Concepto

Memoria histórica

Hace 50 años el tema de la memoria era casi ignorado por los historiadores, y sin embargo en los últimos años se ha convertido en objeto de investigación de moda. Las investigaciones acerca de la memoria se han multiplicado en el ámbito de las ciencias sociales y hoy en día muchos consideran que vivimos una especie de "inflación de memoria". A menudo se ha relacionado este creciente interés por la memoria con una necesidad de memoria derivada de los rápidos cambios que está sufriendo la sociedad actual y la consiguiente tendencia a buscar las raíces que sustenten las nuevas identidades. Esta nueva actitud ante el pasado se explica por los profundos cambios que han marcado el final del siglo XX: el fin de la guerra fría y la caída de los regímenes comunistas en Europa del Este, el final de dictaduras en América latina o del Apartheid en Sudáfrica han promovido procesos de democratización en numerosos países. Parte importante de estos procesos democratizadores ha sido una nueva actitud frente al pasado, que se ha concretado en revisiones del pasado, políticas de reparación, comisiones de la verdad, etc. La memoria se ha convertido en una preocupación fundamental de la cultura y la política de las sociedades occidentales en los últimos años, lo cual ha contribuido a que también en España la guerra civil y la dictadura se miren desde una nueva perspectiva.

Pero las reflexiones en torno a la memoria no son nuevas en las ciencias sociales. Desde inicios del siglo XX historiadores y sociólogos han mostrado su interés por la memoria. Maurice Halbwachs comenzó a estudiar las relaciones entre historia y memoria en la década de 1920, y sus trabajos constituyen aún una de las bases sobre las que se sustenta la investigación actual acerca de la memoria. Pero quizá quien ha tenido mayor influencia entre los historiadores que investigan este tema es Pierre Nora. Nora utilizó por primera vez este concepto de memoria cuando impartía la asignatura de Historia del tiempo presente durante el curso 1977-78, y más tarde publicó sus primeros trabajos acerca de este tema en Nouvelle Histoire en 1978. A él le debemos el exitoso concepto de lieux de mémoire o lugar de memoria.

En 1988 Paul Thompson publicó The voices of the Past en Gran Bretaña. Durante aquella década, coincidiendo con el éxito de la llamada historia oral, los historiadores comenzaron a preocuparse por la necesidad de distinguir entre fuentes orales y escritas; es decir, la distinción entre la historia vivida y la historia escrita. Desde entonces, la distinción entre historia y memoria se ha convertido en fundamental para los historiadores: mientras la historia es el conocimiento científico del pasado, la memoria es una construcción social a partir de los recuerdos de quienes vivieron los hechos, reelaborada en memoria histórica por sucesivas generaciones. Si bien esta distinción es clara, las relaciones entre historia y memoria son bastante más complejas y no todos coinciden en cómo se deben entender.