Concepto

Literatura Oral Vasca

Nuestra lengua se incorporó de forma tardía a la literatura escrita, si lo comparamos con las lenguas del entorno. Es por ello que los testimonios de nuestra literatura oral son relativamente recientes, si bien los investigadores los consideran muy valiosos. Como decía Mitxelena, nuestra literatura oral es abundante y variada, incluso sin tener que compararla con otras.

Los primeros testimonios son de los siglos XVI-XVII. Los cronistas de la época recogieron la literatura oral ya tradicionalizada, pero en realidad los pasajes históricos a los que se refieren son uno o dos siglos anteriores.

Dichos textos no nos han llegado completos, pero son una buena muestra.

Garibay publicó esta bella canción en su Compendio Historial de las Crónicas (1571) acerca de la batalla de Beotibar:

Mila urte igarota
Ura bere bidean,
Gipuzkoarrok sartu dira
Gazteluko etxean,
Nafarrokin batu dira
Beotibarren pelean.

[Mil años después, el agua vuelve a a su caude, los guipuzcoanos han entrado en la casa de Gaztelu, se han aliado con los navarros en la pelea de Beotibar].

A pesar de que hasta épocas muy recientes en nuestro entorno los bertsolaris han sido hombres y el género se ha desarrollado en un ambiente principalmente masculino, el primer testimonio conocido de un verso improvisado es de una mujer, en el género eresia es decir, elegía o endecha. A la muerte de Milia de Lastur su hermana le dedicó un canto de este tipo, al que respondió Sancha Ortiz con otro canto improvisado.

Nos han llegado otros cantos del siglo XV, como el llanto de Pedro de Abendaño (1443), la quema de Mondragon (1448), la canción de Olaso y la elegía por la muerte de Martin Bañez Artazubia, la canción de Sandailia que cita el historiador Isasti, la del conde de Salinas, la de Juan Lazkano, la canción del condestable de Navarra, la de Diego Lopez de Haro, la de Perutxo, etc. Luis Mitxelena hizo una recopilación valiosísima de todos estos textos en su obra Textos arcaicos vascos.

Las primeras recopilaciones de nuestros cantos tradicionales son del siglo XIX, y los primeros que destacaron en esta labor proceden de Zuberoa. Es el caso de Augustin Xaho; François Michel publicó la obra Le Pays Basque, sa population, sa langue, ses moeurs, sa litterature et sa musique en 1857, pero la mayoría de cantos allí recogidos se los había proporcionado el suletino Arxu; y Jean Dominique Julien Sallaberry, quien en 1870 publicó Chants populaires du Pays Basque.

En cuanto a los cuentos se refiere, los primeros recopiladores fueron extranjeros. Jean François Cerquand, bajo el título "Legendes et récits populaires du pays basque", publicó 117 narraciones entre 1874 y 1885 en la revista Bulletin de la Société des Sciences, Lettres et Arts de Pau. El inglés Wentworth Webster (1828-1907) que vivía en Euskal Herria recogió numerosas historias en Sara (Lapurdi). Algunas de esas historias las publicó en Londres traducidas al inglés. Julien Vinson publicó en 1883 un libro en francés: Le folk-lore du pays basque. Por iniciativa de Antoine Abaddia también se hicieron recopilaciones de narraciones populares.

A lo largo del siglo XIX también constan recopiladores locales, que en algunos géneros son bastante pioneros. A comienzos del siglo Juan Antonio Mogel destacó en la recopilación de refranes, junto con algunas narraciones y cantos. Posteriormente Juan Ignacio Iztueta estudió algunos temas folclóricos, sobre todo relacionados con los bailes.

En el siglo XX, tenemos en Iparralde primero a Jean Barbier, y después a Mayi Ariztia y Piarres Lafitte. Hay que citar también el enorme trabajo desarrollado por algunos investigadores que nos han legado un patrimonio incalculable. Uno de los más abundantes es Resurrección Mª Azkue (1864-1951). Sus obras Cancionero Popular Vasco y Euskalerriaren Yakintza incluso hoy en día constituyen un valiosísimo tesoro.

Otro gran referente es Jose Migel Barandiaran (1889-1991), cuyos cuentos y leyendas populares se publicaron en uno de los tomos de sus Obras Completas.

La labor realizada por el Padre Donostia y su continuador Jorge Riezu es también digna de mención, sobre todo en cuanto en lo que se refiere al cancionero. De hecho, fue Riezu quien ordenó el material del Padre Donostia para publicar sus Obras Completas.

Manuel Lekuona (1894-1987) fue, además de un gran recopilador, un importante investigador. Su obra Literatura Oral Vasca fue la que inició la investigación en el campo de la literatura oral. Además, a través de la asociación Kardaberaz Bazkuna, infundió en sus alumnos el aprecio por este tipo de literatura y las recopilaciones y trabajos llevados a cabo por ellos tuvieron un efecto multiplicador en nuestro corpus. A él se debe en gran medida la estima por la literatura popular y el haberla convertido en objeto de estudio para los investigadores.

Después de la guerra civil española ha habido otros investigadores importantes. Entre ellos pueden citarse a Jesús M. Leizaola, Angel Irigarai, Antonio Zavala, Jose Maria Satrustegi, Juan Mari Lekuons, el Seminario "Maria Goyri" en la Facultad de Letras de la Universidad del Pais Vasco en Vitoria, el Seminario del Literatura "Mikel Zarate" del Instituto Labayru en Bilbao, Jon Juaristi, Jean Haritchelhar, Jon Kortazar, Patri Urkizu, Jabier Kalzakorta, etc.

Entre ellos merece una mención especial Antonio Zavala (1928-2009), creador y director de la colección Auspoa, en la que llegó a publicar más de 300 libros, de bertsolaris principalmente. También investigó otros géneros de la literatura popular, así él es el autor del mayor corpus de baladas realizado hasta ahora bajo el título Euskal erromantzeak / Romancero vasco. Asimismo, su labor investigadora y teórica recopilada en sus conferencias, es bibliografía imprescindible para quien vaya a trabajar el tema.

Hay que decir también que hay mucho material de literatura popular disperso en periódicos y revistas, en muchos casos recopilados y enviados a las redacciones por informantes anónimos. Algunos de los fondos a tener en cuenta son las siguientes publicaciones: Gure Herria, Eusko Folklore, Euskalerriaren alde, Euzkadi, Fontes Linguae Vasconum.