Curandero establecido en la ermita de Santa María de Arguijas, que hacia 1570 recorría los pueblos de la merindad de Estella, según refiere Idoate en Rincones... [t. 1, pp. 80-82]. Efectuó numerosas curas con diversos resultados, utilizando brebajes a base de hierbas, aceites, ranas y otros ingredientes aún más exóticos. A él acudían desde los alcaides de las fortalezas hasta los vicarios y rectores de muchos pueblos. Recluido en 1574 en la cárcel de Pamplona / Iruña, por ejercicio ilegal de la profesión, la fama de su supuesta valía se extendió por la ciudad y sus contornos. Aunque trabajaba "por amor de Dios", recibió diversas propinas y algunos clientes despechados aseguraban que había reunido una fortuna regular. En el examen a que fue sometido por el Protomédico del Reino contestó con curiosas extravagancias, tales como que el origen de las cuartanas era de enfriamientos y de coagularse la sangre, mientras que las otras calenturas procedían de excesos en el comer y beber. Aseguró que sus medicinas eran mejores que las compuestas por los boticarios y, pese a que era totalmente analfabeto, desafió a los médicos a probar sus remedios contra los suyos. Acabó proponiendo al Protomédico que se le admitiese en el hospital de Pamplona / Iruña a sueldo. Pero lo que hicieron fue quitarle sus cachivaches, quemar sus hierbas y expulsarle del reino.Ref. Darío de Areitio