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Navarra

Como es bien sabido, el euskara estaba en tiempos del Imperio Romano bastante más extendido que en la actualidad. Por el norte, como nos lo demuestran las inscripciones encontradas en la antigua Aquitania (Mitxelena, 1964 a y b), se hablaba una variedad de euskara, lejos de los límites del País Vasco actual. Hacia el este la toponimia nos proporciona pruebas claras de que el euskara se extendía hasta Andorra. Sin embargo, el retroceso de la lengua comenzó en época temprana; hacia el sur en Aquitania, y hacia el occidente en la Cataluña actual. Por el s. la situación era más compleja y las fronteras lingüísticas no estaban tan claras; la romanización en su avance hacia el oeste hizo que en algunos valles pirenáicos el euskara perdurara aislado durante varios siglos, sin contacto directo con el núcleo central vascoparlante.

En el siglo XII la lengua patrimonial de los navarros es el euskara según atestigua explícitamente un documento de 1167 obrante en la Catedral de Pamplona (Goñi Gaztambide: Catálogo, I, n.° 289) por el que Pedro de París, obispo de Pamplona, acuerda una concordia con el conde Beila sobre un busto perteneciente al santuario de San Miguel de Aralar.

"Defensores supradictarum uaccarum erunt Rex et Episcopus, et ipse
Comes uel successor eius. Erit autem talis differentia inter Orti Le
hoarriç et Aceari Umea et successores eórum, quod Orti Lehoarriç
faciet ut lingua Nauarrorum dicitur unamaiçter et Aceari Umea faciet
buruçagui quem uoluerit. Similiter facient successores eorom. Et si
ille qui erit unamayçter facit dagnum in uaccis in alius ulius, totum
emendabit Orti Lehoarriç. Similiter Aceari Umea emendabit dagnum
quod faciet ille qui erit buruçagui. Similiter facient successores am-
borum".

Esta es la traducción parcial de Moret:

"Y será con esta diferencia entre Ortiz
Lehoarriz, y Aznar Vmea, que Ortiz Lehoarriz pondrá, como se dice en la
Lengua de Los Navarros, un Maizter (en vascuence Mayoral de Pastores) y
Aznar Vmea un Buruzagui (Mayoral de Peones) a quien quisiere".

En la Edad Media sabemos que el euskara era hablado en los valles del norte de Huesca (Irigaray, 1974) e igualmente en zonas del norte de Burgos y de la Rioja (Merino Urrutia, 1978). Pasando a Navarra parece ser, según dice Julio Caro Baroja (1945) que la Ribera del Ebro estaba ya desvasquizada para el inicio de la romanización, pues tal vez habitaban en esas Zonas pueblos de origen celta. Este mismo autor opina que los límites del euskara durante la Edad Media fueron más o menos los mismos del siglo XVI; no obstante, nosotros creemos que en los pueblos que en 1587 estaban ya fuera de la zona vascófona monolingüe (Carcastillo, Murillo, Santacara...) el euskara había sido lengua usual en la Edad Media, pues así lo atestigua la toponimia (Munita Loinaz, 1984): Por ejemplo en Carcastillo, en 1296 encontramos los siguientes topónimos: Zaldu-zaharra, Artzizuloa y Oilatzaldua, y en 1319, en el mismo lugar: Larrate, Arrateburua y Suduzandia.

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Debemos a Don Manuel Lekuona el descubrimiento del documento que nos da a conocer la situación del euskara en Navarra a finales del siglo XVI. En este documentos los pueblos de Navarra se dividen en dos grupos; en primer lugar se nos da la lista de pueblos castellanófonos, y seguidamente la de los pueblos vascófonos. La mayoría de los autores que se han ocupado del tema del retroceso del euskara se han basado en esta lista para delimitar la frontera de la lengua en el siglo XVI. Sin embargo, y aunque la mencionada lista en general es correcta, tiene ciertos fallos, además de los de grafía. Como A. Irigarai nos dice, hay pueblos que a pesar de estar en la lista de pueblos castellanófonos, en esta época e incluso más tarde eran pueblos vascos: Artajona, Estella, Oteiza, Ayegui, Morentin, Arroniz, Villamayor, Azketa, Legaria, Ancin, Acedo y Tafalla. En nuestra opinión, y haciendo caso a la toponimia, Tafalla al menos habría que dejarla fuera de la zona vasca, ya que para 1587 la toponimia tafallesa era totalmente romance.

Esto no quiere decir por otra parte que en esta ciudad no hubiera grupos de gente de lengua vasca, ya que hay que tener en cuenta que en el siglo XVI la Valdorba y otros pueblos cercanos eran totalmente vascófonos. Por otra parte entre los pueblos del segundo grupo (es decir, entre los pueblos vascófonos) hay algunos que deberían ser considerados como romanceados ya para 1587: San Martín de Unx, Aibar, Caseda, Sangüesa y también Rocaforte. La toponimia de estos pueblos es, en mayor o menor medida, romance, a pesar de que aparecen al menos en algunos de ellos topónimos que nos demuestran el carácter vasco anterior de estas localidades. Así pues, creemos que habría que cambiar los límites que aparecen tradicionalmente en las distintas obras que se han ocupado del tema, puesto que no corresponden a la realidad. En nuestra opinión la frontera del euskara en Navarra en 1587 estaría al S. de estos pueblos: Acedo - Ancin - Ayegi - Zufía - Estella - Oteiza - Artajona - PueyoSansoain - Ujue - Gallipienzo - Sada - Lumbier y quizás Liédena (?).

Sin embargo, nuestra seguridad se reduce a la parte oriental de Navarra que es la que nosotros hemos investigado. Por debajo de esta frontera lingüística habría sin lugar a dudas gente de habla vasca, pero sería una minoría, ya que como hemos dicho más arriba, para el siglo XVI la toponimia era romance en su mayor parte. Es asombroso que en pueblos que tienen límites comunes se vea una diferencia lingüística tan clara para esta época. Así, por ejemplo, Tafalla esta romanceada cuando Pueyo y Artajona son totalmente vascófonos. Lo mismo ocurre con San Martín de Unx, Caseda y Aibar. Estos tres pueblos aparecen como romanceados a pesar de estar tocando a pueblos de habla vasca como Ujue, Gallipienzo o Sada. Creemos que esta diferencia lingüística se debe en la mayoría de los casos a la posición geográfica de la localidad en cuestión, romanceándose antes los núcleos de población situados en el llano o junto a las vías de comunicación.

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Después del siglo XVI, y a través de documentos diseminados que hacen referencia a tal o cual pueblo, nos ha llegado noticia de que el euskara era hablado en diversas localidades de la geografía navarra: Estella, 1607 (Irigaray, op. cit.), Ujue, 1611 (Idoate,Rincones), Uterga, hacia 1620, (Irigaray, op. cit.), Lezaun, Munarriz, Iturgoyen, Arguiñano, Urdanoz, Salinas de Oro, 1643 (VVAA, 1966), Galdeano, 1703, (Ibidem), Artajona, 1704 (lrigaray), Gallipienzo, 1730 (Irigaray), Guesalaz, 1735 (Irigaray), Monreal, 1751 (Idoate, Rincones), Pamplona, 1791, (Idoate, Ibidem) y Amillano, 1806 (lrigaray).

"1.º noviembre 1766. Orden del Sr. Conde de Aranda, Presidente del Consejo de Castilla, para que sin especial noticia suya no se den licencias por este Consejo para imprimir libros en otra lengua que la castellana: archivándose la obra original de la Vida de San Ignacio escrita en bascuence y que se haga saber esta providencia a los Ympresores: Auto acordado del Consejo para su cumplimiento y notificaciones a los Ympresores. Censura que se dió sobre ella y peticiones para su impresión dadas por su Autor el P. Agustín Cardaveraz de la Compañía de Jesús (130v). Al margen: Que no se impriman libros en otra lengua que la castellana archivando la obra de la Vida de S. Ygnacio escrita en bascuence".

(Arch. Dip. Nav.: Inventario. Papeles del Archivo Secreto del Real Consejo de Navarra).

La siguiente frontera del euskara en las obras que tratan del tema es la de 1778. Para hacer esta nueva delimitación parece que los diferentes autores se basan en ciertos documentos eclesiásticos del mismo año. En dichos documentos aparecen citados diversos pueblos vascófonos y castellanófonos, en su mayor parte localidades cercanas a la frontera lingüística vasco-castellana. En esta fecha (1778) según A. Irigarai el límite del euskara estaba al sur de los siguientes pueblos: Eulate, Amillano, Bearin, Egiarte, Artajona y Tafalla. Desde aquí la frontera lingüística se dirige hacia arriba, a través de la Val de Aibar hasta Lumbier, Arboniés y Orradre. Sin embargo, no se ve claro en qué se basa el autor para clasificar a Eslava como pueblo romanceado y a Ayesa en cambio como pueblo todavía de habla vasca, aunque creemos que las razones más que de índole documental han sido de índole geográfica. Tampoco está claro si Lumbier es vascófono o ha perdido ya la lengua ancestral. Respecto a Artajona hay que decir que J. M. Jimeno Jurio (1968) encontró un documento en el que se leía que un tal Máximo de Egües, natural de Artajona y fallecido en 1804 era vascoparlante.

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La siguiente delimitación podría ser la de principios del s. XIX basándonos para ello en la lista que Luis Villasante encontró entre los escritos de P. Antonio Añibarro (VVAA, 1966). Ocurre, sin embargo, que en esta lista no aparecen algunos de los pueblos que en el mapa del Príncipe Bonaparte, bastantes años más tarde, aparecen como vascos: Viguria, Izurzu, Salinas de Oro entre los pueblos de máxima intensidad del euskara en 1863, y dos de Valdorba entre los pueblos en los que el euskara estaba perdiéndose en esa fecha, y por ello creemos que la susodicha lista no es demasiado exacta. El mapa que el Príncipe L. Luciano Bonaparte realizó en 1863 marca un hito importante en el estudio del retroceso del euskara. En él aparecen clasificados con distintos colores los diferentes dialectos del euskara, y con color claro la Zona en la que la lengua estaba perdiéndose aunque todavía se hablaba.

La frontera lingüística iba desde Ciordia (Burunda), Iturgoyen y Estenoz (Guesalaz), Artazu (Val de Mañeru), Puente la Reina (llzarbe), Garinoain y Orisoain (Orba), Izco y Besolla (Ibargoiti), Indurain, Artajo y Mugueta (Urraul Bajo), Ongoz y Adoain (Urraul Alto), Racas Alto, Almiradío de Navascués, y Uscarrés (Salazar) y Burgui (Roncal). Sin embargo, el euskara estaba perdiéndose ya en algunos de esos pueblos; las localidades más meridionales de máxima intensidad del euskara en el mapa de Bonaparte son las siguientes: Ciordia (Buranda), Iturgoyen, Viguri, Salinas de Oro e Izurzu (Guesalaz), Ibero y Ororbia (Olza), Garrues y Ezkaba (Ezkabarte), Zabaldika (Esteribar), Beortegui (Lizoain), Arizkuren (Arce), Gallues e Iciz (Salazar), y Vidangoz (Roncal). Para terminar con el mapa de Bonaparte hay que señalar que se mostró muy interesado en encontrar euskaldunes en la Val de Aibar, y sobre todo en la Bizkaia, pero que a pesar de realizar varios intentos, sus investigaciones no tuvieron el resultado esperado.

