Concepto

Historia del Arte. Escultura

Durante el principio de la alta Edad Media se perdieron las técnicas y las tradiciones artísticas romanas. La sociedad europea empobrecida no tuvo muchas oportunidades para la producción artística y únicamente se conservan obras de escasa calidad en todo el País Vasco.

Además, la difusión y establecimiento del cristianismo rechazaba la tendencia hacia el volumen y la mimesis greco-romana y, por ello, favoreció un arte tendente a las dos dimensiones y con fines religiosos directos. Como ejemplo podemos poner el relieve prerrománico de Villatuerta (Navarra) datado en el siglo X.

En cuanto al arte islámico, no es abundante en el País Vasco, pero los restos de la decoración de la mezquita de Tudela, hablan de una rica producción de escultura decorativa, sobre todo en yeso. Por otra parte, la caja de marfil del monasterio de Leire, depositada hoy en día en el Museo de Navarra, pone de manifiesto la calidad de los talleres cordobeses.

Pero, la recuperación de la escultura monumental y de la escultura exenta llegó con los primeros impulsos del románico durante el siglo XI. El fortalecimiento de la iglesia trajo consigo la reorganización política y económica de Europa, y casi todos los reinos que estaban surgiendo en la Edad Media impulsaron la recuperación artística. El establecimiento del reino de Navarra como estructura política de los vascones implicó la organización de caminos, villas, mercados, monasterios, etc. En general, los monarcas medievales impulsaron la construcción de centros religiosos con lo que ello supuso para la recuperación del arte.

Como ejemplo podemos citar la escultura monumental, que unida a la arquitectura tenía como objetivo la mayor gloria de dios y el adoctrinamiento en la fe de un pueblo generalmente iletrado, por medio de la representación de escenas religiosas.

Los capiteles del siglo XI de la cripta de Leire son uno de los primeros ejemplos de la recuperación de la escultura decorativa, que aunque tímidos y toscos abren el camino a lo que va a ser la decoración románica.

De todas maneras, fue la construcción de las catedrales las obras que atrajeron los mayores y mejores encargos escultóricos en el País Vasco, como ocurre en el resto de Europa. Pamplona y Baiona se constituyeron pronto como los dos centros religiosos importantes del País Vasco en los años del románico. Conocemos mejor, por los restos conservados, la antigua catedral de Pamplona, en cuyo claustro trabajo el maestro Esteban llegado de Santiago durante el siglo XII.

Poco a poco el románico se expandió desde los centros de producción mayores a toda la geografía del País Vasco, tanto a villas y ciudades como a zonas rurales, en donde se conservan gran cantidad de ejemplos, sobre todo en Álava, ambas Navarras y Zuberoa.

En el caso de la escultura exenta, se utilizaba como vehículo para hacer visible lo invisible en los primeros años del románico, sobre todo para difundir el culto de Cristo en la cruz y de la Virgen María. Normalmente se utilizaba la madera policromada, aunque podemos encontrarnos esculturas en otros materiales como piedra o metales preciosos, tal como lo podemos ver en el crucificado de Torres del Río (Navarra) y las numerosas imágenes de la virgen entronizada dispersas por todo el País Vasco.

La escultura civil ha resistido peor el paso del tiempo y por ello no es numerosa hoy en día, aunque contamos con un buen ejemplo en la fachada del llamado palacio de los Reyes de Navarra en Estella-Lizarra.

La llegada del gótico está también relacionada con algunos centros religiosos del País Vasco, como pueden ser los primeros monasterios cistercienses. Paulatinamente la escultura gótica más expresiva y naturalista vino a sustituir a la escultura simbólica e hierática del románico, sobre todo en las obras de la nueva catedral gótica de Pamplona y en el gótico civil promovido desde la corte navarra.

Pero el primer gótico realizado al estilo de Chartres se observa mejor hoy en día en la portada occidental de la catedral de Tudela, que data del siglo XIII; aunque los ejemplos más bellos de la escultura gótica plena se pueden admirar en la catedral de Pamplona (comenzada en 1280), sobre todo en la decoración escultórica de sus puertas, de las que destaca la Puerta Preciosa.

Algo parecido se puede decir de la decoración de la puerta que une la catedral de Baiona con su claustro, aunque, por desgracia, la decoración de las otras puertas de la catedral se ha perdido como consecuencia de los conflictos posteriores.

Junto a los modelos difundidos desde los talleres de las catedrales de Pamplona y Baiona, jugaron un papel importante los llegados de otros lugares como por ejemplo Castilla o Francia, en la construcción de centros religiosos menores, como las iglesias de muchos pueblos y ciudades, donde se constata una actividad constructiva sin precedentes.

Como ocurría en el caso de sus modelos, la decoración escultórica se concentraba en las portadas, donde los fieles podían reconocer las historias religiosas de Cristo, María o los santos titulares. Algunas de ellas han llegado a nuestros días con la policromía original o repintes posteriores como por ejemplo Santa María y San Pedro de Vitoria, ambas del siglo XIV, pero sobre todo Santa María de los Reyes de Laguardia, o su versión popular en Santa María la Real de Deba.

Las imágenes de Cristo y la Virgen siguieron siendo protagonistas de la escultura exenta gótica, aunque aparecen más humanizadas y más naturales en la anatomía y las vestiduras, respondiendo a los nuevos requerimientos religiosos de la época.

Por último, conservamos en el País Vasco, entre otros muchos, un bello ejemplo de escultura funeraria gótica en la tumba de Carlos III y Leonor de Trastámara realizada por Jehan Lome de Tournai en la Catedral de Pamplona.