Territorios

Gipuzkoa

El estudio clásico sobre la evolución histórica del blasón de Gipuzkoa es el de Múgica (1915). Según el mismo, el primero que se conoce se compone de dos cuarteles partidos en faja; en el superior aparece un rey indeterminado sentado en un trono arbolando una espada en la mano derecha, en el inferior tres árboles (probablemente tejos) sobre ondas del mar. En 1513 la reina Juana de Castilla otorgó a la provincia, a modo de galardón por la colaboración de algunos guipuzcoanos con la conquista de Navarra efectuada por su padre, en concreto en la batalla de Belate de 1512, la merced de incorporar al escudo un trofeo consistente en los doce cañones quitados a los navarros. El cuartel superior fue dividido en dos quedando el rey a la izquierda y los cañones a la derecha.

La exhibición de este trofeo, y humillante, no sólo para Navarra sino también para los guipuzcoanos que no consideraran la hazaña como algo especialmente memorable, hizo que, tras varias tentativas, fueran eliminados los cañones en 1979. Ello tuvo lugar en la segunda sesión de las Juntas Generales recién establecidas, el 2 de julio de 1975 en Oiartzun, al ser aprobada por unanimidad la moción presentada por el juntero José Antonio Ayestarán Lecuona, por ESEI, en la sesión inaugural del 22 de abril pasado (Mondragón). La moción, que hace una recapitulación de las tentativas mencionadas, es la siguiente:

Moción escudo de Guipúzcoa

Como es de todos conocido, el escudo de la Provincia de Guipúzcoa hoy vigente incluye doce cañones. Desde muy antiguo y, según la Nueva Recopilación de los Fueros de 1696, contenía este escudo "en la tarjeta superior la persona de un rey sentado con vestiduras reales y Corona en la cabeza en una silla con su espada desnuda, levantada la punta en la mano diestra, y, en la tarjeta inferior, tres árboles verdes tejos plantados a orilla del mar, todo en campo colorado. Sirvióse de este escudo y blasón continuamente hasta el año 1513 en el que, por el motivo que se referirá, se añadieron doce piezas de artillería en la parte siniestra de la tarjeta superior".

El suceso al que alude el Fuero es la famosa batalla de Belate, en la que una parte de la provincia de Guipúzcoa, alzada en armas al servicio de su Señor, conforme a apellido general, atacó a la retaguardia de las fuerzas franconavarras que luchaban por recuperar el reino invadido por las tropas de Fernando el Católico, arrebatándoles los famosos cañones (como inciso anecdótico cabe decir que la acción tuvo poco de enfrentamiento heroico y que los lansquenetes alemanes abandonaron los cañones como cebo para facilitar su retirada). Lo que, para nosotros, interesa señalar es que el privilegio dado por D.ª Juana -"por la gracia de Dios reina de Castilla, de León, de Granada, de Toledo, de Galicia, de Sevilla, de Córdoba, de los Algarbes, de Algeciras, de Gibraltar, de las islas Canarias, de las islas, Indias y tierra firme del Mar Océano, Princesa de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, Archiduquesa de Austria, Duquesa de Borgoña y de Bravante, Condesa de Flandes y del Tirol, Señora de Vizcaya y Molina, tal como reza el documento- premia, con ello, no sólo la concreta rota de Belate, sino el conjunto de los hechos de armas de los guipuzcoanos en la guerra que conllevó, como resultado final, la definitiva conquista de Navarra y su fin como reino independiente. Lo que supone un hecho de cargada significación histórica y peso político que llega hasta la actualidad. La primera faceta del mismo es el ataque a la soberanía de Navarra.

La segunda el inicio de una época en la historia de Europa marcada por el protagonismo de los Estados Nacionales, época de masacres y expolios sin cuento que, felizmente, vemos periclitar en nuestros días. Epoca y fenómeno político que, en nuestro marco histórico-geográfico concreto, comenzó con la conquista de Navarra y terminó con la abolición de la foralidad en nombre de la "nación" a la francesa. La recuperación de la foralidad y el acto concreto de hoy en su inicio debe de comenzar por una decisión simbólica que nos atrevemos a proponer a estas Juntas:

  1. La eliminación de los cañones de Belate del escudo de Guipúzcoa.
  2. Enviar un mensaje de hermandad dando cuenta del hecho al Parlamento Foral navarro. Y no constituye novedad esta iniciativa.

Ya la asamblea de Guipúzcoa celebrada en Azpeitia como reunión preparatoria de la Asamblea de Municipios que tuvo lugar en Estella el 14 de junio de 1931, acordó la eliminación de los cañones. Y en la citada asamblea de municipios, el alcalde de Guernica y académico de la lengua vasca, D. Severo de Altube, propuso un voto de gracias a Guipúzcoa por el gesto de fraternidad hacia Navarra, propuesta que fue aprobada por unanimidad. Hechos que no hubiesen tenido lugar si desde años atrás el renacimiento político vasco, fruto de la actividad de Arana Goiri, no hubiese adoptado tal decisión en lo referente a sus emblemas y banderas. También el Gobierno Vasco nacido del Estatuto de 1936 acordó suprimir los cañones de su escudo oficial. En nuestros días, nada más levantarse, tímidamente, la pesada losa del franquismo, fue el diputado provincial, D. Manuel Olaizola, quien propuso lo mismo, en el año 1976, en la comisión de Educación de la Diputación de Guipúzcoa.

Y el 21 de julio de ese año, en sesión extraordinaria, la corporación provincial, el par que reivindicaba la reintegración foral, acordaba: "mantener y potenciar desde el estrecho vínculo de la común historia el cuidado de su expresión heráldica". Es ésta, señores procuradores junteros, la proposición que tengo el honor de exponer a vuestra consideración. Propuesta.

  1. Eliminación de los cañones que figuran en la parte izquierda del escudo de Guipúzcoa.
  2. Que se vuelva a adoptar el escudo acordado por el Gobierno Vasco nacido del Estatuto de 1936.
  3. Enviar un mensaje de hermandad al Parlamento Foral de Navarra dando cuenta del hecho.

El escudo adoptado por el Gobierno Vasco en decreto del 19 de octubre de 1936 consta de

"las armas de Araba, Vizcaya, Guipúzcoa y Nabarra, en sus propios colores, eliminando de ellas los atributos de institución monárquica o señorial y de luchas fratricidas entre vascos, agregando los símbolos de su primitiva libertad...".

IEZ