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Otro de los hitos en el estudio de la diacronía del euskara en Navarra lo marca la guía eclesiástica de 1904. En ella se nos dice cuáles eran los pueblos de habla vasca y castellana a principios de siglo, pero según parece (Irigaray) hay ciertos errores debidos a la diferencia de criterio de los párrocos de las distintas localidades que fueron los encargados de determinar si un pueblo era de habla vasca o no. El límite del euskara ha retrocedido si lo comparamos con el que aparecía en el mapa de Bonaparte. Los pueblos vascos más meridionales son los siguientes: Ciordia (Burunda), Goñi (Val de Goñi), Madoz (Larraun), Ollakarizketa (Juslapeña), Garrues (Ezcabarte), Olloki (Esteribar), Elkano (Egües), Aginaga (Arriasgoiti), Uloci y Gurpegui (Arce), Uscarres (Salazar) e Isaba (Ronkal). En el año 1935 A. Irigarai realizó un estudio para conocer cuál era la situación de la lengua por aquel entonces. Dicho autor clasifica los pueblos vascófonos en siete grupos según el "estado de salud" de la lengua en cada uno de ellos (VVAA, 1966); las localidades más meridionales que todavía conservan la lengua son las siguientes: Ciordia (Burunda), Lizarraga (Ergoien), Erroz (Arakil), Aristregui, Marcalain y Nabaz (Juslapeña), Iroz (Esteribar), Elia (Egües), Aginaga e Iloz (Arriasgoiti), Gurpegi y Artozki (Arce), Elcoaz (Urraul Alto), Güesa e Igal (Salazar), Vidangoz y Ronkal (Ronkal). Inmediatamente después de la realización de este trabajo, la tan debilitada lengua tuvo que soportar la Guerra Civil y la terrible represión subsiguiente, y como era de prever, las consecuencias fueron totalmente desastrosas para el euskara.

Viviendo aún Franco, J. M. Sánchez Carrión "Txepetx" realizó una investigación que hay que calificar de excelente por la precisión con que fue llevada a cabo (1970), poniendo en claro, pueblo por pueblo, cuál era la situación de nuestra lengua en 1970. Como era de esperar, el euskara ha retrocedido terriblemente desde el trabajo de Irigarai. La situación, refiriéndonos principalmente a los valles más meridionales era ésta: en la Burunda la lengua estaba a punto de desaparecer en Ciordia y Olazagutia; de Alsasua no hay noticia cierta; Urdiain era totalmente euskaldun y Bakaiku e Iturmendi eran pueblos en los que hablaban euskara únicamente los de 40-45 años para arriba. Ergoien era totalmente vascófono; en Arantza aunque la situación no era tan buena como en el valle anterior, había pueblos que todavía conservaban bien el vasco: Lizarragabengoa y Arbizu, al lado de otros como Etxarri, Lakuntza y Arruazu en los que el euskara pugnaba con el castellano. En Arakil la situación era bastante peor, y en algunos pueblos el euskara había desaparecido totalmente, en otros sólo había restos.

El pueblo más vasco era sin duda Irañeta. En Imoz, a pesar de ser más meridional que la Ulzama y Basaburua, en algunos casos el euskara estaba más fuerte que en los valles anteriores. Se podían distinguir dos zonas: la castellanófona y la vascófona. En la primera entrarían las localidades de Urriza, Latasa y Eraso donde el retroceso del euskara ha experimentado un gran avance. En la segunda zona el euskara se mantiene todavía con fuerza. En Basaburua hay que distinguir tres zonas: los pueblos del norte (Beruete, Arrarats e Igoa) donde el euskara es la lengua dominante, otro grupo en el que estarían Itxaso y Garzaron donde las chicas y los niños eran ya castellanófonos; y un tercer grupo en el que entrarían el resto de los pueblos. Aquí, en este tercero, habría que distinguir entre Udabe, Beramendi y Erbiti en los que la castellanización había comenzado hacía 20-30 años más o menos, y Yaben y Jaunsaras en los que el castellano se había introducido hacía ya 40 0 50 años. Ulzama era un mosaico de situaciones lingüísticas diferentes; Txepetx hace seis grupos distintos.

En el primero aparecen dos pueblos en el que incluso los niños hablan vasco: Elzaburu y Auza. En el segundo grupo está Alkoz donde la mayoría de los vascoparlantes tienen 30 años o más. No obstante, hay cuatro familias en las que también los niños conocen la lengua. En el tercer grupo están Ilarregui, Juarbe, Cenozy Urrizola Galain donde son vascoparlantes las personas de 35 años para arriba. En el cuarto grupo están Guerendiain e Iraizoz; aquí hay que subir el listón hasta los 40 años; en el grupo quinto aparecen Elso, Arraiz y Orkin donde son euskaldunes los mayores de 45 años; y por último en el sexto grupo se encuentran Lizaso y Larrainzar; aquí son vascófonos los mayores de 50-60 años, aunque conocemos a una persona que no llega a 40 años y que aprendió euskara en su casa de Lizaso. En Odieta la situación del euskara era mucho peor que en Ulzama. En Anoz sólo había un euskaldun en 1984 (Elgoibar, Zubizarreta, Gaminde, 1987); en Anocibar, Ciaurriz y Ripa solamente algunos ancianos; en Latasa y Gaskue la situación era algo mejor, siendo vascoparlantes los de más de 30 años; en Guelbenzu había un único euskaldun. En el valle de Atez, había que distinguir según Txepetx dos zonas: en la oriental el euskara estaba en proceso de desaparición; en la del norte (Berasain, Beunza) hacía 510 años el euskara era la lengua dominante, pero la castellanización era bastante rápida, sobre todo en Beunza.

En el valle de Gulina la situación del euskara era muy mala para 1970; los vascoparlantes había que buscarlos entre los mayores de 55-60 años. En Anue la situación también era mala. En Lantz lo hablaban los mayores; en Arizu los vascoparlantes más jóvenes tenían 40-45 años, y en Etulain sólo quedaban 7 u 8 euskaldunes. En Esteribar quedaban 175 euskaldunes de una población de 2.160 habitantes; por lo tanto, y a pesar de que en algunos pueblos la situación no era tan mala (vascoparlantes de 35 años en adelante en Iragi, Usetxi, Leranotz y Eugi), en los demás pueblos quedaban sólo unos pocos vascoparlantes (los pueblos más meridionales donde había euskaldunes eran Setuain y Errea). Sobre el valle de Erro no hay noticia en el trabajo de Txepetx si exceptuamos Espinal donde quedaban entonces unos siete vascoparlantes. Suponemos que serían Linzoain y Mezkirritz (incluido Ureta) los pueblos más vascos, pues es donde más vascoparlantes hay hoy en día. En Auritz y Orreaga la pérdida del euskara también estaba en un estado muy avanzado; en la Aezkoa había pueblos donde la lengua era hablada únicamente por las personas mayores, y otros como Aria (parece que incluso los niños hablaban euskara, pero este dato no es muy seguro), Abaurrea Alta donde la situación era mejor.

En Salazar el euskara estaba en las últimas y en Ronkal solamente quedaban algunos mayores vascófonos en Uztarroz, otro en Isaba y otro en Urzainki. En el resto de la Navarra vascófona, es decir, en la Zona cantábrica, el euskara se conservaba todavía con fuerza en 1970, aunque había también núcleos de castellanización como Atallo, Santesteban, Bera, Oieregi, Narbarte, Irurita, Elizondo... Por último hay que mencionar el trabajo de E. Elgoibar, B. Zubizarreta e I. Gaminde (1987) donde aparecen también recogidos los datos de Irizar (1981). Este trabajo es sobre todo una colección de números: número de habitantes, número de vascoparlantes y porcentaje que suponen. Según este estudio el euskara ha retrocedido en la mayoría de los lugares desde 1970, e incluso en la Navarra cantábrica donde los pueblos eran totalmente vascófonos (en su mayoría) se ha introducido el castellano. Aunque en algunos valles la situación no ha variado excesivamente (Burunda, Ergoiena, Arainaz), en el resto la pérdida del euskara ha seguido su curso y hay que retrasar en general en 20 años la edad de los euskaldunes de cada localidad con respecto a la obra de Txepetx.

Esto quiere decir que en valles cercanos a Pamplona donde había restos del euskara, ésta casi ha desaparecido (parte oriental de Arakil, Gulina, Olaibar, Anue, Odieta...) y lo mismo ocurre en valles como Erro, Salazar (este último con unos 10 vascoparlantes) y Ronkal (un vascoparlante de unos 90 años). Según un estudio efectuado para el Gobierno de Navarra (1990), el 48% de los navarros se manifiesta en pro de la promoción del euskara, un 22,2 se muestra indiferente y un 29,7 en contra. El máximo positivo se da en las zonas de Regata-Lesaka, Larraun-Leitza y Baztán y el negativo en Tudela. Los más jóvenes y los más cultos son más proclives al euskara que sus opuestos. Por edades la situación del euskara según el Gobierno de Navarra sería:

Población de 2 a 85 años o más según el nivel de euskara y edades
ZONA VASCOFONA
Ref. Gobierno de Navarra, Padrones municipales al 1-4-1986.
A.- Alfabetizados / B.- Parcialmente alfabetizados / C.- No alfabetizados
TotalEuskaldunesCuasi EuskaldunesErdaldunes
ABCABC
>85590771512107164125
84150224652327
831832955594432
82217376457341si
8122823875914648
8026542778165648
7929748899057553
783426411288112560
773494010997516577
7642669133107318690
753866411895991378
7439547148914111183
73448751469461413100
72446711528831711104
7143380146898131384
7049183170111588106
694276515881513798
685249216411671214119
674949115710441612110
665126817486121116145
65540951701039717139
6465610621711691118179
63640119191103161212187
62639106201109152118169
61656126212100102712169
606591192229081913188
597241242211111322ZO213
5869812421810272216209
57733108229108142320231
566561231979117178203
55724127214117122621207
5469112121510561817209
5376112124591122219251
5268711321191101516231
5166512419689111715213
506791341908191816231
4969513823479171013196
485581051706171813184
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465191031475982015167
4560110717960172313202
445251141306291417179
4363812715783161917219
4263313616361231621213
4116617018460131512212
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3873518219459291426231
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3682520622262252522263
3574319117457281923251
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3278621019151263226250
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2891525817146414022337
2788928116256363425295
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2590123017454494218334
2492924118353463927340
2390626017148so2832317
2293724015959625329335
2192221119044563628357
2078822714436483424275
1984121016446463126318
1891025419147454427302
1789022916737594322333
1688125615941524122310
1593428514936644621333
1490633013429474420302
1386132610330594617280
1287433812330594222260
1189637712328684519236
1089236814932474329224
989438113031584024230
885134612837374118244
778525716063384720200
6818171193144233719231
571267145241113918191
47122955303137215225
36461633278115714237
26217920859316283
Total56.06313.04213.3926.8511.8952.1851.41917.219

