Concepto

Historia del Arte. Arte Prehistórico

Denominamos Prehistoria al primer período de la historia del ser humano que comienza con los inicios de la humanidad y que concluye cuando aparecen los primeros documentos escritos. Durante este período el ser humano avanzó progresivamente en su modo de vida y pasó de ser nómada a ser sedentario, de subsistir de la caza y de la recolección a practicar la agricultura y la ganadería, y de habitar en las cuevas a realizar las primeras construcciones arquitectónicas. En este proceso, el ser humano comenzó también a producir otro tipo de creaciones que ya no sólo atendían a las necesidades básicas y elementales para su subsistencia, sino a otras cuestiones menos materiales y más relacionadas con un pensamiento cada vez más sofisticado. Entre estas nuevas creaciones destacaron las manifestaciones artísticas, que aunque en algunas ocasiones cumplieron un objetivo meramente decorativo, en otras muchas comenzaron a cumplir un papel mucho más complejo y acorde con un pensamiento tan evolucionado como el del ser humano. De hecho, las primeras manifestaciones artísticas importantes y significativas hoy todavía nos resultan misteriosas, ya que no se limitan a la mera decoración sino a transmitir, comunicar un pensamiento que comienza a organizarse. De todas maneras, este proceso fue muy lento y fruto de una evolución pausada que se distribuyó en cuatro etapas: Paleolítico, Mesolítico, Neolítico y Edad de los Metales.

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En Euskal Herria, como en la mayoría de los territorios de Europa occidental, son escasas las noticias que tenemos de esta extensa etapa. Los yacimientos más antiguos que se han hallado corresponden al Paleolítico Superior (30.000-10.000 a.C.), etapa en la que predominó un clima frío, el ser humano se alimentó de la caza y buscó refugio en las cuevas. En el Mesolítico (10.000-3.500 a.C.) el ser humano que habitó el territorio de Euskal Herria comenzó a abandonar las cuevas gracias a que las temperaturas se templaron y pudo añadir a su sustento tanto la recolección de frutos silvestres como la actividad de la pesca. Pero el verdadero cambio llegó con el Neolítico (3.500-2.500 a.C.), etapa en la que la agricultura y la ganadería llegan a Euskal Herria, y con ello el ser humano pasa a ser sedentario, y se plantea ya no sólo la construcción de aquellos espacios arquitectónicos que necesitaba, sino también la organización tanto del espacio como de las relaciones entre los seres humanos. En la Edad de los Metales, que duró hasta el último milenio antes del cambio de era, además de la utilización de los metales y sus aleaciones -cobre, bronce y hierro, sucesivamente- se encuentran los primeros restos de manifestaciones artísticas que preludian el desarrollo de poblaciones y culturas más complejas que, a su vez, nos anuncian el cambio histórico hacia civilizaciones también más intrincadas que se desarrollaron posteriormente en la Antigüedad.

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Sin embargo, las primeras manifestaciones artísticas de la humanidad aparecen mucho antes, concretamente en la Prehistoria. Después de tener cubiertas las principales necesidades básicas, el ser humano comenzó a diferenciarse del resto de los animales gracias al desarrollo de una cultura propia y compleja en la que, desde el inicio, las manifestaciones artísticas jugaron un papel fundamental. De hecho, a partir del Paleolítico Superior, desde el momento en el que el ser humano se planteó decorar sus utensilios de trabajo o pintar sus cuevas, podemos afirmar que aquellos seres dejaron de ser homínidos para convertirse en seres humanos. De ahí que el arte, junto con otras características propias del ser humano como el lenguaje o lo capacidad de convivir y organizarse en sociedad colectivamente, sea una de las características más originales y fundamentales de los seres humanos.

Las creaciones artísticas más antiguas que conservamos de aquel período son la decoración de utensilios, primero de piedra y luego de madera y de hueso, y las pinturas rupestres. Más tarde, con la llegada del Neolítico, aparecieron soportes como la cerámica y nuevas formas de expresión como las construcciones megalíticas, realizadas a base de grandes bloques de piedra. Posteriormente, con los metales, nacieron los primeros poblados. Estas manifestaciones artísticas también se crearon y se desarrollaron en Euskal Herria, pero al igual que ocurrió con los avances en las formas de vida, en nuestro territorio también llegaron con retraso y procedentes del interior de Europa, de sus áreas septentrional y oriental. Además, desde este período se comienzan a vislumbrar diferentes grados de desarrollo dependiendo de las zonas; así, mientras que el arte paleolítico y mesolítico se desarrolló, principalmente, en el área septentrional, el neolítico y el arte relacionado con la Edad de los Metales, en cambio, alcanzaron una mayor influencia en el área meridional de Euskal Herria.