Topónimos

IRUÑA

En la colina rodeada por un meandro del río Zadorra estuvo enclavado un poblado al que se identifica con la Beleia citada por Ptolomeo en el «Itinerario de Antonino». Dicho poblado se originó en la parte más alta o Arkitz extendiéndose luego a Iruña. Abundantes restos de ambos poblados -el indígena y el romano-- han ido dando a conocer el yacimiento más rico de Alava en el que pueden detectarse y examinarse muestras culturales que van desde el Bronce final hasta el s. V DC. El Bronce final o Hierro I se localiza en la parte alta y en la falda SO. de la colina llegando hasta el recinto actual. El Hierro II se extiende por la ladera S. y en el mismo recinto. A ambos períodos pertenecen los habitáculos rupestres de la parte extramural. El yacimiento era conocido ya desde el s. XVI pero hemos de esperar al interés decimonónico por la arqueología para ver efectuarse las primeras excavaciones pormenorizadas por Jaime de Verástegui, a comienzos del siglo XX, excavaciones que proseguirán en 1949, 1954 (G. Nieto Gallo) y nuestros días. El resultado de tales búsquedas puede contemplarse en el Museo Provincial de Arqueología de Alava: vasijas, fíbulas zoomorfas, vidrio decorado a buril, cucharillas, cuentas de collar, adornos personales, pesas, útiles de trabajo, armas, llaves, restos de esculturas y elementos arquitectónicos diversos. En cuanto a las inscripciones romanas recogemos las halladas en Iruña y su entorno: 1 . Inscripción fúnebre hallada en una ventana de la Casa del Priorato: EGNATIVS TER / F VITALIS / AN LXV. Elorza la transcribe así: EGNATIUS TER(entii) F(ilius) VITALIS AN(norum) LXV. 2. Fragmento de inscripción fúnebre empotrado en la pared de la Casa del Priorato. Representa una cabeza de mujer: ET SIBI / ET CO / SVAE. Elorza lo transcribe así: ET SIBI ET CO(niugi) SUAE. 3. Inscripción hallada en una esquina de la ermita de Donela. Tiene decoración geométrica: MVNATIV / S.FVSCVS / AMBAICI / F.AN.LXXV / HIC.S.EST. Elorza la transcribe así: MUNATIUS FUSCUS, AMBAICI F(ilius) AN(norum) LXXV, HIC S(Itus) EST. 4. Inscripción situada en la misma ermita de Donela: IVS.VET / IVS.VE / VS / C.F / H.S.E. Elorza la transcribe así: (Ca)IUS VET(il)IUS VE(tti)US, C(aii) F(ilius) H(ic) S(itus) E(st). 5. Inscripción aparecida en la villa de Mendoza, cerca del pueblo de Iruña. Tiene pequeños arcos en la parte superior: VRELIVS / VGVSTINVS / HSE. Elorza la transcribe así: (A)URELIUS (A)UGUSTINUS H(ic) S(itus) E(st). 6. Lápida hallada en la ermita de Donela. Fue trasladada al Depósito de la Real Sociedad Vascongada de Alava: INI LICIN / ANT CANT / R.EQ BER / ALA EBA / VND AN.X / H.S. Prestamero la completó así: (Lic)INI LICIN(ius) (C)ANT CANT(a) (ari)REQ BER ALA EBA (iuc)UND AN X H S. 7. Lápida aparecida en la ermita de Donela. Fue llevada al Depósito de la Real Sociedad Vascongada de Alava: RCVS SEM / IVS.L.F.Q.FL / AN LXX / R / RCVS SEMP / NIVS F. Elorza la transcribe así: (Ma)RCUS SEM(pron)IUS L(ucii) F(ilius) Q(uirina) FL(avius) AN(norom)LXX R(equiescit) (hic), (Ma)RCUS SEM(pro)NIUS F(aciendum) (curavit). 8. Inscripción también situada en la misma ermita y trasladada al Depósito de la Real Sociedad Vascongada: D M / G.FABRICI / FVSCO / AN.XCIII / F. CVD DI S / PATRV. Elorza la transcribe así: D(iis) M(anibus) G(aio) FABRICI(O) FUSCO, AN(norum) XCIII F(ecit) (Se)CUN(dus) DI(lectis) s(imo) PATRU(eli). 9. Piedra de 0,65 x 0,45 descubierta en 1882 en una casa. Fue trasladada al Museo Provincial y más tarde al Museo Arqueológico de Alava. Está decorada con pequeños arcos: LICINIVS / SERENVS / HISPANIF / AN XLV. Elorza la transcribe así: LICINIUS SERENUS, HISPANI F(ilius) AN(norum) XLV. 10. Piedra de 0,64 x 0,49 hallada en el quicio de una puerta en Trespuentes: RHODANVS / ATILI.F.SERVOS / ANL / TYCHIA VXOR / ILLVNA SOCRA / IE. Elorza la transcribe así: RHODANUS, ATILI F(ilius) SERVOS AN(norum) L, TYCHIA UXOR ILLUNA SOCRA I(c)E(st) (situs). 