Población de 2 a 85 años o más según el nivel de euskara y edades
ZONA MIXTA
Ref. Gobierno de Navarra, Padrones municipales al 1-4-1986.
A.- Alfabetizados / B.- Parcialmente alfabetizados / C.- No alfabetizados
TotalEuskaldunesCuasi EuskaldunesErdaldunes
ABCABC
>852.2214342382931172.021
845241412137105463
836802518111273604
8277726129141612688
8185122211412713762
8095429211714169848
791.073262523211611951
781.1202724171215141.011
771.2102926102019151.091
761.3815436222126171.205
751.4555330172625131.291
741.5513827122825171.404
731.6284431143519231.442
721.7064727233326181.532
711.7076244143820181.511
701.7184131153321251.552
691.7284947181852271.530
681.8065338143725231.620
671.9404429184523251.747
661.8875646173124261.699
652.1745432174828341.959
642.2736537164327402.056
632.2706865361543282.048
622.4476942154928382.207
612.4886231205527312.255
602.4646752124525352.233
592.588783575842372.342
582.5946042195540292.331
572.7107848126135392.447
562.7126851117034482.420
552.8867547176739442.597
542.7847646106522402.525
532.9407657168125512.634
522.8957444196334452.616
512.9247246167240652.613
503.0589635207630432.758
493.0588044198437552.777
482.475744396835422.204
472.5276161411384392.257
462.579743677039442.309
453.09374391411145412.769
442.91010035910244362.584
433.39997471213748573.001
423.616108451013962793.173
413.764119391017656643.300
403.954147571021352783.397
393.77112043721073733.245
384.03418947823775813.397
374.13317456925067943.483
363.903176371023753773.313
353.811184411423165963.187
343.80717943925772993.148
333.895199367276721033.202
323.766191429287631033.071
313.85819233628272993.166
303.94022337430256923.226
294.0362504710330701083.221
284.01023140630681853.261
273.97323930232052983.232
264.155226436317631033.397
254.089206432306501033.379
244.24318931331453963.557
234.427210404Z92421013.738
224.894216393313621014.160
215.24421136228670854.554
205.44019227527867834.804
194.84821734226555824.193
184.940233298247451064.272
174.42118617118247633.925
164.794231191017335724.254
154.715243111115631544.217
144.70927518415642554.159
134.66732416513648484.090
124.759376231012527414.159
114.91038426315545314.266
104.95848732613835264.234
94.82749132514339194.098
84.515452331211332263.847
74.264414741413041213.570
63.9362301091049055193.329
53.825745527055102243.237
43.522472527044163262.947
33.228301316345143282.806
23.01384731080372.801
Total263.81711.5403.0381.78810.6473.6844.171228.949

Población de 2 a 85 años o más según el nivel de euskara y edades
ZONA NO VASCOFONA
Ref. Gobierno de Navarra, Padrones municipales al 1-4-1986.
A.- Alfabetizados / B.- Parcialmente alfabetizados / C.- No alfabetizados
TotalEuskaldunesCuasi EuskaldunesErdaldunes
ABCABC
>852.1517325342.127
845073111501
83686111683
8276011758
819463121939
809593212951
791.0321231221.021
781.1821211.178
771.3428113311.325
761.36262111.352
751.48151151.469
741.505824141.486
731.571415111.559
721.5938114231.574
711.714745331.692
701.7085314211.692
691.65211316441.623
681.8087155121.787
671.94310233541.916
662.0218227241.996
652.2277217252.203
642.357967672.322
632.525776642.503
622.421141210272.385
612.4076213442.387
602.43191322.416
592.5135135332.493
582.4321067242.403
572.43464283112.400
562.4967328352.468
552.48310318462.451
542.33863115562.302
532.389103110352.357
522.2859726192.251
512.2448212522.224
502.20310528142.173
492.1547118342.132
481.64682114161.614
471.6067218141.583
461.655618251.633
452.04581202.017
441.8477410441.818
432.0088318461.978
422.1649313872.124
412.042113113542.005
402.25765122962.208
392.050133118971.999
382.27221512682.220
372.298941219112.244
362.1291512219112.071
352.109203281362.037
342.2571421351092.187
332.380237448102.288
322.33215713817112.243
312.37924576132.279
302.5801615117152.479
292.6963375510112.580
282.8384285311152.709
272.82928128115272.666
262.8343076022162.699
252.9732535910202.as6
243.0052945514262.877
232.916171715120202.818
223.0401725610102.944
212.89018113512152.809
202.59914245592.523
192.760203510122.683
182.85211112913122.786
172.7741111171292.723
162.7609222772.712
152.69211219592.646
142.6795116572.645
132.58191116352.547
122.60518317332.560
112.52218316672.472
102.62619113622.585
92.60722317742.554
82.553246120112.500
72.47318238472.431
62.3991372101032.354
52.1115114672.078
42.197322632212.140
32.04941872022.007
21.929741261.900
Total182.1099592231201440504533178.330

Euskara y castellano por municipios: estado y evolución lingüísticos
e = euskaldunes, c.e. = casi euskaldunes

ABAIGAR: En el siglo XVI se hallaba en los límites del euskara. 1986: 2 c.e.
ABARZUZA: Castellano. En el siglo XVI era de habla vasca. 1986: 10 e. 13 c.e.
ABAURREA ALTA-ABAURREGAINA: Euskara. 1986: 94 e. 56 c.e.
ABAURREA BAJA-ABAURREPEA: Euskara. 1986: 8 e. 14 c.e.
ABERIN: Castellano. 1986: 4 s.
ABLITAS: Castellano. 1986: 2 e. 3 c.e.
ADIOS: El euskara se perdió en el siglo XIX. 1986: 1 c.e.
AGUILAR DE CODES: Castellano. 1986: -
AIBAR: En 1968 quedaban aún dos vascoparlantea. 1986: 4 e. 13 c.e.
ALSASUA: Euskara. 1986: 808 e. 535 c.e.
ALLIN: El euskara se perdió en el siglo XIX. 1986: 23 e. 27 c.e.
ALLO: En el siglo XVI era ya de habla castellana. 1986: 8 e. 5 c.e.
AMESCOA BAJA: Euskara. hasta el siglo XVIII. 1986: 25 e. 20 c.e.
ANCIN: Límite del euskara en el siglo XVIII. 1986: 16 e. 6 c.e.
ANDOSILLA: En el siglo XVI figura en el área castellana. 1986: 10 s. 44 c.e.
ANSOAIN: En el siglo XIX era de habla vasca. 1986: 554 e. 422 c.e.
ANUE: En el siglo XIX era de habla vasca. 1986: 95 e. 61 c.e.
AÑORBE: En el siglo XIX era de habla vasca. 1986: 3 e. 5 c.e.
AOIZ: En el siglo XIX era de habla vasca. 1986: 65 e. 123 c.e.
ARAIZ: Euskara. 1986: 611 e. 43 c.e.
ARAKIL: Euskara. 1986: 473 e. 203 c.e.
ARANARATXE: Euskara. hasta probablemente el siglo XVIII. 1986: 2 e. 3 c.e.
ARANAZ: Euskara. 1986: 672 e. 7 c.e.
ARANGUREN: El euskara se perdió en el siglo XIX. 1986: 35 s. 24 c.e.
ARANO: Euskara. 1986:172 e. 1 c.e.
ARAS: Castellano. 1986: 3 e. 3 c.e.
ARBIZU: Euskara. 1986: 787 e. 38 c.e.
ARCOS (LOS): Castellano. Euskara habría desaparecido para el siglo XVI. 1986: 7 e. 10 c.e.
ARELLANO: Castellano. El euskara se perdió antes del siglo XVII. 1986: 6 e. 4 c.e.
ARESO: Euskara. 1986: 296 e. 5 c.e.
ARGUEDAS: Castellano. 1986: 6 e. 6 c.e.
ARIA: Euskara. 1986: 38 e. 13 c.e.
ARIBE: Euskara. 1986: 7 e. 11 c.e.
ARMAÑANZAS: Castellano. 1986: -
ARRAIZA: En el siglo XIX era de habla vasca
ARRIASGOITI: E.
ARRONIZ: Castellano. En el siglo XVI ya no era vascófona, 1986: 6 s. 128 c.e.
ARRUAZU: Euskara. 1986: 96 e. 19 c.e.
ARTAJONA: El euskara se perdió en el siglo XIX. 1986: 5 e. 12 c.e.
ARTAZU: El euskara se perdió en el siglo XIX. 1986: 3 e. 6 c.e.
ARZE: Euskara. 1986:16 e. 33 c.e.
ATEZ: Euskara. 1986: 70 e. 32 c.e.
AYEGUI: Castellano. Vascófono aún en el siglo XVI. 1986: 33 e. 52 c.e.
AZAGRA: Castellano. 1986: 6 e. 5 c.e.
AZUELO: Castellano. Euskara. se perdió hacia el siglo XVI. 1986: -
BAKAIKOA: Euskara. 1986: 268 e. 66 c.e.
BARAÑAIN: 1986: 713 e. 1075 c.e.
BARASOAIN: Castellano. en 1863 estaba dentre del límite vascófono. 1986: 2 e. 6 c.e.
BARBARIN: Castellano. En el siglo XVI figura ya en área romance. 1986: -
BARCIOTA: Castellano. 1986: 1 e. 2 c.e.
BARILLAS: Castellano. En el siglo XVI figura ya en el área romance. 1986: 1 e. 1 c.e.
BASABURUA MAYOR: Euskara. 1986: 675 e. 78 c.e.
BAZTAN: Euskara. 1986: 6.033 e. 776 c.e.
BEIRE: Castellano. El euskara se perdió hacia el siglo XVI. 1986: 3 e. 1 c.e.
BELASKOAIN: Castellano. El euskara se perdería en el siglo XIX. 1986: 2 c.e.
BERA DE BIDASOA: Euskara. En 1996: 2.156 e. 422 c.e.
BERBINZANA: Castellano. El euskara se perdería entre el siglo XVII y XVIII. 1986: 7. e. 8 c.e.
BERTIZ-ARANA: Euskara. 1986: 449 e. 67 c.e.
BETELU: Euskara. 1986: 271 e. 43 c.e.
BIURRUN: Castellano. En 1863 se halla aún en el área vascófona. 1986: 3 e. 3 c.e.
BUÑUEL: Castellano. En el siglo XVI era ya castellano parlante. 1986: 2 e. 2 c.e.
BURGUETE-AURITZ: Euskara. 1986: 66 e. 46 c.e.
BURGUI: Euskara. 1986: 1 e. 1 c.e.
BURLADA: 961 e. 1051 c.e.
BUSTO (EL): Castellano. 1986: 2 e. 1 c.e.
CABANILLAS: Castellano. 1986: -
CABREDO: Castellano. 1986: 2 c.e.
CADREITA Castellano. 1986:4 e. 9 c.e.
CAPARROSO: Castellano. 1986: 4 e. 7 c.e.
CARCAR: Castellano. 1986: 1 e.
CARCASTILLO: Castellano. Era ya romanzado en el siglo XVI. 1986: 11 e. 31 c.e.
CASCANTE: Castellano. 1986:14 e. 28 c.e.
CASEDA: Castellano. 1986: 5 e. 25 c.e.
CASTEJON: Castellano. 1986: 8 e. 20 c.e.
CASTILLONUEVO Castellano. Pérdida dEl euskara entre el siglo XVIII y XIX. 1996: -
CINTRUENIGO: Castellano. 19 86: 21 e. 35 c.e.
CORELLA: Castellano. En el siglo XVI figura en el área romance. 1986: 11 e. 14 c.e.
CORTES: Castellano. 1986: 5 e. 8 c.e.
DESOJO: Castellano. 1986: 1 c.e.
DICASTILLO: Castellano. En el siglo XVI figura en el área romance. 1986: 7 e. 3 c.e.
DONAMARI.A: Euskara. 302 e. 13 c.e.
EGÜES: Euskara. 1986: 61 e. 41 c.e.
ELGORRIAGA: Euskara. 1996: 146 e. 9 c.e.
ELORZ: Castellano. Era aún vascáfona en 1863. 1986: 38 e. 35 c.e.
ENERIZ: Castellano. Era aún vascófona en 1863. 1980. 1 c.e.
ERASUN: Euskara. 1986: 217 e. 13 c.e.
ERGOIENA: Euskara. 1986: 532 e. 6 c.e.
ERRO: Euskara. 1986: 149 e. 110 c.e.
ESKAROZ: Euskara. 1986: 3 e. 39 c.e.
ESLAVA: Castellano. El euskara desapareció hacia el siglo XVIII. 1986: 2 c.e.
ESPARZA: Euskara. 1986: 13 e. 29 c.e.
ESPRONCEDA: Castellano. Desapareció El euskara entre el siglo XI y XVI. 1986: -
ESTELLA: Castellano. Euskara aún en el siglo XVII. 1986: 1.417 e. 740 c.e.
ESTERIBAR: Euskara. 1986: 192 e. 75 c.e.
ETAYO: Castellano. Desapareció El euskara entre el siglo XI y XVI. 1986: 2 c.e.
ETXALAR: Euskara. 1986: 728 e. 33 c.e.
ETXARRI: Castellano. Era aún vascófona en 1863. 1986: 1 c.e.
ETXARRI-ARANAZ: Euskara. 1986: 1.780 e. 191 c.e.
ETXAURI: Castellano. Era aún vascófona en 1863. 1986: 21 e. 25 c.e.
EULATE: Castellano. En 1863 se hallaba en la zona romance. 1986: 12 e. 1 c.e.
EZKABARTE: Euskara. 1986: 36 e. 52 c.e.
EZKURRA: Euskara. 1986: 267 e. 11 c.e.
EZPROGI: Castellano. Aparece como castellanoparlante en 1863. 1986: 1 c.e.
FALCES: Castellano. 1986: 14 e. 29 c.e.
FITERO: Castellano. A fines del siglo XVI era ya romance. 1986: 2 e. 4 c.e.
FONTELLAS: Castellano. A fines del siglo XVI era ya romance. 1986: 2 c.e.
FUNES: Castellano. 1986: 3 e. 7 c.e.
FUSTIÑANA: Castellano. En el siglo XVI figura en el área romance. 1986: 2 e. 5 c.e.
GALAR: Castellano. Era vascófona en el siglo XIX. 1986: 31 c. 85 c.e.
GALLIPIENZO: Castellano. Euskara. en el siglo XVIII. 1996: 2 e. 4 c.e.
GALLUES: Castellano. Era vascófona aún en 1863. 1986: 1 c. 1 c.e.
GARAIOA: Euskara. 1986: 11 c. 37 c.e.
GARDE: Euskara. Pérdida dEl euskara a finales del siglo XIX. 1986: 1 c.e.
GARINOAIN: Castellano. En 1863 aún era vascófona. 1986: 1 c. 3 c.e.
GARRALDA: Euskara. 1986: 75 c. 55 c.e.
GENEVILLA: Castellano. Desaparición dEl euskara entre el siglo XI y XVI. 1986: 12 c.e.
GOIZUETA: Euskara. 1986: 1.024 c. 13 c.e.
GOÑI: Castellano. Desaparición dEl euskara a finales del siglo XIX. 1986: 1 e. 3 c.e.
GÜESA: Euskara. 1986: 1 e. 2 e. e.
GUESALAZ: Castellano. Vascófona aún en el siglo XVIII a XIX. 1986: 3 e. 2 c.e.
GUIRGUILLANO: Castellano. En 1863 se hallaba aún en area vascófona. 1986: 4 c.e.
GULINA: E.
HUARTE: Castellano. En 1863 se hallaba aún en área vascófona. 1986: 205 e. 226 c.e.
HUARTE-ARAKIL: Euskara. 1986: 257 e. 103 c.e.
IBARGOITI: Castellano. En 1863 aún quedaban vascófonos. 1986: 2 e. 2 c.e.
IGUZKIZA: Castellano. A fines del siglo XVI es ya romance. 1986: 7 e. 9 c.e.
IMOZ: Euskara. 1986: 297 e. 61 c.e.
IRAÑETA: Euskara. 1986: 56 e. 21 c.e.
ISABA: Euskara. 1986: 8 e. 18 c.e.
ITUREN: Euskara. 19 86: 446 e. 4 c.e.
ITURMENDI: Euskara. 1986: 78 e. 129 c.e.
IZA: Castellano. El euskara desaparece a finales del siglo XIX. 1986: 46 e. 33 c.e.
IZAGAONDOA: Castellano. En 1863 era aún vascófona. 1986: 1 e. 3 c.e.
IZALZU: Euskara. 1986: 7 c.e.
JABIER: Castellano. El euskara se perdió entre los s. XVII y XVIII. 1986: 6 e. 6 c.e.
JAURRIETA: Euskara. 1986: 5 e. 23 c.e.
JUSLAPEÑA: Euskara. 1986: 49 e. 24 c.e.
LABAYEN: Euskara. 1986: 286 e. 13 c.e.
LAKUNZA: Euskara. 19 86: 5 89 e. 293 c.e.
LANA: Castellano. Conservaba aún el euskara en el siglo XVI. 1996: 1 e.
LANZ: Euskara. 1986: 44 e. 21 c.e.
LAPOBLACION: Castellano. Pérdida del euskara entre los s. XI-XVI. 1986: 1 c.e.
LARRAGA: Castellano. El euskara se perdió en el siglo XVIII. 1986: 8 e. 14 c.e.
LARRAONA: Castellano. El euskara se conservaba aún en la segunda mitad del siglo XVIII. 1986: 2 e.
LARRASOAÑA: E.
LARRAUN: Euskara. 1986: 1.391 e. 258 c.e.
LAZAGURRIA: Castellano. El euskara se pierde entre los s. XI al XVI. 1986: -.
LEGARDA: Castellano. En 1863 era aún vascófona. 1986: 1 e. 1 c.e.

