Cinematográficas

La caja 507

Película producida por Sogecine en el año 2002. Es el sexto largometraje en la filmografía del director Enrique Urbizu y su primer trabajo tras la cámara desde Cachito (1996).

El fracaso de esta película le afectó tanto que estuvo durante varios años centrado en la redacción de diversos guiones. Colaboró junto a John Brownjohn y Roman Polanski, en la adaptación cinematográfica de la novela El club Dumas de Arturo Pérez Reverte. E intentó llevar al cine la novela de Bernardo Atxaga Esos cielos. En 2001 inició la preparación de La caja 507, el proyecto que le llevó de nuevo a ocupar un lugar de honor dentro del cine español. Con un guión escrito junto a Michel Gaztambide la película narra la historia de Modesto (Antonio Resines) un humilde y honesto director de una pequeña sucursal bancaria de la Costa del Sol. Unos atracadores revientan las cajas de seguridad de su banco y le dejan atrapado en la cámara acorazada que las contiene. En su involuntario encierro, hojeando por casualidad en el interior de una de las cajas, la 507, encuentra indicios que revelan que la muerte de su hija, hecho acontecido en el pasado, no fue un mero accidente. Por otro lado, está Rafael, un José Coronado que remite a veces, en su hieratismo asesino, al Alain Delon de El silencio de un hombre (1967) de Jean Pierre Melville, un antiguo policía que tendrá que recuperar lo robado en esa caja. Con este soberbio trhiller Urbizu retomó en cierto modo el espíritu de su obra maestra hasta ese momento Todo por la pasta (1991).

Bien es cierto que la ambientación es distinta. El oscuro y húmedo asfalto de Bilbao se contrapone a esos espacios abiertos y luminosos andaluces que sirven de marco referencial a La caja 507. Y en ésta última la violencia es menos explicita recurriendo a veces al fuera de campo mientras Todo por la pasta era un auténtico espectáculo dedicado a los tiroteos y a las palizas. Ahora en cambio Urbizu elige hablar del asesino y de sus razones para matar. En todo caso sí hay paralelismos entre las dos obras. El dinero sigue siendo el eje central sobre el que gravita toda la trama. Funciona como agente de desgracias y sirve para mostrar a una humanidad rendida a la avaricia y la mezquindad. Hay también corrupción, un policía violento (Ángel Estrada en Todo por la pasta y Rafael Mazas en La caja 507 y un personaje central que sufre una transformación impulsado por las adversas circunstancias que le rodean. Tanto la Azucena de Todo por la pasta como el Modesto de La caja 507 inician la acción perdidos en su honesta ingenuidad ante un mundo que rebosa maldad y acaban convertidos en seres cínicos y ambiciosos que probablemente ya no recuerdan ese pasado íntegro y respetuoso con las reglas del sistema. La crítica recibió la película con verdadero entusiasmo. Urbizu volvía a dar una lección de cómo rodar cine negro y sobre todo regresaba con fuerza a por sus laureles tras la etapa de crisis vivida a partir del estreno de Cachito. En su carrera en los festivales Urbizu y La caja 507 lograron diversos galardones como el Premio Ondas a la Mejor Dirección, el premio a la Mejor Película Española en la 47º edición de los premios Sant Jordi (2003), dos premios Goya (Dirección de Producción y Montaje) en la XVII edición de los Goya (2003), el Premio al Mejor Director y el Premio al Mejor Guión en los XI Premios "El Mundo" al Cine Vasco (2003) y cuatro galardones en el Festival de Cognac (2003).

  • Angulo, Jesús; Heredero, Carlos F.; Santamarina, Antonio: Enrique Urbizu, la imagen esencial, Donostia-San Sebastián, Euskadiko Filmategia/Filmoteca Vasca-Caja Vital Kutxa Fundazioa, 2002, 358 pp
  • Roldán Larreta, Carlos: Los vascos y el séptimo arte. Diccionario enciclopédico de cineastas vascos, Donostia-San Sebastián, Filmoteca Vasca-Euskadiko Filmategia, 2003, 351 pp.