Industrias

KAS

Sociedad Anónima.

La historia de esta compañía empezó a gestarse en el año 1870, cuando Román Knörr Streiff llegó a la ciudad de Vitoria procedente de Alemania, dejando atrás la guerra franco-prusiana. Al poco tiempo de su llegada se casó con Pilar Ortiz de Urbina y fundó, con la aportación económica de su mujer, la fábrica de cervezas La Esperanza. Aquella pequeña fábrica, aunque próspera, no alcanzó expansión fuera de la propia ciudad de Vitoria y con la muerte de Román Knörr en el año 1919 en Pamplona también murió su fábrica.

Aún así, la semilla ya estaba echada y sería uno de sus once hijos, Román Knörr Ortiz de Urbina quien en los años de 1920 fundara en la calle Cercas Bajas de Vitoria la cervecería La Sucursal. Más adelante, su inquietud empresarial le llevó a seguir los pasos de su padre y así en el año 1926 decidió fundar una fábrica de gaseosas con la marca comercial el AS. Asimismo, en el año 1927 dio otro paso importante registrando la marca, consolidando así su negocio de fabricación y transmitiendo a su familia su intención de expandir su actividad comercial.

La pequeña fábrica de gaseosas se encontraba en el buen camino comercial, cuando en el año 1928 la esposa de Román Knörr Ortiz de Urbina, Isabel Elorza Uzkudun, tuvo que hacerse cargo del negocio y emprender una nueva tarea como empresaria además de seguir educando a sus seis hijos. La muerte repentina de su marido a los 39 años de edad, le acababa de transmitir el embrión de una empresa que tendría la oportunidad de competir en el mercado español con las marcas de refrescos Pepsi y Coca-Cola. Al frente del negocio y como única ayuda de la su madre quedaron los dos hijos mayores, Román Knörr Elorza y su hermano José María. Los otros cuatro, Lola, Pilar, Luis y Javier, que era el más pequeño, quedaron transitoriamente fuera del negocio.

La coyuntura internacional fue buena hasta octubre de 1929 y en este entorno, con la aceleración de todos lo sectores económicos, la España de Primo de Rivera conseguía la renta por habitante más elevada en lo que iba de siglo, 8.518 pesetas por habitante, en pesetas de 1953, renta que tardaría más de veinte años en conseguirse de nuevo. En este entorno económico y a pesar de las dificultades familiares, la empresa siguió su actividad, que para comienzos de los años treinta ya contaba con clientes por toda la provincia de Álava.

Llegados al año 1936, la guerra civil dejó a la empresa de gaseosas el AS sin personal para trabajar, sin clientes y sin stocks. Los hermanos Knörr, Román y José María, recibieron la llamada del ejército como otros muchos jóvenes en aquella época y así la actividad de la empresa familiar quedó paralizada hasta 1940, año en el que Isabel Elorza otorgó los poderes del negocio a su hijo Luis, que para entonces ya contaba con 16 años. El final de la guerra y los años posteriores fueron difíciles, ya que el inicio de la autarquía en España coincidió con el comienzo de la segunda guerra mundial. En aquel entorno inestable la reconstrucción de la antigua fábrica de gaseosas el AS resultaría más difícil, puesto que de los activos anteriores a la guerra sólo quedaba la maquinaria y algunos envases de gaseosas y sifones. La familia Knörr al completo dedicaría toda la década de los años cuarenta a comenzar de nuevo su negocio. Así, José María se encargaría de la elaboración de los productos y Luis de las relaciones comerciales y la captación de nuevos clientes, todo ello con gran escasez de medios provocada por el bloqueo que la ONU había impuesto en 1946 al único gobierno fascista de Europa.

A partir del año 1951 se consolidó en España un periodo de modificaciones económicas y se fueron adoptando medidas, como la supresión de las cartillas de racionamiento, que propiciarían la desaparición del control del movimiento de la población interior y la supresión de restricciones de energía eléctrica.