LEGARIA: Castellano. El euskara se pierde entre el siglo XI y el XVI. 1986: 2 c.e.
LEIZA: Euskara. 1986: 2.671 e. 132 c.e.
LEME: Castellano. El euskara se conservaba aún en la segunda mitad del siglo XVIII. 1986: -
LEOZ: Castellano. En 1863 era aún vascófono en parte. 1986: 7 c.e.
LERGA: Castellano. A fines del siglo XVI era vascófona. 1986: 1 s. 1 c.e.
LERIN: Castellano. El euskara se Pierde entre el siglo XI y XVI. 1986: 11 e. 17 c.e.
LESAKA: Euskara. 1986: 2.103 e. 345 c.e.
LEZAUN: 5 e. 4 c.e.
LIEDENA: Castellano. Vascófona tal vez aún en el siglo XVI. 1986: 4 c.e.
LIZOAIN: Castellano. En 1863 era aún vascófona. 1986: 3 e. 8 c.e.
LODOSA: Castellano. 1986: 18 e. 20 c.e.
LONGUIDA: Castellano. En 1863 se hablaba aún en parte el euskara. 1986: 8 e. 19 c.e.
LUMBIER: Castellano. En el siglo XVIII sería frontera lingüistica. 1986: 46 e. 30 c.e.
LUQUIN: Castellano. Pérdida dEl euskara entre el siglo XI y XVI. 1986: -
MAÑERU: Castellano. Vascófona en parte en 1863. 1986: 4 e. 2 c.E.
MARAÑON: Castellano. Pérdida dEl euskara entre el siglo XI y XVI. 1986: 8 c.e.
MARCILLA: Castellano. Pérdida dEl euskara entre el siglo XI y XVI. 1986: 8 e. 6 c.e.
MAYA-AMAIUR: E.
MELIDA: Castellano. A fines del siglo XVI era castellanófona. 1986: 2 e. 3 c.e.
MENDAZA: Castellano. El euskara se perdió entre el siglo XI y XVI. 1986: 3 c. 2 c.e.
MENDBIA: Castellano. El euskara se perdió entre el siglo XI y XVI. 1986: 2 c. 13 c.e.
MENDIGORRIA: Castellano. En el siglo XVI debió de ser frontera lingüística. 1986: 3 c. 6 c.e.
METAUTEN: Castellano. En el siglo XVI debió de ser fronte, ra lingtiística. 1986: 23 c. 4 c.e.
MILAGRO: Castellano. El euskara se perdería entre el siglo XI y XVI. 1986: 1 c. 1 c.e.
MIRAFUENTES: Castellano. El euskara se perdería entre el siglo XI y XVI. 1986: 1 e. 1 c.e.
MIRANDA DE ARGA: Castellano. El euskara se perdería entre el siglo XI y XVI. 1986: 2 c. 4 c.e.
MONREAL: Castellano. El euskara se perdió en el siglo XIX. 19 86: 2 c. 5 c.e.
MONTEAGUDO: Castellano. En el siglo XVI era de habla castellana. 1986: 1 c. 4 c.e.
MORENTIN: Castellano. El euskara se perdió entre el siglo XI y XVI. 1986: -
MUES: Castellano. El euskara se perdió entre el siglo XI y XVI. 1986: -
MURCHANTE ... . Castellano. 1986: 3 c.e.
MURIETA: Castellano. El euskara se perdió entre el siglo XI y XVI. 1986: 7 c. 5 c.e.
MURILLO EL CUENDE: Castellano. El euskara se perdió entre el siglo XI y XVI. 1986: 1 c.e.
MURILLO EL FRUTO: Castellano. Frontera lingüística en el siglo XVI. 1986: 4 e. 1 c.e.
MURUZABAL: Castellano. En 1863 era aún vascófona. 1986: 2 c.e.
NAVASCUES: Castellano. A finales del siglo XVIII era aún vascófona. 1986: 18 c. 10 c.e.
NAZAR: Castellano. El euskara se perdería entre el siglo XI y XVI. 1986: 2 c.e.
OBANOS: Castellano. En 1863 era aún vascófona. 1986: 4 c. 7 c.e.
OCO: Castellano. El euskara se perdería entre el siglo XI y XVI. 1986: 2 c. 1 c.e.
ODIETA: Euskara. 1986:78 e. 31 c.e.
OIZ: Euskara. 1986:132 c. 6 c.e.
OLAIBAR: Euskara. 1986:9 c. 11 c.e.
OLAZAGUTIA-OLAZTI: Euskara. 1986: 243 c. 256 c.e.
OLCOZ: Castellano. A fines del siglo XVIII era aún vascófona
OLEJUA: Euskara. El euskara se perdería entre los s. XI y XVI. 1986: 1 e.
OLITE: Castellano. A finales del siglo XVI era castellanófona. 1986: 23 e. 59 c.e.
OLORIZ: Castellano. En 1863 en aún vascófona. 1986. 10 c.e.
OLZA: Euskara. 1986: 46 e. 67 c.e.
OLLO: Castellano. En 1963 era vascófona. 1986: 15 Castellano. 12
ORBAIZETA... . Euskara. 1986: 63 c. 47 c.e.
ORBARA: Euskara. 1986: 36 c. 4 c.c,
ORISOAIN: Castellano. En 1863 era aún vascóforta. 1996: 1 c. 4 c.e.
ORONZ: Euskara. 1986: 1 c.
OROZ-BETELU: Euskara. 1986: 12 c. 9 c.e.
OSTIZ: E.
OTEIZA: Castellano. Arca aún vascófona en algunos lugares del valle, &.XIX. 1986: 16 c. 39 c.e.
OTXAGABIA: Euskara. 1986: 37 c. 97 c.e.
PAMPLONA: Castellano. Se perdió en el siglo XIX. 1986: 11.022 c. 13.195 c.e.
PERALTA: Castellano. El euskara se perdería entre el siglo XI y XVI. 1986:17 c. 39 c.e.
PETILLA DE ARAGON: Castellano. 1996: -
PIEDRANELLERA: Castellano. El euskara se perdería entre el siglo XI y XVI. 1986: -
PITILLAS: Castellano. El euskara se perdería entre el siglo XI y XVI. 1986: 1 e. 4 c.e.
PUENTE LA REINA: Castellano. En 1863 era aún vascófona. 1986: 146 c. 73 c.e.
PUEYO: Castellano. El euskara se perdió entre el siglo XVIII y XIX. 1986: 7 c. 8 c.e.
RIBAFORADA: Castellano. A finales del siglo XVI era castellan6fona. 1986: 1 c. 1 c.e.
ROMANZADO: Euskara. 1986: 1 c.
RONCAL: Euskara. 1986: 8 c. 10 c.e.
RONCESVALLES-ORREAGA: Euskara. 1986: 6 c.
SADA DE SANGUESA: Castellano. El euskara se perdió entre los s. XVII y XVIII. 1986: 3 c.e.
SALDIAS: Euskara. 1996: 160 c. 8 c.e.
SALINAS DE ORO: Euskara. Vascófono aún en el siglo XIX. 1986: 1 c. 2 c.e.
SAN ADRIAN: Castellano. El euskara se perdió entre el siglo XI y XVI. 1986: 3 c. 40 c.e.
SAN MARTIN DE UNX: Castellano. El euskara desapareció entre el siglo XVI y XVIII. 1986: 5 c. 8 c.e.
SANGÜESA: Castellano. Parte de su distrito era aún vascófono a finales del siglo XVIII. 1986: 51 c. 92 c.e.
SANSOAIN: Castellano. En el siglo XVIII era aún vascófona.
SANSOL: Castellano. El euskara desaparecería entre los s. XI y XVII 1986: 1 c. 4 c.e.
SANTACARA: Castellano. El euskara desaparecería entre los s.XI y XVII 1986: 1 c. 3 c.e.
SANTESTEBAN-DONESTEBE: Euskara. 1986: 696 c. 142 c.e.
SARRIES: Euskara. 1986: 1 c. 2 c.e.
SARTAGUDA: Castellano. El euskara desaparecería entre los s. XI y XVI. 1986: 2 c. 8 c.e.
SESMA: Castellano. El euskara desaparecería entre los s. XI y XVI. 1986: 1 c. 3 c.e.
SORLADA: Castellano. El euskara desaparecería entre los s. XI y XVI. 1986: -
SUMBILLA: Euskara. 1986: 658 c. 23 c.e.
TAFALLA: Castellano. En el siglo XVIII en aún vascófona en parte. 1986: 287 c. 533 c.e.
TIEBAS: Castellano. En 1863 era aún vascófona. 1986: 11 c. 4 c.e.
TIRAPU: Castellano. En 1863 era aún vascoófona. 1986: 1 e. 1 c.e.
TORRALBADELMO Castellano. El euskara desaparecería entre los s. XI y XVI. 1986: 3 c. 1 c.e.
TORRES DEL RIO: Castellano. El euskara desaparecería entre los s. XI y XVI. 1986: 1 e. 2 c.e.
TUDELA: Castellano. Era castellanoparlante en el siglo XVI. 1986: 169 e. 454 c.e.
TULEBRAS: Castellano. 1986: 2 e. 2 c.e.
UCAR: Castellano. En 1863 era aún vascofona. 1986: 2 c.e.
UJUE: Castellano. Era castellanófona en el siglo XVIII. 1986: 3 e. 7 c.e.
ULZAMA: Euskara. 1986: 769 e. 338 c.e.
UNCM: Castellano. En 1863 era aún vascófona. 1986: 8 c.e.
UNZUE: Castellano. Era aún vascófona en 1863. 1996: 1 e. 2 c.e.
URDAX-URDAZURI: Euskara. 1986: 383 e. 18 c.e.
URDIAIN: Euskara. 1986: 609 e. 54 c.e.
URRAUL ALTO: Castellano. El euskara se perdió a finales del siglo XIX. 1986: 6 c.e.
URRAUL BAJO: Castellano. El euskara se perdió a finales del siglo XVIII-XIX. 1986: 10 s. 5 c.e.
URROZ DE SANTESTEBAN: Euskara. 1986:191 P- 1 c.e.
URROZ: Castellano. Era aún vascófono en 1963. 1986: 2 0. 15 c.e.
URZAINKI: Euskara. 1986: 2 e. 1 c.e.
UTERGA: Euskara. Vascófona aún en el siglo XVII. 1986: 1 e. 2 c.e.
UZTARROZ: Euskara. 1986: 3 e. 3 c.e.
VALCARLOS-LUZAIDE: Euskara. 1986: 355 e. 75 c.e.
VALTIERRA: Castellano. 1986: 2 e. 2 c.e.
VIANA: Castellano. El euskara se perdería entre los s. XI y XVI. (XVII ?). 1986: 17 e. 44 c.e.
VIDANGOZ-BIDANGOTZE: Euskara. 1986: 3 c.e.
VIDAURRETA ... . Castellano. En 1863 era aún vascófona. 1986: 10 e. 7 c.e.
VILLAFRANCA: Castellano. El euskara se perdería entre los s. XI y XVI. 1986: 16 e. 21 c.e.
VILLAMAYOR DE MONJARDIN: Castellano. El euskara se perdería entre los s. XI y XVI. 1986: 1 e.
VILLANUEVA-HIRIBERRI: Euskara. 1986: 92 e. 13 c.e.
VILLATUERTA: Castellano. Era ya castellanoparlante en 1863. 1986: 13 e. 6 c.e.
VILLAVA: 406 e. 590 c.e.
YANCI: Euskara. 1986: 542 e. 13 c.e.
YERRI Castellano. A finales del siglo XVIII era aún vascófono. 1996: 35 e. 21 c.e.
YESA: Castellano. Era aún vascófona en el siglo XVI. 1986: 2 e. 4 c.e.
ZABALZA: Castellano. Era aún vascófona en 1863.1986: 1 C.e.
ZIORDIA: Euskara. Frontera en el siglo XIX. 1986:38 e. 46 c.e.
ZIRAUKI: Castellano. El euskara se perdió en el siglo XIX. 1986: 2 e. 13 c.e.
ZIRIZA: Castellano. El euskara se perdió en el s.XIX. 1986: 5 e.
ZIZUR: Castellano. El euskara se perdió en el siglo XIX. 1986:262 e. 339 c.e.
ZUBIETA: Euskara. 1986: 328 c. 3 c.a.
ZUGARRAMURDI: Euskara. 1986: 268 c. 2 c.e.
ZUÑIGA: Castellano. Era vascófona en el siglo XVI. 1986: 1 0. 5 c.e.

