Pintores

Moraza Ruiz, Ángel

Pintor natural de Vitoria, nace el 19 de junio de 1917. Fallece el 12 de enero de 1978.

Sus primeras incursiones públicas como aficionado a la pintura son en el año 1945: en el mes de junio con motivo de la I Exposición de Obras de la Peña de Pintores del Casino Artista Vitoriano, y en octubre con ocasión de la II Exposición de Pintura de Artistas Aficionados Alaveses organizada por la Caja Municipal, los ahora Certámenes de Arte Alavés. Habrá que aguardar unos años más para encontrar nuevas referencias suyas en otras muestras artísticas.

Así, en la VIII Exposición Alavesa de Pintura (1951) recibirá un modesto reconocimiento (tercer premio en la sección de artistas noveles), repitiendo comparecencia pública en la Exposición de Pintura de Rincones Vitorianos en agosto de 1952. Consolida amistad con sus compañeros pintores Gerardo Armesto y Enrique Suárez Alba, con quienes marchará a París en julio de 1953; constituyó aquel viaje una de sus experiencias personales más gratas y recordadas. Paulatinamente va adquiriendo confianza con los pinceles, superando la timidez de los primeros momentos.

Con Tarde de domingo, un paisaje del extrarradio vitoriano -camino de Ali-, es aceptado en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1954; igualmente será admitido en las Bienales Hispanoamericanas de La Habana (1953-54) y Barcelona (1955). Su amistad con los ya mencionados Armesto y Suárez Alba, y con otros jóvenes artistas locales, Enrique Pichot y José Miguel Jimeno Mateo, habituales también en estos certámenes, permitirá que a partir de octubre de 1956 integren los cinco el grupo Pajarita de pintores alaveses, colectivo eminentemente paisajista.

En junio de 1955 acontece la primera muestra individual de Ángel Moraza: en el Salón de Arte que regentaban los hermanos Florentino y Cayetano Ezquerra en la calle San Prudencio. En este mismo espacio, un mes antes, había realizado también su estreno individual Armesto, y, un año atrás, Jimeno Mateo. En diciembre, la Sala Arte de Bilbao acoge su segunda exposición particular.

Ya por aquellas fechas se encontraba el pintor vitoriano avecindado en La Coruña, ciudad a la que se traslada como representante de la empresa Chocolates Ezquerra. Vivirá en la capital gallega aproximadamente un lustro. La distancia no es obstáculo para que continúe remitiendo cuadros a las exposiciones alavesas, y a las que se celebran fuera de la provincia. En tierras galaicas, en un certamen de 1960, obtendrá la Medalla de Plata de El Ferrol.

En 1961 retorna a su ciudad natal, de la que no volverá a alejarse más por motivos laborales. Del 2 al 16 de abril de aquel año expone de nuevo ante sus paisanos en los Salones de Cultura de Olaguíbel. En total, 45 cuadros: paisajes gallegos y alaveses en su mayor parte; algunas composiciones de figura, preferentemente femeninas, y varias escenas animalísticas, con caballos, tres óleos, y El asno azul. A finales de año conseguía un compartido segundo premio (con Florentino Fernández. de Retana, Carmelo Ortiz de Elgea y José María Apodaca) en el XVIII Certamen de Arte Alavés. El cuadro galardonado era una vista de Betanzos.

Otro galardón, asimismo de alcance modesto pero enormemente satisfactorio para el pintor, lo alcanza en la Bienal de Pintura y Escultura de Zaragoza, edición de 1963; recibirá un accésit o Diploma de Honor por una de sus habituales obras paisajísticas.

Resurge el grupo Pajarita en marzo de 1964, en Logroño, después de siete años de inactividad. Atrás quedaban las dos primeras exposiciones del colectivo: en octubre de 1956, en Madrid, donde captó Moraza el interés del crítico Camón Aznar, y en marzo de 1957, en Pamplona. Alumbrada ahora la segunda y última etapa, participará igualmente en todas las exposiciones que lleva a cabo el grupo: además de en Logroño, expondrá con sus compañeros en Vitoria, por tres veces, Estella y Bilbao. La Pajarita terminará por disgregarse definitivamente a finales de abril de 1967.

Aparte de las muestras colectivas, efectuará Ángel Moraza nuevas exposiciones individuales en los Salones de Olaguíbel: en julio de 1964 y en abril de 1966. Acometió entonces un encarnizado esfuerzo por irradiar las excelencias de su pintura a los gustos del público vitoriano. Con otros pintores locales, cuyos trabajos no gozaban precisamente del aprecio más popular, participará en una "Exposición de Pintura Alavesa". Allá por septiembre de 1965. Figurarán con él, en aquella iniciativa, Jon Abad Biota, Joaquín Fraile, Rafael Lafuente, Juan Mieg y Javier Vizcarra. Autores cada uno de ellos dueño de un estilo propio pero con un nexo común: el deseo de ofrecer una pintura mucho más valiente y espontánea, yendo por encima de los aprecios estéticos más acomodaticios y amables de la sociedad vitoriana.