Cantantes

Mañanos Jaufrett, Aurora Purificación

La Goya

Tonadillera y cantante vizcaína nacida en Bilbao el 5 de diciembre de 1891, muere en Madrid el 4 de junio de 1950.

Descendiente de una conocida familia bilbaína, cuando contaba pocos años la enviaron a Madrid donde cursó la primera enseñanza, solfeo y piano. Manifiesta inclinación a la escena e interviene en las funciones teatrales escolares. Utilizó el seudónimo de "La Goya", fue excelente tonadillera; en Buenos Aires tomó parte en unas representaciones de la ópera La Bohéme ; interpretó el papel de "Musette" y alcanzó éxito, y en Valladolid representó Juan José, de Dicenta, encarnando a "Toñuela", con tal propiedad que hizo escribir al famoso autor un artículo pródigo en elogios para Mañanos. Estudió canto con Tabuyo, preparó repertorio y vestuario -"La Goya" es la primera canzonetista que para cada número se ataviaba con vestido distinto- y debutó en el Trianón Palace madrileño en junio de 1911; Alejandro Saint-Aubin le dedicó una amplia crítica encomiástica.

Por su valía, consiguió que varios escritores eminentes le proporcionaran números; Benavente y los hermanos Quintero le escribieron las letras de algunos cuplés. Ejecutó tonadillas de los tiempos de Goya: una, La Tirana del Trípoli, en versión de Chapí y Álvaro Retana, que cantaba vestida con un traje que era copia exacta del de "La Tirana", plasmada por Goya, e hizo verdaderas creaciones de las páginas tituladas Dale a la rueda, La cruz de mayo, Ven y ven, Marquesa del Trianón y La moza del cántaro, de Ruperto Chapí.

A la inolvidable cantante bilbaína le dedicaron páginas destacados literatos: Pedro de Répide, Martínez Sierra, Linares Rivas, Casero, Sinesio Delgado, Valle Inclán, Cansinos Aséns, Manuel Bueno y Tomás Borrás, su marido. La vida artística de "La Goya" se extendió de 1911 a 1927 en cuyos años, a continuación de unas triunfales actuaciones en el teatro de la Princesa, se retiró definitivamente, pese a las ventajosas y repetidas proposiciones que le formularon empresarios y emisoras de radio. Trabajó en Bilbao y San Sebastián con resonantes éxitos de público y crítica; en La Gaceta del Norte, de la capital vizcaína, escribieron: "Lleva el pelo corto, ensortijado, y, siendo baja, parece alta a fuerza de esbeltez, de gallardía, de majeza. Tiene, en efecto, la graciosa proporción y el garbo de las majas"; en San Sebastián la agasajaron con una recepción en el domicilio del Orfeón Donostiarra, que cantó varias obras corales, y "La Goya", entre diversas creaciones, tres zortzicos, con los que entusiasmó al auditorio que la ovacionó repetidamente y, sobre todo, al despedirse, tocada con la boina roja con que se cubrían los componentes del Orfeón.