Antecedentes históricos. A raíz o como consecuencia de la batalla de Roncesvalles el 15 de agosto del año 778, se dio, en torno a la cordillera pirenáico centro-oriental de Navarra, un comienzo de organización de montañeses de las dos vertientes bajo la autoridad de uno de los linajes de los señores de la guerra -los Aritza- emparentado con los Banu Kasi que dominaban las tierras del curso medio del Ebro y de sus afluentes Ega, Arga y Aragón, con la doble misión de proteger los territorios aragonés y navarro del expansionismo carolingio y de ocupar las tierras susceptibles de cultivo cerealista, imprescincibles para dar salida al exceso de población concentrada en el "saltus vasconum". Durante este primer período, que abarca desde fines del siglo VIII hasta primeros del X, las gentes de los valles de Ansó, Ronkal, Salazar, Erro y de la Canal de Berdún, así como las de la Cuenca de Pamplona y de la Zona Media entre Sangüesa y Estella, constituyeron un todo homogéneo lingüística, económica y socialmente, pero aislado y ajeno a todo cambio y fiel a sus usos y costumbres tradicionales. Desaparecido el peligro franco-carolingio y pasado el poder de los Aritza a los Semenones, se inició la expansión hacia el S. aprovechando los navarros las discordias de sus antiguos aliados en lucha abierta contra el Califato cordobés. Será Sancho Garcés (921) quien abrirá a los navarros euskaldunes, pastores y campesinos, probablemente con la ayuda de los aragoneses de la Canal de Berdún, las puertas de un nuevo territorio, esta vez poblado por gentes romanizadas, incorporando definitivamente la Rioja Alta con Viguera, Calahorra y Nájera, coronando así el esfuerzo de expansión que estaba en la mente de todos los monarcas navarros de la casa pirenáica: ocupar parte de la Antigua Tarraconense en tomo al Ebro.

Dicha conquista, fundamental para entender tanto la historia del reino de Navarra, como el hecho lingüístico diferenciador Euskera/Romance, permitió que la sociedad navarra, apenas evolucionarla desde la caída del Imperio Romano, comenzara a incorporarse a los destinos peninsulares de la mano de un romance riojano-navarro-aragonés que se extendía desde Jaca hasta Albelda, Nájera y San Millán de la Cogolla. Este conjunto de pueblos, navarro de habla vasca, aragonés pirenáico de expresión romance y riojano de tradición romana, que había logrado sobrevivir a la destrucción sistemática llevada a cabo por Almanzur, entra en la historia del siglo XI iniciando su modernización gracias a la política diplomática emprendida por Sancho el Mayor (1004-1035) con el reino de León y los condados de Castilla, Aragón, Gascuña y Aquitania, y a una serie de medidas que cubrían los más diversos campos, desde la economía hasta el derecho, la cultura y la disciplina religiosa, dando entrada, a partir del último tercio del s. XI, al asentamiento, a lo largo del camino de Santiago a su paso por el reino, de gentes procedentes en su mayoría de Occitania. Como consecuencia de todo ello la sociedad navarra resultó particularmente heterogénea, ya que, al decir de J. Caro Baroja (Cf. La casa de Navarra, I, Pamplona 1982, pág. 26) en el reino de Navarra no hubo unidad lingüística ni cultural, ni acaso racial.. Sí en cambio, existió la vieja unidad del vínculo real, rota varias veces y reconstruida cuando las diferencias fueron más fuertes, particularmente cuando a los cambios étnicos provocados por romanos, visigodos y judíos, se añadió la aparición de grupos denominados genéricamente "francos" y que, en su mayor parte, procedían del S. de Francia.

  • Componentes lingüísticos: El Romance Navarro

De acuerdo con los trabajos de J. M.ª Lacarra, L. Michelena. J. Caro Baroja y F. González Ollé, entre otros, y en conformidad con la documentación medieval navarra, fueron dos, fundamentalmente, las realizaciones lingüísticas en el antiguo reino, totalmente diferentes entre sí. De un lado tenemos la Lengua Vasca o Euskera, propia de los naturales del país y hablada en los dos tercios del territorio -la Zona Atlántica, la Montaña y sus valles, así como toda la Zona Media-, desde la entrada del Ega en tierras navarras hasta el pie de la Sierra de Ujué con Murillo el Fruto y Carcastillo. Su presencia está atestiguada tanto en las glosas del Becerro Antiguo de Leyre, como en los toponomásticos y aparece en documentos privados a partir de comienzos del silo XV. De otro lado tenemos el Romance, expresado en dos códigos distintos, uno propio cual era el Romance Navarro, y el otro el Occitano, extraño al país. A estos dos, como es sabido, habría que añadir los propios de las comunidades minoritarias del reino: el Mozárabe, rápidamente absorbido, al parecer, primero por los hispano-árabes de Tudela y después por los cristianos conquistadores a partir de 1118; el Arabe de tipo dialectal hablado especialmente en la Mejana tudelana desde su conquista el 713 hasta, acaso, después de su recuperación por Alfonso I el Batallador el 1118; y por último, tal vez, el hebreo propio de las comunidades judías. No parece, ajuicio de F. González Ollé (1970, 45) que el influjo lingüístico de estos últimos fuera relevante, incluyendo, acaso, el de los hablantes cortesanos de "langue d'oil" durante el reinado de las Casas de Champagne y Evreux.

