Corales

Orfeón Donostiarra (versión de 1992)

El Orfeón Donostiarra tuvo por precursores el Easonense, fundado por José Juan Santesteban el año 1865, y la Sociedad Coral de la Academia de Bellas Artes -de los Amigos del País- creada por Angel Sainz; en 1886. En 1897 se fundó el Orfeón Donostiarra, siendo su presidente Joaquín Muñoz Baroja, y al que dirigió hasta el año siguiente Norberto Luzuriaga y de 1898 a 1902, Miguel Oñate. En 1902, al cesar como director de la Coral José M.ª Echeverria, los miembros de ésta decidieron pasar a integrar el Orfeón Donostiarra, entre otros, Secundino Esnaola, José Olaizola, Manuel Arruti y Sabadie. El Orfeón fue reorganizado este mismo año y siendo presidente Hilarión Sansinenea, nombraron director a Secundino Esnaola, quien lo dirigiría hasta su muerte y al que colocó entre los mejores de Europa. Al Donostiarra se le asignó una misión concreta: conservar y difundir el canto vasco, por lo que desde su presentación, además de interpretar el Gernikako Arbola, cantó la Jota navarra, de Brull, Laurak bat y Kantaritalde donostiarrari, de Zabala. De 1903 a 1906 lo presentó en concursos que tuvieron lugar en Royan, San Sebastián -luchó, entre otras masas corales, con las de Bayona, Hendaya, Rentería, Tolosa, Mutriku, Gernika...-, Zaragoza -uno de los contrincantes fue el Orfeón Pamplonés-, Bilbao y París, consiguiéndole once primeros premios y cuatro segundos. En 1906, el Orfeón Donostiarra, cumpliendo su empeño de divulgar el folklore del País, estrenó las obras lírico-teatrales vascas Txanton Piperri y Amboto, de Zapirain, y pocos meses después ejecutó en primera audición la Rapsodia vasco francesa, una de las primeras páginas de Usandizaga, y la pastoral lírica Mendi-Mendiyan, del mismo compositor. En 1910 se agregaron al Donostiarra un coro de niños y mujeres, lo que le permitió abordar toda clase de música polifónica; así, paulatinamente, programó el Requiem de Brahms, la Novena Sinfonía y la Misa en «Re» (fragmentos), de Beethoven, Nocturnos y La demoiselle élue de Debussy, Dafnis y Cloe de Ravel, Requiem de Fauré, etc. De 1897 a 1929, además de sus actuaciones en San Sebastián, realizó los siguientes viajes: Royan (1903), Zaragoza (1904, 1919 y 1922), Bilbao (1905, 1920 y 1929), París (1906), Toulouse (1908), Barcelona (1910 y 1920), Hendaya (1912), Madrid (1912, 1916, 1920 y 1929), Cauterets y Lourdes (1921), Burdeos (1923), San Juan de Luz (1924), Lisboa y Oporto (1925), Oviedo (1927), Vitoria (1928) y Sevilla (1929). Estas actuaciones en la capital andaluza fueron realizadas junto con la Sociedad Coral de Bilbao, formando un Orfeón Vasco. Esnaola falleció el 22 de octubre de 1929. Hasta este año la Agrupación llevaba celebrados trescientos veinte conciertos. Juan Gorostidi se encargó provisionalmente de la dirección y en 1932 fue nombrado titular de él. Si Esnaola colocó al Orfeón Donostiarra entre los mejores del país, Gorostidi lo situó entre los más sobresalientes de Europa. De 1932 a 1957 amplió su repertorio con unas cuarenta obras sinfónico-corales -se hallan entre ellas, obras de los compositores vascos Otaño, Pagola, Guridi, Usandizaga (José María y Ramón), Almandoz, Escudero, Sorozábal...)