Periodistas

Mañé y Flaquer, Juan

Vascófilo catalán del siglo XIX. Periodista y escritor. Torredembarra, Tarragona, 1823-Barcelona, 1901.

Iniciado en el periodismo al llegar a Barcelona, en 1843, de la mano del poeta Pau Piferrer. Se manifiesta, en estos primeros años de su carrera, decididamente liberal, a través de las páginas del Ángel Exterminador. Catedrático de latín y castellano de la universidad barcelonesa (1850), dirige la sección política del Diario de Barcelona. Gozando ya de prestigio como intelectual moderado y acercado a posturas catolicistas, marcha en 1863 a Madrid, para dirigir La Época, órgano ideológico del gobierno Miraflores; viajará por Francia e Italia, contactando con dirigentes del movimiento católico, como Montalembert, Leplay y Lacordaire. En 1865, de vuelta en la dirección del Diario de Barcelona, visitará por primera vez el País Vasco, conociendo Bilbao. Tras la revolución de septiembre de 1868, comienza la regencia de Serrano con la Constitución de 1869 que aportará el sufragio universal; Mañé, que en 1876 publicará La Revolución de 1868, juzgada por sus autores, no la acepta, siendo partidario de la Constitución, moderada por excelencia, de 1845. Durante la guerra civil de 1872-1874 Mañé se muestra cercano al carlismo y desde las páginas del Diario, realiza una constante labor proforalista. A comienzos de 1876 recopila siete artículos sobre el tema, publicándolos en Barcelona con el título de La Paz y los Fueros, del que se harán siete ediciones; el año anterior había escrito en el mismo sentido en algunas de sus Cartas Provinciales. El clima antiforal en la sociedad española, agudizado por la guerra y afianzado con la Restauración, le mantienen en su labor foralista. Poco antes de la promulgación de la ley de 21 de julio de 1876, que consuma la supresión total de los Fueros, critica la actuación de las diputaciones provinciales que, encabezadas por las de Zaragoza y Santander, habían reclamado la abolición foral. Escribió entonces:

"Hemos de observar que la mayor parte de los que piden la abolición no saben lo que son los Fueros, ni qué diferencias existen entre los fueros de las cuatro provincias. De manera que se pide la imposición de un castigo que no se sabe en qué consiste".

Señala el contrasentido de condenar a Araba, Gipuzkoa, Bizkaia y Navarra y no hacerlo con Valencia, Aragón, La Mancha o Cataluña, donde también se apoyó al pretendiente carlista.

"No se ha pedido el castigo de Cataluña, Valencia, Aragón y Cuba como se pide el de las provincias vasco-navarras, porque no es el amor a la justicia lo que alumbra este fuego antifuerista: en unos es la pasión de partido, quizá también el fanatismo antirreligioso; y en otros la irreflexión. No siendo los fueros la causa ocasional de la guerra, ni lo que la sostiene, no procede suprimirlos como medida preventiva ni como medida represiva".

Su voz encontró eco en Cataluña. Un grupo de personalidades de las cuatro provincias catalanas envían el 1 de julio del mismo año 1876 a las cuatro diputaciones éuskaras un notable escrito de solidaridad con los "vascongados y navarros", ante lo inevitable e inmediato de la abolición. Las diputaciones organizan un homenaje a Mañé. Se dispone a realizar el viaje por el País Vasco que dará lugar a su obra fundamental, El Oasis. Efectuará un completo recorrido, entrando en Navarra por la Ribera; pasa a Las Bardenas y por Olite, a la cuenca de Pamplona, ciudad de la que, como de Estella, Tudela y las otras capitales vascas, escribirá detenidamente. Por Leire y Sangüesa marcha a Roncal y de ahí a Roncesvalles. Tras conocer Tierra Estella, accede por el Baztan a Gipuzkoa. Desde la cuenca del Bidasoa llega a San Sebastián. De Hernani se dirigirá a la costa y cuenca del Urola. Visita el Alto y Bajo Deba, Tolosa y el Goierri. De Zumarraga marcha a la Llanada alavesa y a Vitoria, dirigiéndose, por la Tierra de Ayala, a Bizkaia. Recorre la ría del Nervión y Las Encartaciones; la costa desde Plentzia hasta la ría de Gernika, que sube. Se detiene en el Duranguesado, desde donde visita la merindad de Markina hasta Lekeitio y Ondarroa, para salir del Señorío por Urkiola. A lo largo del viaje, tendrá como anfitriones y guías, en cada territorio, a destacadas figuras intelectuales, como Iturralde y Suit, Manterola, Soraluce, Becerro de Bengoa, Trueba y Delmas. Tras el título, entre simbólico e irónico, de El Oasis. Viaje al País de Los Fueros, se encuentra una monumental obra que contempla con detalle variados aspectos del País: geografía, historia, arte, folklore y etnografía, literatura, costumbres e instituciones, añadiendo al recorrido estudios concretos sobre la lengua, raza y Derecho vasco. Escrita en forma descriptiva y epistolar, en el estilo romántico de los "Viajes" decimonónicos, en tres volúmenes (I, Navarra; Guipúzcoa y Álava, II; III, Vizcaya), fue publicada en Barcelona en 1878, 1879 y 1880. La aparición de la obra fue marcada en el País por múltiples agradecimientos y homenajes. Mañé y Flaquer, que durante su viaje en 1876 había sido nombrado padre de la provincia de Bizkaia, publicaría, en sus últimos años, Iparraguirre y el Árbol de Guernica (Bilbao, 1896).