El origen de este romance navarro habría que buscarlo, acaso, no en el latín hablado por colonos y vascones más o menos romanizados del "Ager", desaparecido a causa de la ocupación del territorio durante cuatro siglos por los hispano-árabes sino en la zona navarro-aragonesa comprendida por el Campo de Jaca y su prolongación al oeste, la Canal de Berdún junto con las tierras de Sos, la Valdonsella y Sangüesa, que al calor de la Corte navarra y de los cenobios de San Salvador de Leire, Urdaspal, Siresa, San Juan de la Peña y Santa Cruz de la Serós, se fue extendiendo desde la Corte itinerante navarra a las villas a partir del siglo XII. Esta variante románica nacida como consecuencia directa de una evolución perfectamente normal de la lengua utilizada por la administración real y monástica, inicialmente latina, como era el uso general en Occidente, se convirtió en romance al igual que sucedió en los pueblos vecinos, y sirvió de medio de comunicación a la Corona para establecer sus relaciones diplomáticas y comerciales con los reinos de Castilla, Aragón y demás Estados del otro lado de los Pirineos. Desde el punto de vista escrito dicho romance se vio plasmado en miles de documentos de la más variada índole, desde el Fuero General a los municipales a partir de principios del siglo XIII, pasando por textos administrativos, los más numerosos, civiles y religiosos, fechados en Pamplona, Estella, Tudela, Tafalla, Olite, Sangüesa, Puente la Reina, Viana, Los Arcos, etc., pero especialmente en las villas al sur de la capital del reino. No fue ajeno a la sociedad navarra, sino consecuencia directa de la evolución de la lengua utilizada por las administraciones real y monástica, así como por las gentes de extracción románica de la Canal de Berdún y del extremo centro oriental navarro y descendería en dirección oeste al compás de la reconquista, alcanzando Pamplona, Tafalla, Olite y Tudela para proseguir por Estella camino de la Rioja, constituyéndose una franja romance propia desde Jaca hasta el Ebro.

La modalidad de esta variante románica formada en contacto con el vascuence y de características fundamentalmente aragonesas, se diferenciaría lenta y progresivamente en su marcha hacia el sur experimentando más y más el influjo castellano, al contrario de lo que ocurriría con el aragonés pirenáico que quedó más en contacto con las variantes romances de sus vecinos bearneses, gascones y catalanes. En el conjunto de las villas realengas y no realengas del centro y mediodía, desde mediados del siglo XII, la lengua ordinaria sería el romance navarro hablado por el conjunto de la población ruana o libre, que para los ss. XIII y XIV representaría un 20 % del total del reino. Por el contrario, el conjunto de labradores medieros y collazos y que los textos medievales del siglo XII denominan "navarri" y que vendrían a representar los dos tercios de la población total, en su mayor parte serían de habla vasca a lo largo de todo el medievo y ocuparían las aldeas extendidas por el antiguo "saltus" y la Zona Media.

La lengua administrativa de la Corte y la empleada por las gentes libres de las villas, que se convierten a partir de principios del siglo XIII en la fuerza económica y política más importante del reino, será el romance navarro, alcanzando la categoría de lengua de Navarra, como así lo proclama oficialmente Carlos III el 13 de febrero de 1390 con motivo de su coronación en la Catedral de Pamplona al declarar ante los "prelados, ricoshombres, caballeros y hombres de las buenas villas" in ydiomate Navarre terre la fórmula solemne de juramento de guardar y observar sus fueros y privilegios. Esta realidad lingüística fundamentalmente semejante a la aragonesa medieval de Cinco Villas y la Canal de Berdún, confirmada en alguna medida, como advierte F. González Ollé (art. cit., pág. 72) por los resultados de las encuestas realizadas en época actual, se fue diferenciando particularmente durante los siglos XIV y XV del aragonés, aproximándose progresivamente del castellano, sin duda debido a la carencia de obra literaria propia, ya que frente a Aragón que conoció una cierta producción de textos literarios hasta bien entrado el siglo XV y aun episódicamente en el siglo pasado, nada parecido encontramos en Navarra, si exceptuamos las llamadas Coronicas insertas en el Fuero General, el Liber Regum, la Crónica General de España de Fray García de Eugui, la Crónica de García López de Roncesvalles y la Crónica de los Reyes de Navarra del Príncipe de Viana, obras todas pertenecientes a la prosa histórica (Cf. F. González Ollé, op. cit., pp. 59 y 84-89).

Esta falta de literatura propia a lo largo del medievo estaría motivada por la misma estructura de la sociedad medieval navarra, ya que a lo largo de los ss. XIII al XVI careció de un conjunto de núcleos urbanos con características burguesas suficientemente amplio -los asentados en el Camino Jacobeo eran de habla occitana- como para permitir el desarrollo de una manifestación artístico-literaria. La Corte a partir de 1234 estuvo prácticamente en manos de monarcas de cultura francesa.

  • El Occitano Navarro

Sancho Ramírez al comienzo mismo de su reinado (1063) puso en marcha una auténtica revolución social al erigir a Jaca como capital del reino aragonés con el título de ciudad, poblándola con gentes occitanogasconas especializadas en menesteres artesanos, con objeto de atender a los peregrinos que acudían a Santiago procedentes de la vía Tolosana que penetraba en España por el puerto de Somport. La aplicación de esta política se dejó sentir pronto en Navarra con la fundación de Estella (1090) dentro de los términos de una aldea llamada Lizarra, con oriundos de Toulouse, Cahors, Moissac, Condom, Saint Giles, Bordeaux, etc. en la orilla derecha del Ega, protegidos por una fortaleza y acogidos al llamado Fuero de San Martín, copia del de Jaca. Le siguieron otros núcleos fundados entre 1118 y 1129, como el Burgo de Cernín (Pamplona), Sangüesa y Puente la Reina con "francos" u occitanos exclusivamente, ya que por fuero les estaba prohibido a los navarros, fueran éstos hijosdalgo, clérigos o gentes de armas, avecindarse en los mismos. El ciclo se cerró con la creación de dos nuevos burgas entre 1187-1188, esta vez con "francos" y navarros, uno en Pamplona, denominado La Población de San Nicolás, paralelo al Burgo de San Cernín, y el otro en Estella, al otro lado del Ega y formado por los barrios de San Miguel, San Juan y San Salvador del Arenal.

La lengua de estas gentes, distinta del catalán y del gascón, pero emparentada con ellos, y claramente diferenciada de la variante navarro-aragonesa, fue a nivel de lengua escrita y hablada a lo largo de los siglos XII al XIV, el occitano común escandalizado de tipo tolosano, como lo prueban los cerca de 500 textos administrativos que nos han llegado junto con la Canción de la Guerra de la Navarrería de Guillem d'Aneliers. Al contrario de lo que sucedió en otros muchos núcleos de la ruta de Santiago poblados entera o parcialmente por francos, como Logroño, Belorado, Burgos, Sahagún, etc., o fuera de ella, como Tudela, Huesca y Zaragoza, donde el uso de la lengua occitana fue meramente ocasional, como señaló J. M.ª Lacarra (1957, 19): "...en estas ciudades de Navarra -se refiere a Pamplona, Estella, Puente la Reina, Roncesvalles (Burguete) y Sangüesa- pervive por mucho tiempo la lengua provenzal". Y refiriéndose a Pamplona indica: "...veremos multitud de documentos redactados integramente en provenzal, lengua que conservó allí su vigor hasta el siglo XIV. ...Es decir, que en estas ciudades, de las que conservamos escritos también en romance navarro, eran tres los idiomas hablados: el vascuence, el romance navarro y el provenzal, y no faltarían gentes que comprendieran los tres". La razón de esta persistencia la apuntó ya en 1957 J. M.ª Lacarra al advertir sobre las condiciones lingüísticosociales en que vivieron estas gentes de los burgas.

En efecto, a lo largo de todo el medievo las comunidades francooccitano-navarras se asentaron en núcleos defendidos por murallas, separados y aislados de los naturales del país -los euskaldunes, probablemente monolingües-, que se vieron forzados a vivir en sus "navarrerías", actuando así la lengua como aislante. Por otro lado y por si fuera poco la barrera lingüística, el estatus jurídico que separaba a ambas comunidades acentuaba aún más la diferencia, ya que gracias a las disposiciones expresas o implícitas de sus Fueros, los francos monopolizaron toda la actividad económica, desde los oficios artesanales al del cambio y préstamo de dinero, originados por el paso de los peregrinos procedentes de Somport o de Roncesvalles camino de Santiago. Por el contrario, los francos de Huesca, Tudela o Zaragoza se diluyeron rápidamente entre la población romance, ya que, por un lado, no llegaron a constituir comunidades aparte, distintas de los naturales del país y originarios de Navarra, Castilla y Aragón; y por otro se adaptaron sin mayor dificultad a la variedad románica que entendían sin dificultad. De acuerdo con los textos publicados y los ya recogidos, el conjunto de documentos conocidos asciende a unos 500 -frente a unos 50 de Jaca y Huesca- y fueron redactados entre 1232 y 1400, correspondiendo a escribanos de Pamplona en torno a un 62 %, seguido de Estella un 19 %, y el resto se reparte entre los escritos por notarios y escribanos de Sangüesa, Puente la Reina y Burguete (Roncesvalles).

El período en que más se dan estos textos es el que va de 1300 a 1400 con un 75 %, frente a los datados entre 1232 y 1300 con un 25 %. La lengua a que pertenecen estos textos, según se desprende del estudio lingüístico de la primera serie (1232-1325) llevado a cabo por mí, es el occitano común languedociano, originario de la región central, delimitada por las ciudades y zonas de influencia de Toulouse, Quercy, Albi y Rouergue, distinto del noroccitano de Limoges, Périgord, Auvergne y Sur de Poitou, así como del de las hablas de la Provenza y que dentro de Occitania dio lugar a un modelo ideal de comunidad lingüística respecto del cual intentaron acercarse escritores y escribanos, presentando desde un principio un carácter más federativo que unificado, resultado de la acomodación entre lengua y realidad social, y no como consecuencia de una voluntad que se impuso.

La suerte de este occitano-navarro corrió parejas con el estatus privilegiado de las comunidades de burgueses que lo hablaban, desapareciendo documentalmente primero en Sangüesa, algo más tarde en Puente la Reina, hacia 1380 en Estella y por último en Pamplona en 1423 con la firma del Pacto de la Unión, que puso fin a la separación del Burgo de San Cernín, la Población de San Nicolás y la Navarrería, fundiéndose todos en uno y bajo las mismas Ordenanzas, siendo absorbida dicha variante románica por el Romance Navarro elevado ya al rango de "Ydioma Navarre terre o Lengua de Navarra" y como advierte L. Mitxelena (Cf. "Notas sobre las lenguas de la Navarra Medieval", en Homenaje a J. Esteban Uranga, pág. 211): "Me parece con F. González Ollé que era inevitable que el occitano desapareciera, una vez que fueron cayendo una tras otra las barreras legales y sociales que protegían a la población franca y a su lengua". Perdida la cohesión del dialecto navarro-romance debido a una evolución, en parte confluyente, similar a la experimentada por el castellano y por una progresiva castellanización del mismo a partir especialmente de fines del siglo XV y principios del XVI, el castellano irá penetrando más y más a costa del dialecto autóctono y el propio euskara, desprotegido de la defensa del dialecto romance, retrocederá más y más en un proceso secular que dura hasta nuestros días.

