Compositores

Laserna Nieva, Blas de

Compositor. Nació en Corella (Navarra), en los últimos días de enero de 1751 (lo bautizaron el día 4 de febrero). Murió en Madrid, el 8 de agosto de 1816.

Hasta los dieciséis años, edad en la que se residenció en Madrid según Blas hizo constar en un expediente, vivió siempre en su ciudad natal; se ignora quiénes fueron sus profesores.

Nada más llegar a la entonces villa y corte se dedicó a dar lecciones, tocar en capillas y hacer copias; mejoró su situación económica al entrar al servicio, como músico, del marqués de Mortara, en cuyo palacio se alojaba con libertad para salir a dar sus lecciones y ejercer su actividad de ejecutante. Conoció a su paisano Vicente Adán, organista de los Desamparados, y se casó con una hermana suya, María Teresa, con la que tuvo tres hijos, una hembra y dos varones, que fueron excelentes profesores de oboe. Hizo amistad con el dramaturgo Francisco Luciano Comella; fue su colaborador literario en numerosas tonadillas y en alguna obra de distinto género, como en la ópera Los esclavos felices, que más tarde músico también el precoz y genial compositor bilbaíno Juan Crisóstomo de Arriaga.

Datan de 1774 las primeras tonadillas de Laserna; le depararon gran éxito e ingresos que le permitieron dejar el destino en la morada del marqués de Mortara. A pesar de tener que contender con una gran figura en el género tonadillesco, el catalán Pablo Esteve, como él, Laserna gozó del favor del público por la copiosa y acertada obra que le sometía. En 1776, al fallecer Antonio Guerrero, compositor perteneciente a la etapa juvenil de la tonadilla, Laserna obtuvo la plaza de "músico de compañía" y tres años después ascendió a la de "compositor de compañía" (de la de Eusebio Rivera), que no sólo le obligaba a escribir sesenta y dos tonadillas anuales y música para cuantas obras pusiesen en escena, sino también a dirigir lo ensayos de las producciones y aleccionar en el canto a los artistas, entre ellos a la que fue su segunda mujer, María Pulpillo; ésta no le dio hijos y falleció siete años antes que él.

En 1790 Pablo Esteve se jubiló y a Laserna lo nombraron compositor de la compañía de Manuel Martínez, sin que por ello dejase la plaza similar en la de Rivera. Ambos cargos le proporcionaron saneados ingresos, si bien un excesivo trabajo, ampliado con el de intervenir como maestro de clave en los conciertos que se efectuaban en el domicilio de la duquesa de Benavente, dedicados a la interpretación de música italiana y alemana. El conocimiento de tales repertorios, en los que ocupaba importante lugar Francisco José Haydn con sus sonatas, cuartetos y sinfonías, motivó que abordase la composición sinfónica; así, el 22 de marzo de 1797 dio a conocer en el teatro de la Cruz un Concierto para dos trompas y, días después, un Concierto para dos oboes, siendo uno de los solistas su hijo, Eugenio Laserna.

A ochocientas sesenta y ocho asciende el número de sus tonadillas catalogadas. Las primeras se distinguen por su inspiración y raigambre ibérica, pero por componer sin cesar, y no realizar la menor renovación, las extranjerizó; en algunas, a continuación de un andantino italiano colocaba unas seguidillas o una tirana ocasionando un contraste lamentable. No olvidando su procedencia, compuso dos tonadillas que cabe considerar vascas: La Vizcaína y La Vizcaína y el Cirujano. De la primera, que data de 1784 y es tonadilla a cinco (la interpretaban cinco actores), se supone que libro y música (como de muchas otras) son de Laserna. En la letra hay alusiones a Bizkaia, a sus mozas, al árbol de Gernika... En la partitura existe un fragmento instrumental, en compás de tres por ocho, al que Laserna imbuyó tal carácter melódico vasco que lo hace popular y sirve de introducción a la popular canción Iru Damatxo, que aparece con dos letras, una en vascuence y otra en castellano. La Vizcaína y el Cirujano es tonadilla a dúo; la interpretan Joaquina "La Vizcaína", y Paco, "El Cirujano". La música carece de esencia vasca y en la letra sólo se encuentra la siguiente referencia, cuando el cirujano toma a la vizcaína el pulso y ésta canta: "Mira qué haces que me puedes hacer mal pues doncella vizcaína es más fina que cristal".

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