak eta beste langabetu batzuk (1999). Además ha traducido un libro de poemas de Samuel Taylor Coleridge (Marinel zaharraren balada, Edit. Pamiela, 1995) y otro del poeta portugués Manuel Bandeira (Manuel Bandeira. Antologia. Edit. Pamiela, 1999).

Durante muchos años ha traducido a diferentes poetas gallegos, como Manoel Antonio, Luis Amado Carballo, Alberto Cunqueiro, Aquilino Iglesias Alvariño, Celso Emilio Ferreiro, Luis Seoane y Manuel María. También ha traducido Haurren gurutzada, de Marcel Schwob.

Su primer libro fue de poesía fue Izuen gordelekuetan barrena (Premio Resurrección María de Azkue de 1980, Edit. Bilbo Aurrezki Kutxa, 1981. El libro tuvo mucha repercusión y muchos nuevos escritores han confesado que les influyó. El primer poema de este libro, Bitakora kaiera, fue tomado a modo de manifiesto por bastantes escritores. Tras escapar de la cárcel, y siempre desde la clandestinidad, ha publicado los libros de poemas Gartzelako poemak (Edit. Susa, 1992), que recogía su producción poética de la cárcel, y Hnuy illa nyha majah yahoo (Edit. Elkar, 1995), con los poemas escritos entre 1985 y 1995. También ha publicado una antología personal titulada Marinel zaharrak (Edit. Elkar, 1987) y dos libros con las traducciones de poemas de muchos autores de su gusto: Izkiriaturik aurkitu ditudan ene poemak (1985) y Hezurrezko xirulak (1991).

Resumiendo el estudio que sobre la poesía de Sarrionandia ha hecho Iñaki Aldekoa (Historia de la literatura vasca, UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia), 2000), se puede decir que Izuen gordelekuetan barrena responde al esquema más arquetípico del viaje, con un Ulises navegando por diferentes ciudades y países europeos, como París, Lisboa, Grecia, Irlanda y Praga, y por fin el exilio. Aldekoa escribe:

"Este exilio, que es el destino y la paradoja del viajero, es la invitación al viaje y su negación: es el viaje a ninguna parte".

En un segundo plano, el poeta escudriña los lugares mágicos de la literatura moderna europea, y nos podemos encontrar ecos de Conrad, Kafka, T.S. Eliot y Dylan Thomas, y sobre todo de estos tres autores, los preferidos de Sarrionandia: Kavafis, W. Holan y Pessoa.

El siguiente libro de poesía, Marinel zaharrak, es el mejor del autor en este género, según Aldekoa, pese a que tuvo menos éxito que Izuen, muy estimado éste por su cosmopolitismo y su esteticismo. Marinel zaharrak tomó un rumbo muy diferente, adentrándose en la crítica social. Según Koldo Izagirre y Xabier Mendiguren Elizegi (Euskal literaturaren antologia, Elkarlanean-GIE (Gipuzkoako Ikastolen Elkartea), 1998), en este segundo poemario Sarrionandia deja de hacer una literatura basada en los libros para hacer otra más vital. Más tarde, cuando publicó los poemas escritos en la cárcel en el libro Gartzelako poemak, sorprendió al público por la escasa presencia de temas relacionados con la prisión, aunque había alguno con esa temática, y que además tuvo mucho eco, como Preso egon denaren gogoa. Posteriormente ha publicado poemas muy variados, y algunos de ellos reflexionan sobre la propia poesía.

En el año 1999, la editorial Txalaparta publicó un libro-disco (titulado Hau da ene ondasun guzia) en el que se ofrecían numerosas canciones con poesías de este autor, entre otros interpretadas por Mikel Laboa, Ruper Ordorika, Mikel Errazkin, Imanol Larzabal, Fermin Muguruza y el grupo Oskorri. Las letras de Sarrionandia han servido para canciones tanto de pop o rock como de reggae. Esa publicación tenía la particularidad de que también ofrecía algunas poesías recitadas por el propio poeta.

El otro gran género que ha cultivado Sarrionandia es el cuento, y este escritor ha sido, junto con Atxaga, el gran responsable del desarrollo y éxito del cuento en la literatura euskérica a partir de los años 80. Narrazioak (1983), por ejemplo, contenía cuentos ambientados en épocas y lugares muy diferentes, con grandes dosis de exotismo y elementos mágicos.

Según el estudioso Iñaki Aldekoa (Mendebaldea eta narraziogintza Edit. Erein, 98), en Narrazioak Sarrionandia desarrolló una iconografía marina que "tiene sus raíces en las aventuras trangresoras de Melville y Coleridge". Aldekoa piensa que en ese libro el autor ofrece también ejemplos de "narrativa lírica", sobre todo en el caso de la narración Estazioko begiradak.

Una de las personas que más extensamente ha estudiado la faceta narrativa de este autor ha sido Aitzpea Azkorbebeitia, con su libro Joseba Sarrionandia: irakurketa proposamen bat (Edit. Labayru, 1998). En su artículo Joseba Sarrionandiaren narratiba eta prosa-lanak: irakurketarako gonbitea (dentro del libro Azken aldiko euskal narratiba, Edit. UEU (Udako Euskal Unibertsitatea), 2001), dice que:

"en el comienzo de sus narraciones, Sarrionandia plantea juegos con frecuencia, y los finales resultan también llamativos".

Según esta estudiosa, en muchos desenlaces se vuelve al comienzo de la narración, de manera que los cuentos adquieren una estructura circular. Además, en muchas ocasiones el lector siente que las narraciones tienen varias lecturas, varios sentidos.

"Los textos pueden resultarnos ambiguos, y a veces oscuros. Cada lector tendrá que darles su interpretación. (...) Dado que nos ofrece textos llenos de implicaciones, estamos obligados a repensar lo que dicen los textos",

afirma Azkorbebeitia.

En opinión de Azkorbebeitia, en los textos de este escritor se da un maridaje entre la tradición "de aquí" y las de otros lugares. Son frecuentes los ecos de escritores como Eliot, Kavafis, J. Swift, y de otros euskaldunes, por ejemplo Mirande y Etxepare.

Sus dos primeros libros de cuentos tenían historias situadas en un espacio y un tiempo indeterminados. El libro de 1990 Ifar aldeko orduak, en cambio, tenía un espacio determinado, aunque el tiempo era lejano.

"Así las cosas -dice Azkorbebeitia- se puede decir que en sus narraciones Sarrionandia da la espalda a la realidad circundante. (...) Debajo de esa postura se halla un disidente". Cree esta estudiosa que "de esta manera el escritor lucha por evitar ser absorbido por la civilización del espectáculo, y que dándole la espalda consigue escapar de la realidad que quiere criticar".

FIO