RIC

La lengua oficial de Navarra según el Amejoramiento de 1982 es el castellano siéndolo también el euskara en las zonas determinadas por la ley foral aprobada el 2 de diciembre de 1986. Dicha ley divide a Navarra a efectos de uso y enseñanza en tres bloques: 1.º Navarra vascófona (Norte de Navarra), donde el euskara es oficial. 2.º Navarra mixta. 3.º Navarra no vascófona. En las dos últimas "se fomentará" el uso del euskara pero éste no reviste el carácter de oficialidad que ostenta el castellano. Los municipios que comprende cada zona son:

a) Una zona vascófona, integrada por los términos municipales de: Abaurrea Alta, Abaurrea Baja, Auritz (Burguete), Alsasua, Anué, Araiz, Aranatz, Arano, Arakil, Arbizu, Areso, Aria, Aribe, Arruazu, Bakaikoa, Basaburua Mayor, Baztán, Bera, Bertizarana, Betelu, Donamaría, Etxalar, Etxarri Aranaz, Elgorriaga, Erasun, Ergoiena, Erto, Esteribar, Ezkurra, Garaioa, Garralda, Goizueta, Hiriberri, Huarte Arakil, Imoz, Irañeta, Ituren, Iturmendi, Labaien, Lakuntza, Lanz, Larraun, Leiza, Lesaka, Luzaide, Oiz, Olazagutia, Orbaizeta, Orbara, Orreaga, Saldías, Santesteban, Sumbilla, Ulzama, Urdax, Urdiain, Urroz de Santesteban, Yanci, Ziordia, Zubieta y Zugarramurdi.

b) Una zona mixta, integrada por los términos municipales de: Abárzuza, Ansoáin, Aoiz, Arze, Atez, Barañáin, Bidangoz, Bidaurreta, Burgui, Burlada, Ziriza, Zizur, Etxarri, Etxauri, Egües, Ezkaroz, Esparza, Estella, Ezkabarte, Garde, Goñi, Güesa, Guesálaz, Huarte, Isaba, Iza, Izalzu, Jaurrieta, Juslapeña, Lezáun, Lizoáin, Otxagabía, Odieta, Olaibar, Olza, Ollo, Oronz, Oroz Betelu, Pamplona, Puente la Reina, Ronkal, Salinas de Oro, Sarries, Urzainki, Uztárroz, Villava, Yerri y Zabalza.

c) Una zona no vascófona, integrada por los restantes términos municipales.

RIC

Voz cuya etimología está constituida por dos palabras griegas que significan "nombre de lugar". Designa tanto los vocablos con que las gentes nombraron los accidentes del terreno y los espacios de la tierra, como la ciencia que analiza estos nombre y expresiones, con el fin de obtener de ellos un mejor conocimiento de la realidad sociocultural popular, y de las lenguas habladas, su origen y evolución, y aspectos lexicales, fonéticos y otros. Los estudios sobre toponimia navarra son muy recientes, centrados preferente en la de "habitat" (nombres de lugares poblados), pero el futuro es muy esperanzador a corto plazo, por los proyectos de investigación existentes.

  • El legado histórico

Toda comunidad rural utilizó expresiones y nombres para identificar, localizar o describir un poblado, sus viviendas y los diferentes elementos geofísicos del territorio, como bosques y pastizales del patrimonio comunal y los cultivos de propiedad comunitaria o privada. Conocidos y utilizados habitualmente desde tiempo inmemorial, han venido transmitiéndose de generación en generación por vía oral, y muchos, además, registrados en documentos, singularmente relacionados con la transmisión de la propiedad (compraventa, donaciones, permutas, cesiones, etc.), o en inventarios hechos con fines fiscales u otros (registros, apeos, catastros). Como en todas las partes, los modos de vida del hombre depredador, pastor y agricultor, y su relación vital con el medio geográfico, le obligaron a conocer minuciosamente y a designar con nombres específicos cada monte, valle y curso de agua, las tierras de pastos y de cultivo, y cada paraje, bien para fijar un punto de encuentro, para localizar una presa o un hatajo de ganado, o la finca objeto de una transacción o a la que había que acudir a trabajar o para llevar la comida.

Personalizó igualmente con nombres propios los núcleos habitados e incluso cada una de las viviendas que los componían. La variedad geográfica de Navarra, patente en la Montaña atlántica y alpina y sus cuencas meridionales del Arakil y de Pamplona a Lumbier, en la Navarra media desde la muga de Zaragoza a la de Alava, y en las Riberas del Ebro occidental y tudelano, tienen fiel reflejo en la toponimia, mucho más abundante, expresiva y rica en la Navarra vascófona que en las tierras llanas del S. Los nombres comunes simples, frecuentemente acompañados de artículos y de ciertas postposiciones en euskera, y aplicados al relieve y accidentes del suelo, descriptivos de su constitución, calidad o destino, suelen dar paso frecuentemente a compuestos, integrados por un sustantivo básico, y por otro elemento que puede ser:

a) Otro sustantivo (Castejón de Arguedas, Cabezo la mata; Etxarri, Tipula baratze);

b) Un adjetivo calificativo o descriptivo, alusivo al tamaño (Campogrande, Olaz txipi), a la situación (Mutilba alta), forma (Monteagudo, Monteplano, Ehuntze mearra, Zubi makurra; Harrizabal), color (Arazuri, Agua roya, Lurbeltza), calidad social (Villafranca) u otras circunstancias (Piedramillera, Canseco, Viñas viejas);

c) Un adverbio o postposición expresando la situación (Ollobarren, Ollogoien) o relacionando el lugar o la finca con un elemento relevante (Junto al puente, debajo del camino, Elizalde, Haizkibel).

En el caso de viales, el sustantivo básico (carretera, carrera, corra; Camino, kamio; bide; vía) suele ir acompañado (precedido en euskera y postpuesto en castellano) del nombre del lugar o paraje al que se dirige (Carretera Zaragoza, Carra Novillas, Tutera kamio, Elo bidea). Lo mismo suele ocurrir con ciertas propiedades agropecuarias, identificadas por el paraje (Caserío del monte, soto del río, prado Mollet) o por el propietario (Corral del Marqués, Olivar de Remírez, Lukasen alorra). Los topónimos compuestos llegaron frecuentemente a constituir un todo indivisible (Fustiñana, Candipuerca, por ejemplo), fenómeno que se prodiga en la toponimia euskérica, como evidencian ejemplos tan corrientes como "Rekalde" (Erreka aldea), Mendiluz, Iturzar, Gazarrieta, y muchos nombres de valles (entre ellos Aibar, Aranguren, Esteribar, Izagaondoai, de comarcas (Iruñerria, Basaburua) y localidades (Iturgoyen, Erriberri, Zubiri). La necesidad de precisar con la máxima exactitud el emplazamiento de una finca o un punto concreto del término municipal o concejil, obligó a la utilización de frases descriptivas, explicativas o puntualizadoras de la situación, recurso conocido y practicado desde antiguo hasta nuestros días por pastores y agricultores. Veamos unos ejemplos de expresiones y referencias populares antaño usuales en Iruñerria para situar piezas: "Martin Oteizaren larrain aldeko alorra" (Ochobi, 1599); "San Bartolomé zubiaren punta" (Olza, 1608), "Domingoren larraina azpiko aldea" (Astráin, 1683).

En estos y otros casos, las descripciones desbordan ampliamente el concepto de "topónimo" estricto, para dar paso al "topónimo-frase". Un documento del monasterio de Iranzu, fechado en 1683, enumera fincas en los lugares de Muru y Astráin (Cendea de Cizur), empleando frases en las que a veces incluye verbos, concretamente "egon" (=estar. "Euntze burua itxaurra dagonean"), "atera" (=salir. "Gares bidea, larrea atratzen dela"), "pasatu" (=pasar. "Busta zuriko erreka pasatu eta berala"), "batu" (=juntarse. "Erreka bi patzen diren lekuan gañeko aldean"), "etxan, etzinu (=tumbarse, descansar. "Urdeak eziten direnekoan", similar a la que en 1680 describía un paraje de Subiza (Galar) donde dormía el ganado de cerda como "Urdeak eziten dire untzea"). Con el transcurso del tiempo fue creándose una toponimia mayor o macrotoponimia, aplicada a territorios extensos (países, regiones, provincias, cordilleras, macizos montañosos, valles, ríos, municipios), una toponimia de "habitar" (Ciudades, pueblos, viviendas, calles, barrios, plazas), y una microtoponimia o toponimia menor para designar partes pequeñas del territorio e incluso unidades rurales de producción y minifundios de superficie tan reducida como una parcelita o un huertecillo.

  • La crisis actual

Todo ese ingente patrimonio histórico-lingüístico recibido del pasado está en trance de extinción. Al margen de otros aspectos nada desdeñables, el conocimiento de la toponimia tradicional ofrece un interés enorme para la cultura de Navarra, singularmente para el estudio de las lenguas y dialectos hablados en ella, y para conocer su grado de implantación, ámbito y evolución diacrónica, y fijar las fronteras lingüísticas, no sólo geográficas, como ha venido haciéndose tradicionalmente, sino sociales. Una recogida sistemática supondrá una contribución inestimable y de sorprendentes resultados para confeccionar el "Atlas lingüístico" de Vasconia y para la etnografía y la historia de nuestro pueblo. Pastores y agricultores han venido usando y transmitiéndose de generación en generación durante siglos unos nombres. Un documento de donación a la Orden de San Juan de Jerusalén, fechado en 1202, cita en Subiza (Cendea de Galar) los términos "Artacee, Dorremendi y Legarrean". Los tres primeros perduraban durante el siglo XVII y se han conservado hasta hoy "Artaz" y "Legacrea".

Actualmente asistimos a la liquidación de nuestro patrimonio cultural autóctono, del que la lengua vasca es elemento fundamental. La toponimia viene presentando en cierta cartografía contemporánea marcado aspecto castellano. Ignorado por los navarros el significado o contenido semántico de las palabras euskéricas usadas por sus antepasados, se tiende a sustituirlas por su equivalente castellano ("Junto al pueblo" en vez de "Erriondoa"; "camino de Gulina" por "Guliabidea"); se introducen cambios corruptores de vocablos por asimilación formal a la lengua prevalente ("La hostería" por "Aunztegia", en Artajona; "Cacharricos" por "Gazarriko" y "Rotomoño" por "Arlote munio", en Astráin; "Luzbel" por "Lurbeltz", en Galar; "La Eusebia", por "Lausa aldia", en Sagüés, "La Rubia" por Arrobia", en pueblos de la Cuenca pamplonesa), o son sustituidos por otros más conocidos, como en los casos muy frecuentes de imposición de hagiónimos, tales como "El Perdón" (nombre de una ermita), hoy aplicado a la sierra de Erreniega, "San Cristobal" al monte Ezkaba, "San Donato" al de Beriain. En el lugar de Ordériz (Cendea de Iza), donde en 1729 "ningún vecino entendía la lengua castellana" (ADP.: Car. 1786, núm. 21, fol. 19), el catastro de 1945 recoge solamente seis topónimos: "Camino de la iglesia, Fuente, Monte, Muga de Ariz, San Bartolomé y Soto".

Es un ejemplo preocupante de lo que está ocurriendo en Navarra. La toponimia autóctona está en trance de perecer, debido a la profunda evolución de la sociedad, de sus concepciones y modos de vida, y a las transformaciones del suelo y su destino, afectados por nuevos viales, urbaniza clones, instalaciones industriales, deportivas y pecuarias, por privatizaciones sistemáticas del territorio comunal y por concentraciones parcelarias. El profundo deterioro y pérdida de la toponimia forma parte, mínima pero sustancial y significativa, de la actual y más profunda e irreversible crisis de personalidad e identidad que ha experimentado Navarra en toda su historia.

