Concepto

Historia del Arte. Escultura

No parece que hubo una tendencia excesivamente importante hacia las artes del volumen durante el Paleolítico entre los habitantes de lo que hoy en día denominamos País Vasco. Por desgracia, aún no tenemos demasiados testimonios de la actividad escultórica en comparación con los magníficos ejemplos que tenemos de arte rupestre o de los objetos utilitarios.

Una excepción puede constituir la cueva de Isturitz en Donamartiri (Baja Navarra) ya que se han encontrado en ella gran cantidad de objetos trabajados en hueso datados en el Magdaleniense (15.000 al 10.000 a.C.). Entre estos hallazgos podemos distinguir tres tipos de objetos: los objetos utilitarios decorados, los que reproducen imágenes y los ornamentativos. Muchas veces tenemos problemas para distinguir entre estos tres tipos de objetos, ya que algunos de los que nosotros consideramos decorativos pueden tener una función ritual, o viceversa.

Por lo que respecta a las imágenes que aparecen grabadas en huesos o en losas (el hueso de Torre y la plaqueta de Ekain, por ejemplo), normalmente están vinculados a técnicas bidimensionales que aparecen igualmente en las paredes de las cuevas. De todas maneras, los últimos descubrimientos, como los colgantes de piedra de Praileaitz o el pequeño hueso con forma de ave aparecido en Ekain, ponen en relación la producción del País Vasco con la del resto de Europa.

Tampoco es el Neolítico un período que ha dejado muchos ejemplos de escultura en el País Vasco, por lo que tendremos que esperar hasta la Edad de los metales para hablar propiamente de objetos escultóricos. Las espátulas antropomorfas de hueso encontradas en los dólmenes de enterramiento como en el de San Martín en Laguardia o el de Los Llanos en Kripan (ambos en Álava), recuerdan usos paleolíticos, y, por lo tanto, los ídolos de arcilla del yacimiento de la Edad del Bronce (900-350 a.C.) de El Alto de la Cruz en Cortes (Navarra) pueden ser los objetos más cercanos a la escultura de esta época. Además, la aparición de la técnica de la cerámica en ese momento trajo consigo una nueva visión sobre el volumen ya que consistía en la creación de un objeto desde la nada y la necesidad de decoración añadida.

Algo parecido ocurre con la fundición de los metales, que además de crear una forma suele llevar consigo cierta cantidad de decoración. En el País Vasco son abundantes los objetos decorativos y utilitarios fundidos en metal de esta época, aunque no siempre es fácil distinguir entre ambos tipos de objetos. Por ejemplo, el colgante de bronce con forma de lauburu encontrado en el yacimiento de La Hoya (Laguardia, Álava) confirma la utilización de símbolos solares en los objetos decorativos.

Por otra parte, son abundantes los grabados y los relieves sobre piedra en esta época, ya que supone el comienzo de las estelas discoidales que tanta continuidad tendrán durante la conquista romana y la alta Edad Media. Parece que la mayoría estaban relacionadas con una función funeraria, como por ejemplo la estela de Iruña-Veleia que representa a un jinete y que data del siglo II o I a.C. Más cercana a las artes del volumen es la escultura en piedra con forma de toro o animal similar con un disco solar entre las patas hallada en la ermita de Mikeldi en Durango, de donde toma su nombre.