Guerrilleros

Santa Cruz Loidi, Manuel Ignacio

Puesta a precio su cabeza por las autoridades republicanas, el 31 de enero Lizarraga lo deja solo frente al enemigo en Aia; sus enfrentamientos y reproches -sobre las defecciones de oficiales y hojalateros de 1870 y 1872- se suceden, mientras llegan a oídos de los jefes carlistas relatos de las atrocidades cometidas o atribuidas al cura-guerrillero. La sóla mención de su nombre aterroriza a sus coterráneos. Con la intención de reducirlo, Lizarraga llegó al extremo de ir a visitar a Santa Cruz en su alojamiento de Lecumberri a fin de alcanzar un acuerdo con él. Este puso tales condiciones que no fue posible la sumisión. Fue hecho prisionero por los mismos carlistas y escapó. El conflicto culmina el 17 de marzo de 1873 cuando Lizarraga decreta la última pena para Santa Cruz y su secretario Cruz Ochoa en caso de ser apresados. Sus fuerzas serían encuadradas en batallones regulares carlistas. En abril hace fusilar al comandante carlista Juan Egozcue y algo después prohibe la circulación por la provincia sin un salvoconducto suyo.