  • Historia de la recogida

La necesidad de recoger sistemáticamente la toponimia, con métodos garantes de la calidad de los materiales para ponerlos a disposición de los lingüistas y otros especialistas, es urgentísima y perentoria, pero no nueva en Navarra, donde constatamos corrientes interpretativas al menos desde el s. XVI. Su contenido y resultados, basados en consejas populares, pertenecen más al campo del folklore y la etnografía que al de la lingüística. Sirvan como ejemplo las leyendas con que fue explicado el origen del topónimo "Akitorrain" (despoblado en Uterga), surgido del comentario "Aquí tornáis" hecho por los campesinos de la Val d'Ilzarbe al ver pasar tropas de la Cuenca por Erreniega, o el de "Artaxona", debido a la expresión "¡Harto suena!", repetida por los vecinos al escuchar el tañer constante de la campanica de un convento imaginario. Actualmente siguen siendo muchos los preocupados por el significado y la traducción, con resultados a veces tan "pintorescos" o disparatados como los que acabamos de citar. Nuestros historiadores barrocos no pusieron atención especial en este aspecto. La mención de ciertas denominaciones populares fue accidental. Esteban de Garibay (1533-1599) recogió en "Los Quarenta Libros del Compendio Historial" (Cap. XXX) las de "Erriberri" y "Gares" que los vascoparlantes navarros daban a Olite y Puente la Reina, respectivamente.

El pamplonés P. Moret, analista del Reino, dijo que a Puente la Reina llaman Gares "todos los naturales vascongados" (Anales, Ed. 1891, VIII, p. 75). La preocupación por la recogida y análisis de la toponimia euskérica es contemporánea. El primer intento institucionalizado partió de la sociedad "Estudios Vascos" de Bilbao, que por los años 1915 inició una campaña tendente a orientar a los aficionados en la recogida de materiales toponomásticos euskéricos, y publicó un folleto informativo para interpretar los mismos. Impulsor de la campaña fue Luis de Eleizalde, catedrático del Instituto de Gasteiz y futuro secretario de Euskaltzaindia. Desde su creación en 1918, la "Sociedad de Estudios Vascos, Eusko-Ikaskuntza" tomó a su cargo la tarea, que contó en Navarra con la entusiasta colaboración de la "Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos" y de su vicepresidente, Julio Altadill.

En la primera junta celebrada el año 1919, la Comisión acordó enviar a los 269 ayuntamientos navarros una circular (Boletín Oficial de Navarra, núm. 19), recabando "relaciones nominales de todos los términos rurales, con objeto de que la Academia de la Lengua Vasca utilice tan valioso arsenal en el estudio toponímico del habla euskara". Respondieron 138 corporaciones (el 51,5 por ciento), además de algunos colaboradores particulares. Elegido diputado por la merindad de Estella el joven abogado Manuel de Irujo y Ollo, cursó a todos los alcaldes del distrito una carta (6 de octubre de 1922), recabando nombres de ríos, fuentes, bordas y términos, y encomendó a un oficial de notarías la transcripción del índice del Registro de la Propiedad de Estella, confeccionando relaciones de cada pueblo merindano. Característica de aquella primera etapa, drásticamente cortada por la guerra civil, fueron la atención exclusiva a la toponimia euskérica, sometida a fuerte proceso de pérdida y deterioro, y la falta de planteamientos científicos, confiando el protagonismo de la investigación a la iniciativa de recolectores benevolentes y de funcionarios que, en la mayor parte de los casos, se limitaron a confeccionar unos listados de voces.

Entre ellas seleccionó Eleizalde las que consideró "vascas", readaptó su ortografía a la estilada por entonces en ciertos círculos, y las publicó en "Listas alfabéticas de voces toponomásticas vascas", que fueron apareciendo por entregas en la "RIEV" (1922-1930) y finalmente en el "BRSVAP" (1963-1974). Aquel "corpus", fue el primer intento serio de recopilación toponomástica hecho en Euskalerria. Avanzado el período de la postguerra, creció el interés por la recogida de materiales, en buena parte fomentado por la "Encuesta etnográfica" de don José Miguel de Barandiarán, y los estudios lingüísticos y toponomásticos vascos alcanzaron cotas hasta entonces desconocidas, con las aportaciones de Justo Gárate, Joan Corominas, Julio Caro Baroja, Antonio Tovar y Koldo Mitxelena, principalmente. De las revistas creadas por la Diputación de Navarra, la "Príncipe de Viana" apenas publicó durante los casi cincuenta años de vida más trabajos de esta índole que los de Emilio J. Esparza sobre las Cinco Villas (Bortziriak) del Bidasoa. Mayor atención le han dedicado "Fontes Linguae Vasconum" y "Cuadernos de Etnografía y Etnología de Navarra".

La falta de una institución impulsora y coordinadora durante esta etapa, marcó los trabajos con el signo del individualismo, la espontáneidad en las iniciativas y la diversidad de métodos y objetivos, habiendo tenido a veces consecuencias negativas en el extravío y pérdida de materiales con gran esfuerzo reunidos. La investigación cobra hoy nuevo sesgo, impulsada por dos instituciones tan prestigiosas como la "Real Academia de la Lengua Vasca" y la "Sociedad de Estudios Vascos", que deberán contar con el apoyo económico de la administración para conseguir sus objetivos. Organizadas por "Euskaltzaindia" se han celebrado Jornadas de Toponomástica ("Toponomastikaz Jardunaldiak") en Vitoria-Gasteiz (3 a 5 de abril de 1986) y Orduña (Vizcaya) (23 a 26 de septiembre de 1987), y exposiciones de cartografía vasca en ambas poblaciones y en Zarautz, Leitza y Pamplona. Ha comenzado una colección, titulada "Onomasticon Vasconiae", con sendos volúmenes sobre toponimia de la Cuenca de Pamplona, concretamente sobre las cendeas de Cizur y de Galar, y proyecta publicar en breve una "Guía para la recogida de toponimia en Euskalerria", con la que se pretende fomentar el interés, unificar criterios y metodología y coordinar esfuerzos de personas y grupos que vienen trabajando en distintas zonas o deseen hacerlo en un próximo futuro.

  • Toponimia legal

En conformidad con la Ley del Vascuence de 1986 los topónimos de la Comunidad Foral tendrán denominación oficial en castellano y en vascuence, de conformidad con las siguientes normas:

a) En la zona vascófona, la denominación oficial será en vascuence, salvo que exista denominación distinta en castellano, en cuyo caso se utilizarán ambas.
b) En las zonas mixta y no vascófona, la denominación oficial será la actualmente existente salvo que, para las expresadas en castellano, exista una denominación distinta, originaria y tradicional en vascuence, en cuyo caso se utilizarán ambas. El nomenclator definitivo fue aprobado por el Gobierno de Navarra, previo informe de Euskaltzaindia, en enero de 1989.

  • La cuestión de las lenguas

Hasta ahora la recolección y estudio se han centrado preferentemente en la toponimia euskérica. Sin embargo, la realidad lingüística de nuestro pueblo, extendido por ambas vertientes del Pirineo, ha sido y es plural, consecuencia de diferentes culturas presentes e influyentes en el territorio. Hasta entrado el s. XIX la mayor parte de la población que trabajaba las tierras y cuidaba el ganado, designó pueblos, casas, montes, pastizales y cultivos en su propia lengua vasca, la única que conocía en muchos casos. Las clases sociales dominantes prefirieron las lenguas cultas (latín y romances), y en ellas redactaron los documentos oficiales, incluso cuanto todos los contratantes eran euskaldunes desconocedores de otra lengua. Ocurre con frecuencia en toponimia menor y de "habitar" que los escribanos, fueran euskaldunes o erdeldunes, preferían las versiones latinas o romances: Mons Regalis o Monreal; Pons Reginae o Puenta la Reina; Stella, Estella; Burgo de Roncesvalles o Burguete; El Espinal, Salinas, Villafranca, Villanueva; Zizur mayor y menor; Berriosuso y Berrioplano; Abaurrea alta y baja.

Sin embargo, el pueblo llano vascohablante mantuvo fielmente la tradición de sus antepasados y, salvo rarísimas excepciones, continuó llamando a esos y otros pueblos en su lengua vasca: Elo (Monreal), Gares (Puente), Lizarra (Estalla), Auritz (Burguete), Auritzpern, Auzperri (Espinal), Getze (Salinas), Erriberri (Olite), Alesbes (Villafranca), Iriberri (Villanueva), Zare (Sada; o Zizur Nagusi, Zizur txiki; Beroo beiti, Berriogoiti; Abeurre geina, Abeurrepea. Del hecho de que todavía desconozcamos el nombre popular vasco dado a determinadas poblaciones, que normalmente aparecen en versión romance en la documentación oficial, no puede deducirse que jamás lo hubieran tenido. Son recientes algunos descubrimientos documentales en este sentido, y a buen seguro que futuras investigaciones proporcionarán nuevos datos. Algunos han aclarado el sentido de topónimos oscuros, como "Muruarte de Reta", documentado ampliamente como "Muro Arte ederreta".

Otros han sido proporcionados por la toponimia menor, concretamente por nombres de caminos, mugas y fincas escritos en lengua popular. Así, "Gueze bidea, Gueze muga, Guezaurre, Maria Guezeco", repetidos en los pueblos del entorno de Salinas de Pamplona, revelan que el nombre autóctono navarro de esta localidad fue "Getze". Igual ocurre con "Zizur Nagusi" y "Zizur txiki"; "Olaz (N)ausia", adjetivo que distingue a Olaz-Subiza (Galar) del "Olaz txipi" (Egüés). "Zia goitiko alorra" y "Zia beitiko alorra" responden a los "Ciya de Suso" (y de yuso) del s. XIII en el val de Buillina o Gulina, como "Berriobeiti" y "Berriogoiti", compañeros de Berriozar, llevan calificativos en la lengua propia, vertidos a lenguas cultas como "Inferior, de yuso, plano", y "Superior, de sus, soso". Los nombres de caminos en euskera han venido a confirmar también denominaciones ya conocidas, como "Iruñ(ela)", "Estellerri", "Elo", "Gares", "Oibar" (Albar), "Zare" (Sada de Sangüesa). El pluralismo lingüístico constituye uno de los tesoros de Euskalerria. Los recolectores de toponimia deberán tenerlo en cuenta para no desdeñar ningún material, cualquiera que sea el origen de la lengua o dialecto en que se expresa (preindoeuropeo, latín, germano, árabe o mozárabe, gascón, occitano, navarro, aragonés, francés, castellano u otro).

Una investigación diacrónica en el espacio antaño vascoparlante y en el resto del territorio, permitirá descubrir cual fue la lengua que sirvió de vehículo habitual de expresión y comunicación a la población rural mayoritaria, las influencias lingüísticas culturales incidentes sobre ella, sus puntos de origen y causas, los momentos en que se produjeron, las áreas geográficas y la intensidad de irradiación o expansión, los campos semánticos más afectados o receptivos, y los momentos y circunstancias en que se produjo la regresión de la lengua popular autóctona navarra, detectable a través de la depauperación y transformaciones del elenco toponomástico tradicional. En definitiva, los materiales toponomásticos coinstituyen un barómetro indicador del hecho lingüístico entre la población rural en cada época histórica, sin duda muy distinto del equiparamiento igualitario de lenguas pretendido para Navarra desde ciertas posiciones. Aún a la espera de que una recogida sistemática permita establecer conclusiones más firmes y definitivas, la microtoponimia descubre de forma inconcusa que durante la Baja Edad Media (siglos XIII-XIV), el vascuence estaba implantado en toda la Navarra Baja y Alta, hasta una línea meridional avanzada hacia el valle del Ebro, desde la cuenca del río Aragón en Carcastillo hasta Sesma y Lazagurría (Elizagorria).

JOJ