Monarquía y Nobleza

Sancho I Garcés

Tras la conquista de la fortaleza de Deyo se iniciaron los preparativos para recuperar las tierras llanas que se encontraban bajo dominio de los musulmanes.

En el año 910 bajaron las fuerzas montañesas en dirección hacia Logroño y barrieron a los enemigos de la comarca de Los Arcos, Sansol, Torres y Viana. Tomaron rápidamente la fortaleza más occidental, la de Armenta, fortaleza que debió estar ubicada en el cerro de Cantabria. Las acciones de reconquista de los territorios dominados por los musulmanes comenzaron cosechando triunfos, si bien el Ebro se observaba como una frontera casi insuperable. El ejército de Sancho Garcés bajó río abajo y logró recuperar, una tras otra, todas las localidades de la ribera. Quedó bajo su control la región en la que se asentaban villas tan importantes como Mendabia, Lodosa, Cárcar, San Adrián, Azagra y Milagro. Al llegar al punto de confluencia de los ríos Arga y Aragón con el Ebro, los vascones se detuvieron. Durante un tiempo se ocuparon de reorganizar la vida de estas tierras y de construir fortificaciones en ellas. Los musulmanes que habitaban estas tierras fueron en su mayor parte expulsados de los pueblos. Arrasaron sus mezquitas y restauraron las antiguas iglesias. Desde estas fechas el río Ebro se convierte en la frontera entre vascones y musulmanes, y ahora, a ojos de los vascones, el objetivo inmediato eran las tierras ricas y fértiles de la Rioja y la ciudad de Tudela, cabeza del señorío de los Banu Qasi.