11. Placa de mármol rojiblanco de 0,44 x 0,25 hallada enterrada junto a Trespuentes. Está rota por la mitad: TVTELAE / SAC / ERED / TFLAMININ / P. Elorza la transcribe así: TUTELAE SAC(rum) (Ha)ERED(es) T(iti) FLAMIN(i) P(osuerunt). 12. Fragmento de lápida encontrada en 1866. Ha desaparecido: A F / Hoc / MIN / +. 13. Piedra de 0.46 x 0,50 hallada en el campo junto a la muralla norte de Iruña. Tiene letras casi ilegibles: ELANVS TV / RAESAMI / CIO.AMSA / TI F AN XV. Elorza la transcribe así: ELANUS TURAESAMU(S)..CIO, AMBA(I)TI F(IIIIIS) AN(norum) XV (hic situs est). 14. Piedra de 0,52 x 0,60 hallada igual que la anterior. Tiene decoración geométrica: SINIVS / AVSIVOS / RVTILIF / L XXX. Elorza la transcribe así: (A)SINIUS AUSIVOS RUTILI F(ilius) (annorum) LXX (hic situs est). 15. Fragmento de piedra de 0,49 x 0,60 encontrada como las dos anteriores: AN LXVII / H.S.E. Elorza la transcribe así: AN(norum)LXVII H(ic) s(itus) E(st). 16. Piedra hallada en una casa de Trespuentes. Se halla en mal estado: MPFBAI / OVAITIOR / NA o. 17. Piedra de 0,41 x 0,64 con sencillos adornos: VE / NTIUS / TI.FILIVS / ANNXXXV / HSHEST. Elorza la transcribe así: VE(ttius) (Sego)NTIUS (Segon)TI FILIUS ANN(orum) xxxv H(ic) s(itus) HEST. 18. Piedra hallada en una casa de Trespuentes. Contiene dos adornos indefinidos: EVERIN /ERIF / XLV /E. Elorza la transcribe así: (S)EVERIN(us) (Sev)ERI F(ilius) (annorum) XLV (hic) (situs) E(st). 19. Fragmento de inscripción de 0,75 x 0,85 de los años 70 a 100 después de Cristo: Et LVCID / PRO.FRA. Elorza la transcribe así: ET LUCID(ius) PRO FRA(tribus). 20. Fragmento de 0,24 x 0,14 con vetas blancas hallado en 1891: o / NTENTV / PENSAM. Elorza lo transcribe así: (Hon)o(re) (co)NTENTU(s) (im)PENSAM (remisit). 21. Fragmento marmóreo triangular de color rosa: OT / IV. 22. Fragmento circular rosa y blanco de mármol encontrado en 1894: MII/ A. CAE. 23. Fragmento marmóreo rojiblanco de 0,28 x 0,1 1 hallada en 1866 en unas excavaciones: MPN / IMO / QUI.BU / o. D / ONIS / TONI. 24. Dos trozos de un epígrafe formado por cuatro fragmentos de piedra arenisca: VI / NI. 25. Piedra de 1 x 0,23 hallada empotrada en la parte interior de la muralla: M LVCRECIO / FRATERNO PLINTH / AS.PATER. Elorza la transcribe así: MARCO LUCRECIO FRATERNO, PLINTHAS PATER. 26. Estela de piedra blanca de 0,90 x 0,54 x 0,25 situada en la puerta subalterna de la muralla. Tiene decoración geométrica: SEMPRO / VS.MATE / RNE.F.QVI / MATERNVS / AN XXXX / H.S.E. Eloiza la transcribe así: SEMPRO(ni)US MATERNE F(ilius) QUI(rina) MATERNUS, AN(norum) XXXX, H(ic) s(itus) E(st). 27. Estela labrada en un sillar de piedra de 0,60 x 0,40 x 0,20 que representa dos bustos: D M /AVNNIA / SECVNDIANA. Elorza la transcribe así: D(iis) M(anibus), AUNNIA SECUNDIANA. 28. Fragmento de pledia de 0,53 X 0,35, hallado hundido en el campo junto a la muralla: LVCIL / CRISP / IONI / ANXX. Elorza lo transcribe así: LUCIL(ius) CRISP(us) IONI (filius) AN(norum) xx.. (hic) (situs) (est). 29. Inscripción hallada junto a la muralla: H.S.E. Elorza la transcribe así: H(ic) s(itus) E(st). 30. Fragmento de una inscripción encontrado entre los sillares de la puerta: VPICI / VIR / NVS / IIII. 31 . Fragmento de una lápida funeraria: S.D.D. Elorza la transcribe: De Suo Donum Dedit. 32. Fragmento de inscripción fúnebre de 0,28 x 0,24: Lx / S.H. 33. Grupo de pequeños fragmentos:MESL VTIAD.O ATTISOELLIELAIFVRATR A Según las conclusiones de Nieto Gallo la historia de esta Iruña premedieval podría desglosarse en las siguientes fases: «1.° Queda comprobada la existencia de una población indígena anterior a lo romano, dedicada a la agricultura y a la ganadería, de análogo carácter y etnia que las gentes que vivieron en Cortes de Navarra, en Echauri, en Laguardia, en Olarizu y otros yacimientos del N. de España, cuyo carácter centroeuropeo queda también comprobado por la analogía de su cerámica con la que aparece en yacimientos galos y hallstátticos centroeuropeos. 