Concepto

Gaueko

Siendo la casa un templo, en ella se siente uno protegido, aun en las horas nocturnas, entre la medianoche y el canto del gallo sobre todo, en las que los espíritus reinan sobre la tierra. Durante la noche y fuera de casa uno no se halla en su ambiente: eguna egunezko-arentzat eta gaua gauezkoarentzat "el día para el del día y la noche para el de noche" es un dicho popular. "El del día" es el hombre; "el de noche" es Gaueko. Este es, pues, el genio de la noche, o la noche personificada, que no permite que los hombres efectúen fuera de casa ciertas labores durante la noche. Castiga, sobre todo, a quienes tratan de hacerse los valientes en la oscuridad de la noche, alardeando no tener miedo a la falta de visión, a la soledad y al silencio de aquellas horas. Es considerado como diablo en algunos relatos y como gentil o divinidad gentílica en otros.En algunos casos hace sentir su presencia mediante una ráfaga de viento, mientras pronuncia esta sentencia: Gaua Gauekoarentzat, eguna egunezkoarentzat "la noche para Gaueko, el día para el del día". Alguna vez aparece en figura de vaca, otras veces en la de un monstruo.

A propósito de Gaueko conviene recordar unos relatos populares que perpetúan la figura de este genio. Cuentan en Ataun que antiguamente se reunía, todas las noches, numeroso grupo de hilanderas en el caserío Lauzpelz (hoy destruido). Una vez la muchacha del caserío apostó con sus compañeras a que traía agua de la fuente de Joxintxiota situada en el monte en que se halla el caserío Iturriotz. Y tomando una herrada se encaminó hacia la fuente, mientras las demás hilanderas la observaban desde el portal de Lauzpeltz a la luz de la luna. De vez en cuando le gritaban las compañeras: -"¿Dónde vas?" - "En tal sitio"- contestaba ella, nombrando el sitio por donde iba. Pero en una de las llamadas, ella no contestó. Repetían la pregunta sus compañeras; pero ella ya no contestaba. Las hilanderas del portal se asustaron ante la idea de que algo malo había ocurrido a su compañera. En esto, una ráfaga de viento sopló en el portal de Lauzpelz y dejó oír estas palabras: Gaue Gauekoontzat eta eune eunezkoontzat "la noche para Gaueko y el día y para el de día". Y más no se supo nada de la muchacha de Lauzpeltz.

Una leyenda de Berastegi recuerda algo de la última parte del relato precedente. En la montaña Akerkoi existe una sima donde, en otro tiempo, vivían los gentiles. Y en el caserío Elaunde una joven llamada Catalina solía hilar de noche, a la luz de la luna, junto a una ventana de su habitación. Una noche le vinieron los gentiles y la secuestraron, mientras daban estas voces: "la noche para Gaueko y el día para el de día, Catalina de Elaunde para nosotros". Así Gaueko castigó a la hilandera mediante sus fieles los gentiles.

Una mujer de Beruete llamada María con una artesa llena de ropa fue de noche a la fuente. Allí las brujas le quitaron la artesa y la llevaron a la casa de la mujer y la echaron por la chimenea mientras decían: iune iunekoentzat eta gabe gabekoantzat, perrata zuentzat eta Maria goontzat "el día para los de día y la noche para el de la noche, la artesa para vosotros y María para nosotros". (Contado por la señora de Sukaldetxiki de Baraibar el 30 de diciembre de 1965).

Una joven de un caserío de Oiartzun apostó a que, después del toque de Angelus, traía agua de la fuente. Se marchó, en efecto, con su herrada; pero no volvía. Sus familiares se hallaban intranquilos. Más tarde vieron cómo caían de la chimenea de su casa la herrada vacía y unas gotas de sangre. No hubo más noticia de la joven.

La triste aventura de la hija de Inhurria en Beyrie es celebrada en muchos relatos de Nafarroa beherea, siendo un diablo el secuestrador según ciertas versiones y Basajaun, según otras, como representante de Gaueko que castiga las apuestas nocturnas.

Ref. José Miguel de Barandiarán: Mitología vasca, p. 68-69, Madrid, 1960; Eusko-Folklore, 2.8 serie, n.° 7.