Para la empresa de los Knörr los años 1950-1952 también fueron importantes, ya que los gustos de los consumidores españoles empezaban a cambiar, sobre todo en parte a la entrada de nuevos sabores y productos como la Coca-Cola, por lo que con acertada visión comercial, el alquimista de la familia, José María, comenzó a experimentar con estos nuevos sabores a base de zumo de naranja.

A partir del año 1954, las actividades de la empresa de gaseosas sufrirían un importante revulsivo con la aparición del refresco de naranja con la nueva marca KAS. La nueva enseña se había obtenido como resultado de añadir a gaseosas el AS una K del apellido familiar Knörr. En 1957, la autarquía tocaba a su fin y España se encaminaba hacia la economía de mercado con un agresivo programa de saneamiento, liderado por los ministros de Comercio y de Hacienda. Ese año y con una coyuntura favorable, la familia Knörr constituiría, en forma de sociedades anónimas, las compañías que en el futuro iban a ser los pilares básicos del grupo empresarial KAS.

La primera de las sociedades se llamó KNÖRR ELORZA, S.A. y la totalidad del capital fue desembolsado por Isabel Elorza y sus seis hijos. Ese mismo día, 4 de julio, también se fundó la empresa SOCIEDAD ANÓNIMA DE BEBIDAS CARBÓNICAS, siendo su principal accionista la compañía KNÖRR ELORZA, S.A. con el control del cincuenta y uno por ciento del capital social. Los años siguientes fueron un goteo constante de nuevas fundaciones de fábricas embotelladoras que irían dando forma a la organización empresarial KAS. Así, en el año 1958 se pusieron en marcha las sociedades ANDALUZA DE BEBIDAS CARBÓNICAS, S.A. con mayoría accionarial de KNÖRR ELORZA, S.A., y fue también esta última sociedad quien, junto con algunos de los accionistas de la SOCIEDAD ANÓNIMA DE BEBIDAS CARBÓNICAS, estableció la nueva planta de fabricación en Vigo.

Por su parte, el año 1959 también estuvo dominado por la actividad emprendedora de la familia Knörr y así, ese mismo año, la SOCIEDAD ANÓNIMA DE BEBIDAS CARBÓNICAS pasó a controlar el 100 % del capital de las sociedades a las que pertenecían las fábricas de Vigo e Irún. Asimismo, aquel año se constituyó la SOCIEDAD CATALANA DE BEBIDAS CARBÓNICAS, controlada por la SOCIEDAD ANÓNIMA DE BEBIDAS CARBÓNICAS, S.A.

Para finales de la década de los años cincuenta, ya era una evidencia que la familia Knörr estaba desarrollando una estrategia de crecimiento a base de implantaciones a lo largo de la geografía española con sociedades participadas mayoritariamente por ellos. Cabe destacar que todos los escritos de la revista interna de la empresa KAS "Cercas Bajas", en los que se hace referencia a las nuevas aperturas y fundaciones, se resaltan esas participaciones mayoritarias, lo que denotaría la estrategia de expansión de la Compañía en contraposición al camino que, por ejemplo, había tomado su competidor Coca-Cola, ya que la multinacional estadounidense contaba con distribuidores distribuidos por la geografía española.

Seguramente, siguiendo esta estrategia de control societario de todas las nuevas aperturas de fábricas, siempre que la disposición de capital lo permitiese, ya en 1962 y con el cien por cien del capital social bajo el control de la sociedad KNÖRR ELORZA, S.A., se constituyó la empresa COMERCIAL ALAVESA, S.L. y un año más tarde, en abril de 1963, MALLORQUINA DE BEBIDAS CARBÓNICAS, S.A.

Además, en la línea de inversiones anteriores, la empresa DISTRIBUCIONES BEGOÑA también fue constituida por la sociedad KNÖRR ELORZA, S.A. con el cincuenta por ciento de las acciones junto con el antiguo depositario y distribuidor de KAS en Bilbao, que se adjudicó la otra mitad del capital. Unos años más tarde, en 1969, la sociedad de los hermanos Knörr adquirió la parte que estaba en poder de su socio bilbaíno, para pasar así a controlar en su totalidad la sociedad adjudicataria de la distribución de los productos KAS en el área de Bilbao.