2.° A esta población indígena, que se alimentaba de carne de ganado vacuno y de ciervo, y que comía pescado, hay que atribuir la cerámica negra, decorada con verdugones digitados e incisiones y con mucha mica en su pasta. 3.° Con anterioridad a la fortificación del oppidum de Iruña debió existir contacto entre su población y gentes influidas por valores ibéricos, de lo que es prueba la cerámica pintada; también debió existir relación entre indígenas y romanos, acreditada por la persistencia de algunas formas en la cerámica ajenas a lo propiamente romano. 4.° Como consecuencia de las guerras cántabras se debió intensificar el asentamiento de los romanos en el oppidum de Iruña, sin que ello representara la anulación de lo indígena; antes al contrario, éstos, sin renunciar a valores propios ancestrales, se dejaron influir por lo romano, aceptan su lengua y costumbres funerarias, se aprovechan de las nuevas circunstancias para plasmar, con un arte rudo pero personal, estelas e inscripciones que alternan con otras más cuidadas, hechas sin duda por lapidarios romanos. Esta convivencia debió darse, sobre todo, a lo largo de los siglos I-II. 5.° El siglo II debió ser de cierto esplendor en el oppidum, en él se fechan las más importantes obras de arte que se han encontrado; la cerámica y las monedas también parecen avalarlo; por esta época debió ser el centro comercial más importante de la llanada alavesa. 6.° Los movimientos de pueblos que se registran en la segunda mitad del siglo III a. de C. motivaron la fortificación del oppidum en la forma que actualmente vemos. Debió estar precedida de luchas que trajeron como consecuencia la ruina de edificios antiguos, luchas que ni siquiera respetaron los monumentos funerarios; acaso fueran una reacción de los propios indígenas al amparo de circunstancias favorables de tipo general. Después de estas luchas, en las que la destrucción y las ruinas azotaron el oppidum, es cuando se levantaron las murallas, en las que se aprovecharon materiales y elementos constructivos procedentes de monumentos anteriores. 7.° El oppidum debió tener una vida activa hasta mediado el siglo IV, y a juzgar por los hallazgos monetales en la segunda mitad de esta centuria, parece que languideció, aunque debió seguir ocupado hasta comienzos del siglo V. Las monedas de fecha más reciente de las encontradas en Iruña, reseñadas por Baráibar, pertenecen a Gordiano Pío. Entre las encontradas en el curso de nuestra exploración las hay de Licinio, padre, de Constantino y de Constante I, y la falta de numario posterior no induce a pensar en un abandono del oppidum en la segunda mitad del siglo IV, o en que arrastró una vida pobre, lo que parece más probable. 8.° Las murallas pudieron estar en pie hasta entrado el siglo V. Su derrumbamiento y el de la ciudad que defendían pudo acontecer al alborear el siglo, posiblemente como consecuencia de la invasión del 409 o de las luchas intestinas que por aquellos años se registraron. Si sobrevivieron a estos acontecimientos darían al traste con ellas las incursiones de Eurico, del 446, o de Reciario, el 448. De que en la segunda mitad del siglo el oppidum estaba ya en ruinas es buen testimonio el enterramiento encontrado en una de las habitaciones del sector «H» con cerámica de data segura.» Sometidos a los caprichos de los visitantes, algunas veces desaprensivos, los restos de los poblados iruñarras fueron tomados bajo protección de Eusko Jaurlaritza en 1981, efectuándose la compra del solar y el cercamiento del recinto. Bibliog. El principal estudio sobre Iruña se debe a Gratiniano Nieto Gallo: El oppidum de Iruña (Alava), Consejo de Cult. de la Dip. de Alava, Vitoria, 1958, 237 pp. más LXXXVII láminas.