Auñamendi Eusko EntziklopediaFondo Bernardo Estornés Lasa

Danza del odre o pellejo que se ejecuta en muchos lugares del País. Las fechas más significativas en que tradicionalmente se realizaban estas danzas eran las de carnaval o la del tercer día de las fiestas locales. Así lo recoge Juan Ignacio Iztueta en su libro sobre danzas de Gipuzkoa publicado en 1824. Al bailarlo en esta segunda fecha, indica que se hacía con azadillas para labrar el campo, dándole el nombre de Jorrai-dantza o danza de la escarda. Según dicho autor, con ello se manifestaba el final de la fiesta y el comienzo de las labores del campo.

Su presencia en los carnavales de las localidades navarras de Arano y Goizueta, donde el pellejo golpeado "cobra vida", demuestra la existencia de elementos rituales primitivos. Datos del siglo XIX nos indican que también en la villa de Bilbao era danza tradicional entre los actos de los carnavales, corroborando que también en las poblaciones más importantes se bailaba.

Actualmente, cuando se realiza en zonas de Gipuzkoa, generalmente se hace con azadillas. Con palos se baila por carnavales en los pueblos navarros de Arano y Goizueta y en el vizcaíno de Markina, y como danza del tercer día de la fiesta local en Ondarroa (Bizkaia) y Deba (Gipuzkoa).

Normalmente un grupo de ocho dantzaris con palos o azadillas realizan un cruce de golpes entre ellos para después descargar otro golpe sobre el odre que descansa a hombros de otro dantzari, situado en el centro del grupo.

En algunas de estas danzas, como en la Jorrai dantza de Gipuzkoa o en el carnaval de Markina, se realizan paseos o paloteados previos al juego que hemos mencionado. En esta última localidad, se baila con dos palos, y el desfile que recorre el pueblo, hoy en día el domingo de carnaval, se completa con la figura del Oso (Hartza), joven disfrazado con pieles, que es controlado y dirigido por su cuidador sujetándolo con una cadena, y lo hace saltar y bailar al son de un pandero. Este personaje, al igual que el portador del odre en Goizueta, trata de acosar a la gente, sobre todo a niños o mujeres. Este último, con la cara tiznada de negro, intenta besar a las chicas que huyen de su encuentro.

En datos municipales de Markina, encontramos antiguos pagos realizados por la celebración de fiestas de carnestolendas. El primero, el realizado al tamborilero que amenizaba las mismas. Otro es el realizado en 1778 lo que nos muestra que ya se bailaba una danza de palos, en la que no faltaría el odre o pellejo, clásico del carnaval marquinés y que aún se conserva. Se paga la cena a los que hicieron la función de carnestolendas y baile del "troqueo", forma clásica de nombrar a la danza de palos.