Mil novecientos sesenta y cinco sería un año importante y de intensa actividad para los intereses de los hermanos Knörr. Ese año crearon la sociedad KAS, S.A. para que fuese la titular de todos los derechos sobre las marcas, envases y registros en general que la familia Knörr había ido creando. Todos estos activos se adquirieron de la sociedad KNÖRR ELORZA, S.A., que hasta entonces había sido el titular de los mencionados activos. Una vez más el cien por cien del capital social estaría en poder de los seis hermanos Knörr. También ese mismo año, en el mes de diciembre, se constituyó la sociedad MEDITERRÁNEA DE BEBIDAS CARBÓNICAS, S.A. con otra mayoría accionarial de la sociedad KNÖRR ELORZA, S.A y los hermanos Knörr de forma personal.

Al final de la década de los años 60 la expansión económica española, que había comenzado hacía casi un década, continuaba firme. Además y aunque la renta per capita todavía estaba alejada de los países más avanzados de Europa, España ya se distanciaba con claridad de Grecia y Portugal. De esta manera, la actividad empresarial de KAS al comienzo de la década de los años setenta afianzaría la tesis de que la familia Knörr buscaba la expansión de su empresa de refrescos a través de una estrategia de fundación de sociedades únicamente con participaciones mayoritarias, puesto que para finales del año 1971 la familia Knörr había adquirido todas las participaciones, ajenas a la propia familia, de las empresas que componían la organización empresarial en torno a las marcas de refrescos KAS.

Pero el año 1971 no concluiría tan sólo con la adquisición de las participaciones accionariales. El 6 de octubre de 1971 el grupo empresarial KAS vendió un primer paquete de acciones, a la entidad que durante la segunda mitad de la década de los sesenta había sido su socio financiero externo, el Banco Industrial de Bilbao. A partir de aquel memento, el grupo KAS ya no volvería a ser una empresa familiar independiente y su futuro estaría marcado por el aumento en su capital social de este Banco primero, del Banco de Bilbao después y del Banco Bilbao Vizcaya en los años posteriores. Al acto de venta de parte de las acciones de la empresas KAS asistieron por una parte, todos los miembros de la familia Knörr y por parte del BIB su presidente José Manuel Delclaux Barrenechea, su consejero delegado Enrique Guzmán y el secretario general Rafael Icaza, junto con el subdirector general del Banco.

En el año 1986, el Banco de Bilbao ya era el propietario de una parte importante en las empresas del grupo KAS. La participación del socio financiero de los Knörr era del treinta y cinco por ciento en la sociedad KAS, S.A. y al igual que en la otra sociedad emblemática del grupo, KNÖRR ELORZA, S.A. El banco de Bilbao también era el titular de algo más del veinte por ciento de la acciones de la SOCIEDAD ANÓNIMA DE ALIMENTACIÓN.

Pero sería en el año 1988 cuando la familia Knörr Elorza iba a ceder definitivamente el control accionarial de su grupo de empresas. En el mes de octubre el Banco de Bilbao Vizcaya pasó a controlar casi el setenta y cuatro por ciento de la Compañía mediante una ampliación de capital de 1.927 millones de pesetas. Este hecho daría a entender que la estrategia de expansión basada en fábricas propias, con participaciones mayoritarias, hacía muy difícil una constante expansión empresarial sin la colaboración de un potente socio financiero.

Si a los inconvenientes anteriormente mencionados, se le añade el surgimiento de una creciente problemática familiar interna por motivos de transición generacional, la realización de parte de la cartera industrial del Banco de Bilbao Vizcaya y la posterior venta en el año 1991 de la empresa KAS a Pepsico cobran sentido. La coyuntura económica del año 1992 en España fue de recesión y ese año fue el de menor crecimiento del PIB en los últimos 10 años, con un escaso crecimiento económico y un aumento considerable de la morosidad. En esta coyuntura adversa el Banco habría decidido que la opción de la venta de la empresa alavesa KAS era la única posibilidad viable para el mantenimiento estable de la mayor compañía española de refrescos sin alcohol.