- y unas cien «a capella», también varias de maestros vascos. Bajo la batuta de Gorostidi, entre otras giras han realizado las siguientes: Lisboa (1945), París (1949), Niza y Roma (1950), Burdeos (1950, 1951 , 1952, 1953 y 1957), Barcelona (1940, 1944, 1945 y 1947), Madrid (1932, 1934, 1941, 1945, 1947, 1948, 1953, 1955, 1956 y 1957); ha intervenido en los Festivales de España de Santander, Granada y Sevilla. En las audiciones sinfónico-corales de los años de referencia ha sido dirigido por los maestros Arbós, Pérez Casas, Manuel de Falla, Conrado del Campo, Argenta, Arámbarri, Ramón Usandizaga, Jordá y, entre otros extranjeros, por Granz Hosselin, Paul von Kemper, Igor Markevitch, Charles Munch, Leopoldo Stokoski y Unger. Desde 1957 actuó ininterrumpidamente y son de destacar sus anuales viajes a Madrid para, con la Orquesta Nacional, dirigida por su titular Rafael Frühbeck de Burgos, interpretar La Pasión según San Mateo de Bach, el Requiem de Brahms, el de Verdi. En la temporada 1967-1968 se presentó tres veces. El Orfeón ha hecho numerosas grabaciones y tiene un sinfín de galardones, entre ellos: Cruz de Alfonso X el Sabio, Premio Nacional de la Música, Medallas de oro de Madrid, San Sebastián y Zaragoza, de plata de Manresa y Burdeos y Primer Premio del Concurso Internacional de Orfeones de París. En el verano de 1968, cuando el Orfeón preparaba actuaciones en el Festival de Santander y dos en Madrid, después de corta enfermedad, murió su director, el maestro Juan Gorostidi, el 14 de agosto. Las intervenciones de referencia, llevadas a cabo con la Orquesta Nacional constituyeron homenajes al director fallecido. En noviembre del mismo año 1968, fue elegido director del Orfeón Antonio Ayestarán Picabea, quien lo dirigió hasta su muerte en 1986, en que fue sustituido por José Antonio Sainz. En 1968 también, fue nombrado consejero artístico Rafael Frübeck. En 1980, uno de los años más importantes en la vida del Orfeón, realizó una gira por Estados Unidos e Inglaterra, donde, junto a la Royal Philarmonic y a la Sinfónica de Washington, interpretaron Carmina Burana, de Orff; el Requiem, de Verdi, y el Sueño de una Noche de Verano, de Mendelssohn. En 1981 interpretó Parsifal, de Wagner, en Barcelona; el Te Deum de Bruckner y la Novena Sinfonía, de Beethoven, con la Orquesta Nacional de España y la Orquesta Nacional de París, en Granada, Santander y Madrid. En este mismo año, interpretan el Requiem de Brahms en Donostia y Madrid, con la Orquesta «Yomiouri Nippon Symphony» bajo la dirección de Frübeck de Burgos. En 1982 toma parte en el Festival de Pascua de Lourdes; actúa en Barcelona con la «Scottish Camber Orchestra», bajo dirección de Mackerras, con La Clemenza dí Tito, de Mozart. El mismo 1982 tiene gran éxito en los Festivales de Santander con La Creación de Haydn y con el Requiem Alemán de Brahms, con la London Philarmonic, bajo la batuta de López Cobos. Participa en la grabación, en el Capitol de Toulouse, de la ópera-ballet Padimavati, de Roussel, bajo la dirección de Michel Plasson. En 1983 actuó en Madrid, Bayona, Granada, Santander, San Sebastián, Gijón, Zarautz, Tolosa, Bilbao, Vitoria, Valencia y Barcelona. En 1984 recibe el Orfeón Donostiarra el «Premio Príncipe de Asturias» de las Artes; en 1984 participa en la muestra «Europalia». En 1989 obtiene un resonante éxito en los Festivales de París. Tras Joaquín Muñoz Baroja, han presidido el Orfeón Ignacio Iribarren (1898), José Azcue (1899), Ignacio Iribarren (1900), Víctor Salón y Joaquín Muñoz Baroja (1901), Hilarión Sansinenea (1902), Elicio Irigoyen (1903), Mariano Yurrita (1907), Javier Peña y Goñi (1910), Manuel Rezola (1932), Joaquín Muñoz Baroja (1960), José María Aguirre Gonzalo (1966), Fermín Rezola Garín (1969), Nicolás Lasarte (1978) y Juan José Echeverria (1984).

Angel SAGARDIA.